Guidelines for Breast Cancer


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Time to stop mammography screening


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(CMAJ) Eficacia de las estatinas en prevención primaria en sujetos de bajo riesgo. ¿Café para todos?


Escribimos este post durante el vuelo Sevilla-Bilbao de las 21:10, camino del XVI Congreso de la SEFAP, cuyo contenido tuitearemos, junto a otros compañeros, en los próximos días, utilizando elhashtag #16Bsefap. Su lectura es garantía de que el iPad y su propietario, llegaron sin novedad a la capital guipuzcoana. Como muchos sabéis, hace unos días se publicó en el Canadian Medical Association Journal un meta-análisis cuyo objetivo ha sidoevaluar la eficacia y riesgos de las estatinas en personas con un riesgo cardiovascular bajo. La forma en la que están redactadas las conclusiones puede dar pie a que más de uno piense que por fin, hay un respaldo evidencial para prescribir (más) estatinas, en la prevención primaria de la enfermedad cardiovascular. ¿Así de fácil? A la vista de lo leído, no tanto…
Material y método: revisión sistemática (se describe la estrategia de búsqueda) y meta-análisis de ensayos clínicos aleatorizados de al menos 6 meses de duración y n>30, que compararon un tratamiento con estatinas vs un placebo o un tratamiento distinto en personas de bajo riesgo cardiovascular (<20% a 10 años, calculado por extrapolación del riesgo observado en el grupo control de cada ensayo).
Resultados: 29 estudios (n=80.711) cumplieron los criterios de inclusión. Se observó una reducción de la mortalidad (RR: 0,90; IC95% 0,84-0,97; RRA: 0,42; IC95% 0,13-0,67; NNT: 239; IC95% 149-796) en personas con un riesgo <20% (análisis primario) y de 0,83 (IC95% 0,73-0,94) si el riesgo era <10% (resultado del análisis de sensibilidad realizado). El beneficio también fue estadísticamente significativo en los IAM no mortales (RR: 0,64; RRA: 0,66; NNT: 153) y los ACV no mortales (RR:0,81; RRA: 0,30; NNT: 335). La mediana de seguimiento fue de 2 años (0,5-3 años). No se observaron diferencias estadísticamente significativas entre estatinas en función de su potencia o la mayor reducción del colesterol. Tampoco se observaron diferencias entre grupos en relación a los efectos adversos graves (RR: 1,01; IC95% 0,96-1,07).
Conclusión de los autores: las estatinas se mostraron eficaces en la prevención de la mortalidad y la morbilidad cardiovascular en personas con bajo riesgo. Las reducciones de los riesgos relativos fueron similares a las observadas en pacientes con antecedentes de coronariopatía.
Fuente de financiación: Canadian Agency for Drugs and Technology in Health y Alberta Heritage Foundation.
Comentario: al tratamiento con estatinas, le dedicamos un densopost hace ahora un año. Desde entonces, lo más novedoso sobre este tema ha sido, si no nos falla la memoria, la publicación de una revisión de la Cochrane y el estudio de hoy. La primera incluye solo 14 ensayos clínicos aleatorizados y no hace la fina -y por otra parte artificial– distinción entre bajo o alto riesgo. Además, sus conclusiones incluyen un mensaje nítido a los clínicos, del que adolece el estudio del CMAJ: Only limited evidence showed that primary prevention with statins may be cost effective and improve patient quality of life. Caution should be taken in prescribing statins for primary prevention among people at low cardiovascular risk.
¿Por qué pensamos que el meta-análisis del CMAJ no debe cambiar las recomendaciones sobre el uso de estatinas en prevención primaria incluido en nuestras guías de cabecera? Podríamos hablar de las limitaciones metodológicas reconocidas por sus autores y otras derivadas de la menor exigencia de los criterios de inclusión utilizados, con respecto a la revisión de la Cochrane. Sobre este punto, os animamos a leer con fruición el artículo del BMJ sobre laherramienta para evaluar el riesgo de sesgos en los ensayos clínicos incluidos en este tipo de revisiones. También podríamos referirnos a los notables conflictos de interés de sus autores. O a la peculiar forma de expresar las conclusiones en el resumen, en términos de riesgosrelativos, antes que de riesgos absolutos (que aparecen, junto a los NNT en la farragosa tabla de la página 4) lo que dio pie a un airado comentario no exento de razón, ya que como todos sabéis, ir por ciudad a 200 km/h en una moto confiere un riesgo extraordinario de convertirse en donante de órganos, respecto a quien va a la velocidad reglamentaria,  independientemente de que la reducción del riesgo relativo conferida por los cascos utilizados por ambos sujetos sea similar.
No obstante, lo más criticable de este artículo es la inspiracióncolesterolocéntrica que lo alumbra, que invita, de forma implícita, a olvidarnos del abordaje multifactorial de la prevención cardiovascular, modificación de hábitos de vida inclusive. También es criticable que se eliminaran de un plumazo a todos los diabéticos, considerados de alto riesgo, sin más, independientemente, por ejemplo, de su edad, sexo, hábitos de vida, peso o presión arterial.
En relación a los resultados, por revisiones previas sabíamos que las estatinas tienen cierto beneficio (y ciertos perjuicios) en las personassanas, con factores de riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular. Según el estudio, necesitaríamos tratar ≈240 pacientes de bajo riesgo durante 3 años para salvar una vida. O dicho de otro modo: en un cupo pesado, de 1.500 personas sanas desde un punto de vista cardiovascular, tratarlos a todos con estatinas -independientemente de su nivel de riesgo- durante dicho período salvaría ≈6 vidas. Este sinsentido terapéutico -que da en la línea de flotación del mercado OTC de las estatinas- nos hace preguntarnos una vez más ¿qué personas con factores de riesgo cardiovascular, se podrían beneficiar del tratamiento con estatinas? Y la respuesta, una vez más, permanece inalterable: las de mayor riesgo, intentandoindividualizar el tratamiento, farmacológico o no, en función de las características de cada persona, apoyándonos, como herramienta queorienta la toma de decisiones en el cálculo del riesgo cardiovascular individual. ¿Café para todos? de momento no. Cafés hay muchos. Y no todos gustan…

Fuente: el rincón de Sisifo

Smoked Pfizers Chantix heart problems


Logo of Pfizer Incorporated.Image via Wikipedia

Source: Pharmalot


cigarette-smoke-flickr

Yet another red flag is being raised about the Chantix smoking-cessation drug and the likelihood of cardiovascular problems. A new meta-analysis found that the Pfizer pill was associated with a 72 percent increased risk of serious adverse cardiovascular risks in smokers without a history of heart disease, and two authors suggest the FDA should consider having the drug removed from the market.
Just three weeks ago, the FDA added a warning on the product labeling about an association with a small, but increased risk of cardiovascular adverse events in patients with cardiovascular disease. The agency had reviewed a study in which 700 such patients received either Chantix or placebo, although results showed the pill was effective in helping them quit smoking and remain abstinent for up to year (back story).
In the latest analysis, which was published today in the Canadian Medical Association Journal, the researchers analyzed 14 double-blind, randomized controlled trials that involved 8,216 patients and ranged in duration from 7 to 52 weeks. They found a significantly increased risk of serious cardviovascular adverse events – 1.06 percent in Chantix versus 0.82 percent in placebo – including myocardial infarction, stroke and cardiovascular-related death. Only five trials, though, reported death (read the study here).
The findings are likely to add to the controversy over the drug, which has been associated with suicidal behavior and vivid dreams (see here and here). The government later banned Chantix for pilots and licenses wouldn’t be issued to truck drivers taking the med (see this and this). The FDA subsequently imposed a risk management program and Pfizer added warnings. Last year, a study in The Annals of Pharmacotherapy finds Chantix is not only associated with violent and agressive thoughts and acts (read here). Another in PLoS One found an association with serious acts of violence, such as physical abuse, physical assault and homicide (lookhere).
“Ours is the first study to show that Chantix increases cardiac risk substantially among smokers free of cardiac disease at baseline (13 out of 14 trials did not have heart disease at baseline) – important information that is missing from the Chantix label, despite the recent FDA warning on a small increased risk of cardiac events with Chantix among smokers with heart disease based on a single study of 700 patients (we included this study),” Sonal Singh, one of the authors and an assistant professor at the Johns Hopkins University School of Medicine, writes us.
“Since information that Chantix increases cardiac risks was available and noted by FDA safety reviewers at the time of speedy approval in May 2006 priority review, but never made it to the label, there should be no further delay in disseminating these findings to clinicians and patients. Given that there are other substantial risks with Chantix (neuropsychiatric effects) with only modest benefits compared to other therapies (such as Nicotine replacement therapy), this study shifts the risk-benefit profile of Chantix in an unfavorable direction,” he continues. “The FDA should deliberate, but also act with deliberate speed and consider all regulatory options, including removal from the market or further boxed warnings among smokers without heart disease.”
The lead author on the study, Curt Furberg, a professor of medicine at Wake Forest University, wrote us that the FDA should “clearly add the CV risk to the boxed warning (that already appears in the Chantix labeling) and seriously consider removing the drug from the maket due to the sum of serious adverse effects.”
In a statement, Pfizer says it “disagrees with the interpretation of the data” in the meta-analysis, which the drugmakers notes contains several limitations – notably, a small number of events, “which raises concerns about the reliability of the authors’ conclusions. The authors acknowledge that their risk ‘estimates are imprecise owing to the low event rates.’ The actual difference in cardiovascular event rates seen in the Singh analysis was less than one quarter of one percent – 1.06 percent with varenicline versus 0.82 percent with placebo.
“Pfizer works with regulators, like the FDA, on a continual basis to review and monitor data for Chantix. In particular, we are working with FDA to conduct a combined analysis of clinical trial data (meta-analysis), which will help further evaluate the cardiovascular safety of Chantix.” The drugmaker adds that it believes Chantix remains an important treatment option.
The meta-analysis did note that Chantix increases the chances of successfully quitting smoking by twofold compared with unassisted efforts. And there were limitations: the trials analyzed had enrolled different populations, evaluated different doses and had different lengths of follow-up and proportions lost to follow-up. “Our estimates are imprecise owing to the low event rates. None of the trials was adequately powered to detect individual differences in cardiovascular events,” the authors wrote. Furberg, by the way, is a paid expert for plaintiffs who are suing Pfizer over its Cox-2 painkillers.
“Despite the limitations of our analysis,” the authors wrote, “our findings have potential regulatory and clinical implications. Drugs that receive priority review have limited safety data at the time of approval. The initial safety signal regarding cardiovascular events in people using varenicline was not followed up by an adequately powered safety trial. Until such trials are conducted, clinicians should carefully balance the risk of serious cardiovascular events and serious neuropsychiatric adverse events asociated with varenicline use against the known benefits of the drug on smoking cessation.”
One noted cardiologist had this to say: “I continue to be perplexed by the resistance of companies to putting their subject-level data, published and unpublished, in the public domain and allowing independent investigators to evaluate the safety and efficacy of their products,” Harlan Krunholz, a professor of medicine and epidemiology and public health at Yale University School of Medicine, wrote us. “This article raises concerns but the authors are limited by the summary data that are in the public domain. We need companies to take these concerns seriously enough to support inquires by independent investigators who have unfettered access to all the data.”
In an accompanying editorial, J. Taylor Hays of the Department of Medicine at the Mayo Clinic, who has received grant funding from Pfizer to conduct a Chantix trial, wrote that the adverse events were rare; the rate of participants lost to follow-up was greater in the placebo arm than in the treatment arm in most of the studies included in the analysis, which “introduces bias in determining serious adverse events;” cardiac events were adjudicated in only one study and no significant differences were seen in the number of cardiovascular events or in deaths between those taking Chantix or a placebo.
Finally, he added that the “degree of uncertainty for the number needed to treat for harm is considerably greater than it is for the number needed to treat.” The meta-analysis found that the number needed to treat with Chantix for one additional person to successfully quit smoking was estimated to be 10, while the number needed to cause one additional serious cardiovascular event was estimated to be 28.
“These results represent a significant degree of uncertainty about the relative good or harm from Chantix, leaving the issue unsettled,” writes Hays, who acknowledges the pill is not free of risks. “The best outcome from this analysis would be more rigorous and adequately powered studies evaluating the safety of using (Chantix) among smokers who have known cardiovascular disease. The worst outcome would be for health care providers to abandon (Chantix), which has proven to be among the most efficacious pharmacotherapies used for the treatment of tobacco dependence.”
One of the researchers who explored the association between Chantix and violent behavior responded with this: “The more we learn about the safety profile of Chantix, the more unsuitable it looks as an alternative to low-risk nicotine replacement products. Chantix is linked to acts of serious violence, suicidal behavior, depression, psychosis and now increased cardiovascular risks. Canadian health authorities are examining a link to diabetes, a biologically plausible because of dopamine involvement, but not yet proven. Its effects on vision and motor control have led to it being banned for pilots, air controllers and military missile crews. Chantix is emerging as one of the biggest regulatory breakdowns in recent memory,” says Thomas Moore, a senior scientist with the Institute for Safe Medication Practices and who serves as a consulting expert in the civil litigation regarding Chantix.

Vacuna contra la gripe en personal sanitario


AVC | Artículo valorado críticamente:
Lam PP, Chambers LW, MacDougall DM, McCarthy AE. Seasonal influenza vaccination campaigns for health care personnel: systematic review. CMAJ. 2010;182:E542-8. D.O.I.: DOI:10.1503/cmaj.091304.

Revisores: Carreazo Pariasca NY1, Cuervo Valdés JJ2

1Hospital de Emergencias Pediátricas. Lima (Perú).
2CS Ciudad Jardín. Badajoz (España).

Correspondencia: Nilton Yhuri Carreazo Pariasca. Correo electrónico: yhuroc@gmail.com
Fecha de recepción: 19/02/2011   Fecha de aceptación: 11/03/2011   Fecha de publicación: 16/03/2011   


Objetivo: evaluar si las campañas de la vacunación contra la gripe estacional se asocian con un incremento en el porcentaje de vacunación entre el personal sanitario.
Diseño: revisión sistemática (RS).
Fuentes de datos: búsqueda, sin restricciones de lenguaje, en ocho bases de datos electrónicas (MEDLINE, EMBASE, CINAHL, Science Citation Index Expanded, Database of Abstracts of Reviews of Effects, Cochrane Database of Systematic Reviews, Cochrane Central Register of Controlled Trials y Proquest) entre 1950 y 2008. Se efectuó una revisión de las referencias bibliográficas de los artículos recuperados en busca de trabajos adicionales.
Selección de estudios: se incluyeron ensayos clínicos aleatorizados, cluster de ensayos clínicos, estudios antes-después y series de tiempo interrumpido que evaluaron las campañas de vacunación frente a la gripe en el personal sanitario. Se definió como campaña todo aquel esfuerzo organizado para promover una mayor tasa de vacunación entre el personal sanitario. Se excluyeron los estudios que no describían las características de la muestra o que no informaron con certeza del estatus vacunal.
Extracción de datos: se realizó por dos revisores de forma independiente. Los estudios se valoraron mediante el instrumento de evaluación de calidad del Cochrane Effective Practice and Organisation of Care Group (CEPOCG). Dos revisores evaluaron la calidad de los estudios, resolviendo las discrepancias por consenso.
Resultados principales: se identificaron 99 estudios, de los cuales 12 cumplieron los criterios para la revisión (siete realizados en el ámbito hospitalario y cinco en el extrahospitalario). En el medio hospitalario las campañas que alcanzaron mejores porcentajes de vacunación fueron las que incluían elementos legales o de reglamento (rellenar impresos, mascarillas obligatorias para no vacunados), con una tasa de vacunación del 55%, frente a porcentajes previos del 22-38%. En el medio extrahospitalario, la cobertura vacunal fue mayor cuando el personal sanitario tenía una entrevista personal con miembros del grupo que realizó el estudio, con un riesgo relativo (RR) de 8,05 y un intervalo de confianza del 95% (IC 95%) de 6,3 a 10,3, frente a un RR de 2,2 (IC 95%: 1,33 a 4,41) en los estudios con educación y acceso fácil a la vacunación.
Conclusión: esta RS puso de manifiesto deficiencias en la literatura médica acerca de qué componentes adecuados debe contener una campaña que tenga como objetivo aumentar la tasa de vacunación contra la gripe entre el personal sanitario. Se necesitan más estudios para determinar el diseño más adecuado y el tipo de componentes que deben incluir las campañas de vacunación contra la gripe dirigidas al personal sanitario.
Conflicto de intereses: no existe.
Fuente de financiación: Ontario Ministry of Health and Long-Term Care. También apoyaron las siguientes entidades: el Élisabeth Bruyère Research Institute,el Ottawa Hospital, el Ottawa Hospital Research Institute, el Canadian Center for Vaccinology, la Universidad de Ottawa y el Canadian Institutes of Health Resarch (CIHR).

Comentario Crítico

Justificación: se recomienda que los trabajadores de salud se vacunen contra la gripe de forma rutinaria, a fin de reducir el riesgo ocupacional de infección y prevenir la transmisión del virus a pacientes en riesgo. Sin embargo, esta intervención preventiva genera singular resistencia. Es necesario conocer por qué las estrategias utilizadas no funcionan y cuáles son más efectivas, ya sea de manera individual o combinadas. La presente investigación es la primera RS que se realiza sobre este tema.
Validez o rigor científico: se realizó una búsqueda exhaustiva de artículos originales (utilizando los filtros metodológicos de búsqueda de la CEPOCG), revisando también “artículos relacionados” en PubMed. Si bien se evaluó la calidad de los estudios originales, el diseño de estos fue muy heterogéneo: ensayos clínicos, cluster de ensayos clínicos, estudios antes-después y series de tiempo interrumpido. Este hecho dificulta obtener estimadores combinados globales del efecto de las intervenciones.
Importancia clínica: Hofmann et al.1 publicaron en 2006 una revisión narrativa sobre las actitudes y creencias de los trabajadores de salud con relación a la vacunación contra la gripe. Revisaron 32 artículos realizados entre 1985 y 2002, concluyendo que los dos principales obstáculos para la vacunación fueron una percepción errónea de los riesgos de la gripe y la falta de disponibilidad de la vacuna. Un ensayo clínico bien diseñado fue el realizado por Dey et al.2, quienes encontraron que, a pesar de una intensiva campaña promocional, no fue posible cambiar la conducta del trabajador de salud con respecto a la vacunación frente a la gripe
Aplicabilidad en la práctica clínica: parece claro que, entre el personal sanitario, las campañas de vacunación frente a la gripe estacional que solo consideran ítems educativos o promoción de la vacunación no logran los resultados esperados. En vista de que diversos estudios han demostrado que la vacunación del personal de salud disminuye la morbilidad y mortalidad de sus pacientes3, es imperativo identificar la forma de lograr mejorar la cobertura de vacunación entre los profesionales. Para ello, sería importante la realización de estudios que evalúen qué componentes de una campaña de vacunación son más eficaces y cómo combinarlos para lograr una mayor cobertura de vacunación frente a la gripe entre el personal sanitario.
Conflicto de intereses de los autores del comentario: no existe.

Cómo citar este artículo

Carreazo Pariasca NY, Cuervo Valdés JJ. Las campañas de vacunación frente a la gripe tienen escasa respuesta entre el personal sanitario. Evid Pediatr. 2011;7:31.

Bibliografía

  1. Hofmann F, Ferracin C, Marsh G, Dumas R. Influenza vaccination of healthcare workers: a literature review of attitudes and beliefs. Infection. 2006;34:142-7.
  2. Dey P, Halder S, Collins S, Benons L, Woodman C. Promoting uptake of influenza vaccination among health care workers: a randomized controlled trial. J Public Health Med. 2001;23:346-8.
  3. Carman WF, Elder AG, Wallace LA, McAulay K, Walker A, Murray GD et al. Effects of influenza vaccination of health-care workers on mortality of elderly people in long-term care: a randomised controlled trial. Lancet. 2000;355:93-7

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