España financia medicamentos segun propone la industria


Entrevista a Joan Ramón Laporte dónde demuestra que las agencias de medicamentos y tecnologias en el mundo, son coaccionadas o infectadas por la propia industria Farmaceutica: http://medicamentos.alames.org/debates/joan-ramon-laporte-espana-financia-todos-los-medicamentos-que-le-propone-la-industria/

La mujer como victima singular de la medicalizacion


Fuente: Acta Sanitaria

Via: Lista DISMOG. Juan Gervas

La mujer como víctima singular de la medicalización

Roberto Sánchez, médico de Atención Primaria, ha elaborado un análisis en donde pone en evidencia las prácticas que, promovidas por grupos diversos, desde médicos a farmacéuticos, están convirtiendo a la mujer en uno de los objetivos del proceso de medicalización que vive la sociedad.

http://www.box.com/embed/qppt3x9um9gxut0.swf

Estatinas para niños


Journal of the American Medical AssociationImage via Wikipedia
Fuente: Enrique Gavilan
Via: Lista MEDFAM-APS España
El JAMA acaba de publicar un artículo de análisis, que adjunto,
intentando discutir las consecuencias que puede tener el reciente
informe de expertos norteamericanos sobre detección precoz de
hipercolesterolemia en niños y adolescentes (éste:
http://www.nhlbi.nih.gov/guidelines/cvd_ped/summary.htm#chap9).

Sólo se salvan los bebés; a partir de los 2 añitos el sólo hecho de
que tengas un padre con un infarto antes de los 55 años hace que te
lleves como mínimo 2 pinchazos para medir la LDL. Y a partir de los 9
años, cribado universal…

La consecuencia lógica es que se prescriban estatinas a partir de la
conjunción de dos astros y unos LDL de entre 130-160. Me quedo frío.

Y todo ello, por la simple aplicación de, de nuevo, silogismos
fisiopatológicos y sin la más mínima evidencia, según el artículo del
JAMA, de que esta estrategia aporte más beneficios que riesgos. Salvo
por el uso indebido, una vez más, de variables surrogadas, como el
LDL.

Vale la pena leer el artículo, vale la pena…

Cuando sale este tema de los colesteroles en los niños siempre me
acuerdo de la anécdota que Petr Skranabek nos cuenta sobre la pequeña
Ariel y el helado furtivo. Vale la pena leerlo…

http://books.google.es/books?id=w_mdjxW5rjgC&printsec=frontcover&hl=es#v=onepage&q=helado&f=false

Universal Screening Treatment Lipids Childrenhttp://d1.scribdassets.com/ScribdViewer.swf?document_id=78668156&access_key=key-1386qn9jr0asu8rl5bx0&page=1&viewMode=list

SIAP 2011: La medicalización de la vida


4Lamedicalizacion de La Vida_RMhttp://www.scribd.com/embeds/67162818/content?start_page=1&view_mode=list&access_key=key-17hqqkgqcvtkh99hx67l(function() { var scribd = document.createElement(“script”); scribd.type = “text/javascript”; scribd.async = true; scribd.src = “http://www.scribd.com/javascripts/embed_code/inject.js”; var s = document.getElementsByTagName(“script”)[0]; s.parentNode.insertBefore(scribd, s); })();

Medicalizando la existencia


Colesterol y mejor vida


Juan GérvasImage via Wikipedia

  Bueno, alguna vez recibí un mail para aclarar el asunto ese del colesterol que tanto nos preocupa. Días atrás, un amigo que vive cerca de Madrid, fue consultado por un periódico. Y que mejor que el mis Juan Gervas (que por cierto, es profesor en varias escuelas de sanidad de España y trabajo en uno de los Hospitales Escuela mas prestigiosos del mundo como John Hopkins (EE.UU), que explique a todos de que se trata:

Juan Gervas (Lorca, 1948) es un médico atípico: él mismo reconoce que puede ser considerado un «extremista». Pero Gervas, coordinador del grupo Cesca de investigación sanitaria, cofundador de la sociedad científica Red Española de Atención Primaria, y miembro del comité internacional de clasificaciones de la WONCA -Organización Mundial de Médicos de Familia-, cree que «extremistas son los proponen soluciones farmacológicas a los problemas normales del vivir». Y con consecuencias «graves», advierte este investigador.
-¿Tomamos fármacos que no necesitamos?
-Sí, por supuesto. En este momento, precisamente, hay una discusión acerca del sobreutilizado uso de antifebriles en niños.
-Exacto. En realidad, estos fármacos serían innecesarios incluso en las crisis convulsivas.
– Hay que tener en cuenta que en el curso de la infección, la fiebre ayuda al organismo. En algunos casos se podría tolerar un uso paliativo, restringido. Pero el problema es que recurrimos a este tipo de medicamentos en exceso, hasta el punto de que el ibuprofeno empieza a ser un contaminante frecuente en los ríos, por ejemplo, en las charcas de Doñana.
-¿Qué riesgo puede acarrear para los niños?
-Todos los medicamentos son perjudiciales, el que no actúa sobre el hígado actúa sobre el riñón o sobre el metabolismo. No podemos administrarlos sin necesidad. Ningún niño se ha muerto nunca de fiebre, sin embargo, muchísimos niños han muerto envenenados por el paracetamol que han tomado en casa sin darse cuenta por el buen sabor que tiene y porque lo venden en envases poco seguros.
-En su opinión, ¿qué aspectos de la vida están excesivamente medicalizados?
-Sobre todo, las molestias de tipo psicológico. Se estropea la lavadora y me tomo un medicamento para el disgusto que me he llevado. Y no es anecdótico.
-Y a su juicio, ¿hoy en día abusamos de los antidepresivos?
-Absolutamente y ¡no tienen mayor eficacia que el placebo! El colmo es que el paciente se somete a los riesgos y costes de un medicamento como el antidepresivo para afrontar el disgusto del vivir, que todos tenemos, como un enfado con la pareja o cosas similares.
-¿Estamos perdiendo la capacidad de sufrir?
-¡Claro! Y esto hace además que las personas disminuyamos nuestra resistencia a lo que es la vida. La solución no es una medicación, es enfrentarse a los problemas y tratar de resolverlos.
-No exactamente. La medicalización de la vida también disminuye estrechamente el campo de salud y de disfrute. Como cada vez hay más medicamentos para todo, cada vez es más difícil estar sano. La salud del niño antes la definía claramente la abuela. Ese poder lo estamos perdiendo, ese poder de decir ‘estoy sano’. La cuestión ahora es: ‘estoy sano hasta que me hago los análisis o hasta que el médico me mande un medicamento’.
Progreso social
-¿ Y no cree que esa mayor calidad de vida se debe precisamente a que el acceso a los medicamentos es más fácil?
-No, es cierto que tiene una parte médica, pero la mayor parte de la expectativa de vida de la que disfrutamos se ha logrado por el progreso social. La democracia, la redistribución de la riqueza, la educación, la recogida de basuras, el agua potable… Eso tiene un impacto en la población que va mucho más allá que las intervenciones médicas.
-¿Y cuál es el papel del médico? Porque, al fin y al cabo, es el que receta.
-Sí, pero el paciente es el que asiste a la consulta pidiendo que se le haga un análisis de colesterol. Y yo tengo que hacer lo que llamo prevención cuaternaria, que es evitar los daños que produce mi actividad. En EE UU esta demostrado que la tercera causa de muerte es la actividad del sistema sanitario. Pero son muchos intereses los que convergen para que el medicamento más vendido del mundo sea una atorvastatina para reducir el colesterol, que se emplea en el 90% de los casos sin necesidad.
-Está demostrado que el tratamiento preventivo del colesterol con medicamentos no tiene fundamento científico. Salvo que haya tenido un problema de coronarias, ¡no se mida usted el colesterol! Sea feliz, disfrute de la vida, no fume, que es una guarrería, procure no llevarse demasiados disgustos. Pero hay una campaña detrás…
-¿Intereses de las industrias farmacéuticas?
-Es muy fácil poner a la industria farmacéutica como un lobo y los demás somos buenos. Yo creo que hay una colisión de intereses en los que estamos todos: periodistas, médicos, industria, políticos y también los pacientes, que quieren sentirse protegidos ante sus temores, alguien que les salve… Cuando convertimos a la industria en el malo impedimos la solución, porque también la necesitamos. La industria farmacéutica es imprescindible, pero hay que controlar sus excesos, de los que también nosotros formamos parte.

Nota personal: mientras en EE.UU el valor de colesterol aceptable es hasta 200 mg/dl, en Europa el mismo es hasta 240 mg/dl. y no se trata al colesterol solo, sino cuando se supera el 10% del riesgo cardiovascular (para eso existen unas tablas, o en la misma internet). Solo se trata de bajar el colesterol cuando:
– El porcentaje de riesgo cardiovascular (es decir la probabilidad de un infarto o un accidente cerebro-vascular) excede el 10%.
– En prevención secundaria, es decir luego de haber tenido un episodio cardiovascular, no sirven en la prevención primaria.
– Cuando el colesterol supera los 300 gr/dl
– Cuando se trata de una hipercolesterolemia familiar, con fuertes antecedentes de problemas cardiacos en la familia debida a esa causa.
Aun así, si tuviéramos que medicar a todos aquellos que tienen algún factor de riesgo cardiovascular, el 85% de la población de Dinamarca estaría medicada.
– No hay ninguna prueba científica de que el tratamiento sirva después de los 65 años.
– Los únicos dos medicamentos que sirven, en prevención secundaria, son la simvastatina y la pravastatina. Pero se receta la atorvastatina porque tiene mas marketing.
– Por cierto, olvidaba que tienen todas muchos efectos adversos. Pero el mas frecuente es la destrucción muscular (los médicos le decimos rabdomiolisis porque suena mas importante). Así que cuando nuestros “viejos” toman estos medicamentos junto a 8 mas, y se siente cansado, y alguien les dice que es por la edad, prueben primero sacarle el medicamento. 

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Prevencion y Cuidados en niños, o más medicalización ?


En Argentina es practica aceptada por los pediatras la realizacion de examenes periodicos de salud en niños con una frecuencia que pocos se plantean si es la correcta o no. Dos examenes en el primer mes de vida y practicamente un examen mensual hasta el año de vida es lo corriente. Con lo cual el primer año de vida, si el niño no padece ningun otro problema de salud, es de cuanto menos 14 visitas al medico. Mejora esto la calidad de atencion o la salud de los niños? La medicion continua de la talla, peso y perimetro cefalico, mas la oportunidad para prescribir otras practicas preventivas como inmunizaciones justifican esto? Sin duda son respuestas sobre las que se habla poco y se ha escrito menos en nuestro ambito.
Un articulo aparecido en Pediatria Basada en la Evidencia, pone en tela de juicio estos aspectos, y con ellos la discusion de la utilidad de las nuevas tablas de la OMS, asi como si este tipo de actividades no es parte de un proceso mas de medicalizacion de la infancia. El mismo puede leerse desde aqui. Articulo Completo en PDF.

Nuevo medicamento que aumentaria el deseo sexual en las mujeres


Fuente: La Nacion. 17/11/2009
Por fin otro medicamento útil que nos permite a los hombres superar nuestras discapacidades estéticas, y que a ellas “no les duela la cabeza”.

UN FARMACO EN ESTUDIO
Aumentaría el deseo sexual en las mujeres

Un fármaco que está probando el laboratorio Boehringer-Ingelheim y había sido pensado como antidepresivo podría ayudar a las mujeres que tienen baja la libido, ya que sería eficaz para despertar el deseo sexual. Los estudios, que realizaron la Facultad de Medicina de la Universidad de Carolina del Norte y la Universidad de Ottawa, fueron presentados en el Congreso de la Sociedad Europea de Medicina Sexual, que se celebra en Lyon, Francia. Según el responsable norteamericano de las pruebas clínicas, la flibanserina, nombre genérico de la droga, funcionaría en el nivel cerebral de las mujeres y, aunque era un mal antidepresivo, parecía aumentar la libido en animales de laboratorio y en seres humanos.
EN GRAN BRETAÑA
Hipnosis: afirman que tiene efectos reales

Según publica la edición electrónica de la BBC, la hipnosis tiene un efecto muy real que queda registrado en los estudios de imágenes cerebrales, afirman investigadores de la Universidad de Hull. Un trabajo en el que se hipnotizó a los participantes describe que hay partes del cerebro en las que se registra menor actividad vinculada con sueños diurnos o con dejar que la mente vagabundee. Los mismos patrones estaban ausentes en personas que fueron sometidos a pruebas, pero que no fueron susceptibles a las maniobras de la hipnosis. De acuerdo con algunos psicólogos, la hipnosis, que se está usando para ayudar a dejar de fumar, por ejemplo, “prepara” al cerebro para que esté disponible para la sugestión.

Epidemia de panico


Como estoy cambiando de blog, muchos articulos ya “viejos” los vuelvo a postear, no solo por su interes para quienes estan pasando una situacion similar en otros lados del mundo, sino tambien para comparar que paso con nosotros,  en nosotros. Ciertamente en esos dias era el climax de la epidemia aqui. Ya con escuelas cerradas, mucho frio, y una ministro que renunciaba en el medio de una epidemia, y un ministro que no asumia. No era la prensa ya quien asustaba, sino la propia ausencia de informacion del Ministerio de Salud, que no apareceria hasta 10 dias mas tardes, el 15 de Julio.
En esos dias, el ministro electo anunciaba que habia al menos mas de 700 mil casos de gripe, lo cual fue desmentido por la propia presidenta el mismo dia. Pero el ministro quedó, y hoy sigue en su cargo. Sin ningún asidero que podamos reconocer, salio ese numero. Un número que seguramente habra entendido la presidenta luego, que era más conveniente que los que se venian dando, ya que el numero de muertos, contados de esta manera, comenzaba a igualarse a las tasas del resto del mundo. Y aunque eramos los primeros en el ranking mundial de muertos por la pandemia, era cierto que los más jovenes enfermaban más. Aunque tardariamos 10 dias más en saber que enfermeban más, pero la mayor mortalidad se daba entre los  50 y 59 años.
El pánico que acompaño los últimos dias de Junio y los primeros de Julio se tradujo en una deserción escolar masiva. Los padres no mandaban sus hijos al colegio. Y los que iban, lo hacian porque en muchas escuelas de Argentina se les da de comer, o porque en la escuela habia más calefaccion que en sus casas.
Ya me habran leido decir siempre lo mismo, Argentina es un pais que puede alimentar 10 veces su poblacion, y sin embargo hay gente con hambre. A tal punto, que hay una disputa en numeros sobre la pobreza, mientras la Iglesia, y otras consultoras privadas (incluso las afines al gobierno), la ubican por encima del 30%, el gobierno aduce sólo un 13% de pobreza. Números que habian caido abruptamente luego del colapso financiero y economico del 2001.Que se agravaron en el 2002, y que a partir del 2003 comenzó una recuperación económica con crecimientos semejantes a los de China o la India. Y que a partir del año pasado comenzaron a caer, no solo por la crisis internacional, sino tambien por el discurso oficial de confrontamiento con distintos sectores productivos.
El panico no solo lo genero la prensa, mucha de la cual relataba cada muerte, sino también un gobierno que una semana antes habia perdido las elecciones, y que pese a su popularidad inicial, hoy es no querible y menos creible por la mayoria de la poblacion. Aunque a fuerza de ser objetivos, el panico que genera la prensa se esta dando en todo el mundo, y no es patrimonio argentino.Y las actitudes de sanitarias de otros gobiernos tampoco distan mucho de llamar a la calma. Si cada año mueren entre 3 y 4 mil personas de gripe estacional, digamos 3.600 en 6 meses son 600 muertos por mes, y son 20 muertos por dia, sin embargo esto nunca constituyó noticia.
Acusar a la prensa esta siendo una constante en cada pais. Como también lo es acusar a los gobiernos  por el manejo de la información. Aunque vale decir que los propios médicos no lo hemos hecho mejor, vale como como ejemplo filmaciones de enfermos en terapia intensiva, donde sin permiso de ningun familiar se mostraban pacientes con asistencia respiratoria mecánica, o el hecho que directores de hospital salgan a hablar con la prensa para  tranquilizarla, mientras se sacan unos barbijos que todos sabemos, solo sirven para los  que están enfermos, o para quienes trabajan en areas de aislamiento con pacientes graves. Estas imágenes impactan fuertemente en aquellos que leen o ven las noticias. Esto genera panico.
Genera aún más pánico entre aquellos pacientes que ya padecen de ataques de pánico, y en los hipocondriacos. Y las propagandas que incitan a cuidarse de todo: no saludar, no tocarse, no respirar sobre el otro, alimentan la fobia social. Pero esto no evitó que miles de personas viajen en metro por la ciudad de Buenos Aires, y pocos se hayan enfermado, y muchos menos hayan muerto.
El panico también fue generado por la propia OMS al cambiar su definición de pandemia, tomandola con criterios geograficos y no con criterios de gravedad. Si la palabra epidemia asusta, pandemia es sin duda el fin del mundo.
Y ni hablar de las autoridades. Tan solo como ejemplo. En momentos que ya Argentina habia atravesado el pico de la pandemia, el numero de consultas cayó abruptamente. La gente tenia miedo de ir a hospitales, clinicas y aún consultorios. Julio fue un mes donde las consultas cayeron abruptamente, tema que aprovecharon no pocas autoridades para decir que fueron las medidas de distanciamiento social (que son utiles en un 17% de las veces), o la medicación indiscriminada que comenzó a darse con un medicamento que es poco mas que placebo y evita el contagio en tan sólo un 8% (claro que estos numeros son el la gripe vieja, y no hay estudios en la gripe nueva). Dificil momento para las autoridades que en lugares como este, a 5 km. de otra ciudad, declaró la emergencia sanitaria y la otra no. El 27% de la poblacion economicamente activa de mi ciudad trabaja en Neuquen, sin embargo tomaron politicas  distintas, aunque los resultados fueron iguales, no hubo ninguna diferencia estadisticamente significativa entre las muertes de una y otra provincia.
Esto no evitó que pese a que las consultas cayeron abruptamente, luego del pico de la epidemia (entre el 28 de Junio y el 4 de Julio), no habia desaparecido, el intendente de esta ciudad (Cipolletti), decidiera el 1° de Julio (un poco tarde ya) entre otras cosas:
* Suspender los espectaculos publicos y concentraciones, medida que no tomó una semana antes ya que estaba en plena campaña electoral.
* Suspender las clases (en realidad adelantar las vacaciones del invierno austral, lo que se hizo cuando ya el virus estaba diseminado por todo el pais), dando lugar a situaciones de aislamiento social que tuvieron sin duda tuvieron un impacto emocional en mucha gente. Y en chicos que estaban encerrados en sus casas, como si sus padres no fueran probables portadores del virus.
* Decidir que el transporte publico (autobuses,   taxis, etc ), tuvieran la obligación de viajar  con las ventanillas abiertas independientemente de la temperatura exterior. Claro que el buen hombre olvidó que vivimos en la Patagonia, era invierno y  mas de un médico le agradece sus servicios de habernos dado más trabajo.
* Prohibir que los restaurantes funcionen luego de las 24 horas, un hecho invalorable, ya que demuestra que nuestro intendente (o alcalde como dicen en otros lados), tenia valiosa información de que el virus N1H1 se transforma de noche y se hace más contagioso.
Como bien escuche decir a otro epidemiologo argentino, Hugo Spinelli, siempre hay que pensar que hay más boludos que fantasmas. Con lo cual mas que conspiración se trata de ignorancia, lo que suele ser mas grave, que es funcional a muchos intereses, pero a la vez destruye economias.
Si bien no se sabe a ciencia cierta cual fue el costo de la epidemia, basta saber que si todos hubieran actuado como mi intentende/alcalde, el costo economico hubiera sido de  2.500 millones de dolares para 10 o 12 dias, segun la Universidad de San Andres, mientras que otros calculan que entre Junio y Julio (datos de la Univ. de La Plata), el costo para Argentina fue de unos 3.400 millones de dolares. Esto sin contar el aumento del precio de los medicamentos en un 18%, el gasto en propaganda del propio gobierno, quien incauto todo el oseltamivir  y solo se entrega en Hospitales (no importa que 200 hospitales hayan entrado luego en retencion de servicio y sea inaccesible el medicamento). El propio gasto en medicamentos, que como vemos en otro post su efectividad podria definirse mas que en numeros como un placebo social. El uso indiscriminado de antibioticos. Y quizás la unica buena noticia es que bajo e consumo de antigripales, que son de venta libre, en  un 35% gracias a que el gobierno fue unánime en convocar a  no automedicarse. Aunque no fue muy coherente cuando mientras el gobierno Nacional decia que al menor sintoma vayan al medico, las provincias decian que esperaran 48 horas antes de ir al medico. No hay duda que la politica mediatica de todos los estamentos del gobierno es cuanto menos……pobre.
El miedo, y el pánico generan reacciones irracionales, y sin duda quien mejor la utilizó fue el propio Hitler, el miedo a todo lo desconocido, a lo ajeno, (en aquel caso los extranjeros, los judios), promueve la discriminación, convoca al aislamiento, y en definitiva predispone a un mayor control social por parte de los gobiernos.
Aún asi, hace 3 dias murió una mujer en el Gran Buenos Aires, y la noticia fue difundida por todo el pais. Un hecho mas que curioso, porque en ningun momento el virus ha dejado de estar presente. Tanto que en mayores de 5 años la incidencia del virus nuevo es del 93%. Pero si se ven los informes del ministerio de salud veremos que entre una semana y otra murieron 8 personas, es decir casi una persona por dia. Lejos de los 20 que parece morian por gripe estacional, sin que la prensa diera cuenta de ello.
No son momentos fáciles en el mundo. La crisis financiera sigue golpeando, aunque no se hable de ella, los alimentos son cada vez mas caros, la desocupacion aumenta, asi como el salario real disminuye en Argentina y aun en los paises centrales. El propio dolar al que los Argentinos endiosamos, ha tenido que ser sostenido artificalmente debido a su devaluación. La crisis financiera tambien es económica. La inseguridad en las calles es un tema diario, aun en pequeñas ciudades. Y si a esto le agregamos una cuota de panico, los niveles de cortisol se elevan provocando otro tipo de reacciones tanto fisicas como psiquicas. Consecuencias que muchos hoy estamos pagando.
Excelente artículo el de Alicia Stolkiner, aunque habra que actualizarlo cuando lleguen las vacunas, si es que llegan por estos lares, y no sepamos si tenerle más miedo a una gripe globalizada, o a las propias vacunas. Y ya veremos en otro post el porque.
Y como en algun momento alguien dijo, esta epidemia va a terminar cuando la prensa deje de hablar de ella. Pues bien, el virus sigue presente, sigue habiendo gripe, y seguirán habiendo muertos como es natural en una epidemia, aunque sea la más mediática de la historia, y la más benigna de todas. 

Un virus es un virus



La crisis que estamos viviendo bajo la dictadura del virus A (H1N1) implica peligros, pero puede ser la oportunidad para modificar errores que por tan rutinarios no se discuten.
La idea implantada por la industria farmacológica de que toda enfermedad tiene un remedio creó el hábito de tomar una droga química para cada síntoma.
Los medicamentos para bajar la fiebre son un ejemplo de esa regla que hoy tenemos la oportunidad de cuestionar. La fiebre es un mecanismo de defensa verdaderamente ingenioso. Si no existiera habría que inventarlo y su inventor entraría con honores a la historia de la medicina. La elevación de la temperatura corporal inhibe el crecimiento y la reproducción de organismos infecciosos y es el protagonista principal de una cascada de reacciones inmunitarias celulares. A los virus, que sobreviven y se reproducen cómodamente en ambientes fríos, se les complica la vida cuando la temperatura de la sangre alcanza los 39 grados; su fantástica capacidad de replicación se hace lenta hasta quedar desactivados.
La fiebre no es una enfermedad. La fiebre no hace daño. La fiebre cura. Entonces, ¿por qué los médicos recetan rutinariamente antitérmicos? Un residente de un hospital respondió con una honestidad desarmante:
–Porque existen.
Los antigripales son otra invención farmacológica de uso corriente. Combinan antitérmicos con drogas descongestivas o antialérgicas que coartan la fiebre, la congestión y el malestar general. El paciente hace su vida normal como si no estuviera enfermo. No sólo expone a otras personas al contagio, sino que además está más enfermo que antes porque su organismo sigue a merced del virus, pero ahora está maniatado y amordazado. Su ejército de células defensivas duerme tranquilo en los cuarteles. No corre al sitio de la infección porque la alarma está desactivada. Pido disculpas por la metáfora castrense, pero por dentro las cosas funcionan exactamente así. Una perversión suplementaria son las preparaciones que la publicidad y los envases engañosos venden como “té” para que hasta los no creyentes se traten con paracetamol y fenilefrina cuando creen estar tomando el tecito reconfortante de la abuela.
Una de las oportunidades más interesantes que nos presenta esta crisis es la de regular el uso de los antibióticos, drogas que han cambiado la relación histórica de los humanos con las infecciones por su eficacia contra las bacterias.
A los virus, en cambio, un antibiótico los hace reír a carcajadas. La diferencia formal puede medirse en micromicrones, pero desde el punto de vista biológico es una inmensidad. Comparar un virus con una bacteria es como comparar una moto con una mandarina. Los virus no entran en la categoría de seres vivos como el resto de los gérmenes. Una de las definiciones más precisas dice que son maquinarias programadas para la supervivencia. No son contenedores de ADN diseñados para obligar a las células vivas a perpetuar su información genética. En el camino hacia ese objetivo los virus infectan, invaden y destruyen células y tejidos sanos, mutando y recombinándose para eludir los radares de la inmunidad. Los antivirales no los matan; sólo retrasan su multiplicación. Y su uso indiscriminado puede estimularlos a mutar para hacerse resistentes a los que se están usando en enfermos de gripe A (H1N1).
Sin embargo, todos los argentinos conocemos a alguien que cuando tiene un dolor de garganta o una gripe va a la farmacia, elige al azar un antibiótico y lo toma como le parece. Esa persona está poniendo en peligro su propia inmunidad y por un efecto de ruleta rusa darwiniana, la de todo el género humano. Los pacientes no tienen la obligación de saber que los antibióticos sólo actúan sobre las bacterias (tampoco todos sobre todas ellas) y que su mal uso puede crear un microorganismo resistente a todos los antibióticos conocidos. Los pacientes saben lo que la publicidad y sus médicos les enseñan. Y demasiados médicos recetan antibióticos cuando son innecesarios. Los testimonios de personas infectadas por el nuevo virus confirman conductas médicas injustificables: “Le dieron un antibiótico, después otro y otro, hasta que al fin se dieron cuenta de que lo que tenía era viral”. La única explicación posible para esto la dio un joven clínico en un ateneo:
–Si viene con una gripe y no le receto el antibiótico más caro, ese paciente cree que no sé nada y no vuelve más.
Estas aberraciones médicas sólo ocurren porque el sistema de salud las avala con el consentimiento o con el silencio. La venta libre de antibióticos es un mensaje. Su venta bajo receta haría comprender a los pacientes que no son drogas inocuas y obligaría a los profesionales a hacerse cargo de la responsabilidad de indicarlos con fundamento científico.

Estudio Jupiter


Como si fuera poca ya la cantidad de personas tratadas para bajar el colesterol, sin prueba cientifica alguna que avale la efectividad de las estatinas en atencion primaria, el estudio Jupiter propone tratar aun con valores de colesterol normal. Para ello, proponen un nuevo marcador que no es otro que la PCR. Ya hace dos años atras, al comienzo de este estudio que es financiado por Astra Zeneca, proponia este indicador dado que el 50% de pacientes con infarto tenian el colesterol normal. Porque se eligio la PCR y porque ese valor de corte…….un misterio. Tan misterioso como que el NEJM se preste a publicar trabajos de este tipo: Marketing o Epidemiologia?

Aqui va una copia de la traduccion del articulo periodistico del NYT, traducido por el Diario La Nacion de Argentina. 
You can read the opinion from GoozNews as well. 

The New York Times 

NUEVA YORK.- Un nuevo estudio sobre casi 18.000 adultos sugiere que muchos millones de personas más que en la actualidad podrían beneficiarse con las estatinas para reducir el colesterol, aun cuando tengan el colesterol bajo, ya que esos fármacos pueden disminuir significativamente el riesgo de infarto, accidente cerebrovascular (ACV) o la muerte.

El estudio, que se hizo en varios países, puso a prueba la efectividad de la terapia con estatinas en hombres mayores de 50 años y mujeres mayores de 60 sin colesterol alto ni enfermedad cardíaca. Lo que compartían eran niveles altos de la proteína C reactiva (PCR) de alta sensibilidad, un indicador de inflamación en el organismo.

Los resultados fueron presentados anteayer en el congreso anual de la American Heart Association, que se realiza en Nueva Orleans, y publicados en la versión online de la revista The New England Journal of Medicine . En el estudio, el riesgo de sufrir un infarto disminuyó a la mitad en los participantes que habían tomado las estatinas.

Esas personas eran también casi un 50% menos propensas a tener un ACV o necesitar una angioplastia o un bypass , y un 20% menos propensas a morir durante el estudio. Las estatinas demostraron ser tan efectivas que un comité independiente de control de la seguridad de estudio a cinco años resolvió suspenderlo en marzo último, cuando recién se cumplían dos años desde su inicio.

Varios expertos opinaron que este estudio proporcionaría indicios sobre cómo abordar un dato importante de la realidad: la mitad de los infartos y los ACV se dan en personas sin colesterol alto. “Estos resultados van a afectar realmente la práctica de la cardiología en nuestro país”, dijo la doctora Elizabeth G. Nabel, directora del Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre en los Estados Unidos. “Como mínimo, es un estudio extremadamente importante y tiene la capacidad de ser un hito en la investigación”, agregó Nabel, que no participó del estudio.

Pero los nuevos resultados promueven el debate sobre a quién se le debería hacer el análisis de sangre para controlar la PCR y a qué personas con PCR alta se les debería indicar estatinas. Dado que las cardiopatías son una enfermedad compleja modificada por varios factores de riesgo, como el tabaquismo, la hipertensión y el sobrepeso, la mayoría de los investigadores argumentan que sólo la PCR alta no justificaría usar estatinas en personas sin problemas cardíacos.

Algunos expertos se oponen a medir la PCR en pacientes sin otros factores de riesgo y sostienen que se necesitan más estudios para identificar los casos en los que los beneficios de usar estatinas superarían los riesgos. Es que, en algunos casos, el uso de las estatinas estuvo asociado con deterioro muscular o problemas renales, y algunos pacientes mencionaron haber tenido pérdidas pasajeras de memoria. En cambio, otros investigadores recomiendan medir la PCR con más frecuencia y usar las estatinas más agresivamente. El estudio Júpiter aumenta también el debate científico sobre la importancia de la proteína y el papel de la inflamación en la enfermedad cardíaca.

Para Nabel, los paneles de expertos nacionales deberían revisar las guías clínicas para recomendar el uso del examen de la PCR y las terapias con estatinas para pacientes que hasta ahora no eran considerados posibles candidatos. Lo habitual, dijo, es tratar con estatinas a quienes llegan al consultorio con el colesterol elevado y aconsejar cómo modificar la alimentación y aumentar la actividad física a quienes tienen bajo riesgo cardíaco. “Lo que los cardiólogos nunca supieron tratar -dijo Nabel- es ese grupo intermedio” de pacientes con sobrepeso, fumadores e hipertensos, pero que aún no tienen los signos de alarma más graves, que son el colesterol alto o la diabetes.

El doctor Paul Ridker, autor principal del estudio y director del Centro para la Prevención Cardiovascular del Hospital Brigham y de las Mujeres, en Boston, sostuvo que ampliar el uso de las estatinas ayudaría a prevenir unos 250.000 infartos, ACV, procedimientos vasculares o muertes por causas cardíacas en cinco años.

Algunas organizaciones de defensa del consumidor expresaron su preocupación sobre los costos de indicarle consumir estatinas a un grupo de pacientes relativamente sanos. Varios médicos opinaron que, aunque es importante y modificará la práctica clínica, el estudio, como está publicado, no proporciona detalles suficientes sobre a qué pacientes se les debería empezar a hacer el test de PCR o indicar estatinas.

En un editorial, el doctor Mark Hlatky, profesor de la Universidad de Stanford, escribe que este estudio, que incluyó a personas con PCR por encima de 2 mg/L, no indica si ése -u otro- debería ser umbral clínico para iniciar el tratamiento.

UNA TEORÍA INTERESANTE

  • “Este estudio es la confirmación de una teoría muy interesante, propuesta por Ridker, que sugirió que la proteína C reactiva aumenta el riesgo de tener eventos cardíacos”, dijo a LA NACION el doctor Alfredo Lozada, jefe de lípidos del Hospital Austral y de Fleni, que participó del estudio, que en parte se realizó en la Argentina. “Si bien los pacientes no tenían antecedentes de enfermedad cardiovascular, presentaban algunos factores de riesgo, como fumar, ser obesos o tener niveles de colesterol en el límite -agregó-. Si bien estos pacientes pueden ser tratados modificando su estilo de vida, esto no siempre se logra.”

Enfermedades a la carta


Fuente: El Pais

El raloxifeno (Evista, de Lilly) reduce un 75% el riesgo de fractura en las mujeres posmenopáusicas. El ropirinol (Requip, de Glaxo) alivia el síndrome de las piernas inquietas, que afecta al 20% de la población, y el metilfenidato (Ritalina, de Novartis) mitiga el de hiperactividad, padecido por el 8% de los niños. Prolifera la disfunción sexual femenina, crece el trastorno bipolar, arrecia la osteopenia.

    • La vacuna del papiloma ha sido la última envuelta en polémica

    El uso de estadísticas sesgadas desvirtúa los estudios

    El coste de los tratamientos puede ser desorbitado para lo que curan

    La osteopenia o la disfunción sexual femenina están en el punto de mira

    Las personas sanas son el objetivo de las campañas de mercadotecnia

    Todo lo anterior es verdad. Pero no es toda la verdad, porque las estadísticas están anguladas: aunque sean técnicamente correctas, miran al problema desde una perspectiva artificiosa. Y son la clave del emergente debate sobre el “tráfico de enfermedades” (disease mongering).

    “Tráfico de enfermedades” es una expresión muy cargada, y lo es de forma intencionada. Ha sido promovida por el periodista australiano Ray Moynihan, que ahora trabaja en la Escuela de Medicina y Salud Pública de la Universidad de Newcastle (Australia). Y quiere denunciar “la venta de enfermedades mediante la ampliación de las fronteras de lo patológico, a fin de abrir mercados para quienes venden y administran los tratamientos” (PLoS Medicine, mayo de 2008).

    Aunque la expresión disease mongering ha sido malversada por el movimiento antipsiquiátrico y la secta de la Cienciología, el debate es serio y ha llegado a la literatura técnica. Y también a los responsables de la salud pública. La Consejería madrileña de Sanidad, por ejemplo, exigió el año pasado a las firmas Lilly y Procter & Gamble que suavizaran la promoción de sus fármacos (Evista y Actonel) para prevenir las fracturas.

    “En Europa, las compañías farmacéuticas ya están comercializando sus medicamentos para prevenir las fracturas en mujeres con osteopenia [ligero déficit de masa ósea] y otras condiciones que, según sus cálculos, afectan a casi la mitad de las mujeres posmenopáusicas”, afirma el médico Pablo Alonso, del departamento de Epidemiología Clínica y Salud Pública del hospital de Sant Pau.

    Alonso es el autor principal de un estudio sobre el disease mongering y la osteopenia publicado este año por el British Medical Journal. Su conclusión es que “se han exagerado los riesgos de la osteopenia, y se han subvalorado los efectos secundarios de los fármacos”. Se refiere a cuatro principios activos: raloxifeno, alendronato, risedronato y ranelato de estroncio.

    Estos fármacos han probado su eficacia para prevenir las fracturas en las mujeres con osteoporosis. La cuestión es si hay que extenderlos a la mucho más común osteopenia. La industria se apoya para ello en cuatro trabajos científicos publicados en los últimos años, como el que abría este artículo: “El raloxifeno reduce un 75% las fracturas por osteopenia”. Parece un argumento contundente. Pero la estadística está sesgada. El matemático John Allen Paulos explica este tipo de sesgo en su libro Un matemático lee el periódico: hay una planta química contaminante en las cercanías, y un estudio concluye que el riesgo de un raro tipo de cáncer se ha duplicado en el barrio. Naturalmente, todo el mundo se larga de allí.

    Pero no deberían, porque ese cáncer es tan infrecuente (digamos que afecta al 0,0003% de la población general) que la duplicación de su riesgo (hasta el 0,0006%) es despreciable. En el caso de las mujeres con osteopenia, su riesgo de fractura es tan bajo que reducirlo un 75% es poco relevante: habría que medicar a 270 mujeres durante tres años sólo para evitar una fractura, según calculan Alonso y sus colegas.

    Pero hay más. Los posibles efectos secundarios del ranelato -causa diarrea, y hay dudas sobre sus consecuencias cardiovasculares y neurológicas- no se mencionan en ningún momento. Tampoco los del raloxifeno, pese a que incrementa el riesgo de trombos venosos y ataques cardiacos. Ni las secuelas gastrointestinales del alendronato.

    Para acabar, el trabajo sobre el fármaco de Lilly lleva la firma de tres empleados de Lilly; el del fármaco de Merck no sólo fue financiado por Merck, sino que tres de sus autores reconocen conflictos de intereses; el del medicamento que distribuye en España Procter & Gamble incluye a dos expertos de Procter & Gamble; y el del fármaco del laboratorio Servier lleva la firma de tres consultores de Servier, que además financió el estudio.

    Hasta la misma definición de osteopenia está bajo el punto de mira de los expertos entráfico de enfermedades. El criterio se basa en la densidad mineral de los huesos. Si es mucho menor de lo normal (2,5 desviaciones estándar bajo la media), se diagnostica osteoporosis. Si no tanto (entre 1,0 y 2,5 desviaciones estándar bajo la media), se diagnostica osteopenia.

    En realidad, esos criterios fueron publicados en 1994 por un pequeño grupo de estudio asociado a la Organización Mundial de la Salud (OMS), y no pretenden ser una pauta de diagnóstico -sus propios autores los tildan de “algo arbitrarios”-, sino una mera ayuda para normalizar los estudios epidemiológicos. Alonso subraya además que el grupo de la OMS tenía financiación de los laboratorios Rorer, Sandoz y SmithKline Beecham.

    La indefinición de los criterios diagnósticos es un asunto común en el debate del tráfico de enfermedades. Los investigadores Lisa Schwartz y Steven Woloshin, de la Universidad de Darmouth, afirman que la incidencia del síndrome de las piernas inquietas “se ha exagerado para abrir mercados a nuevos medicamentos”. Presentaron las evidencias en el primer congreso internacional dedicado al tráfico de enfermedades, celebrado hace dos años en Newcastle, Australia.

    En la misma reunión, la psiquiatra de la Universidad de Nueva York Leonor Tiefer documentó el papel de la industria farmacéutica en “la creación de una nueva patología llamada disfunción sexual femenina”. Y otro psiquiatra, David Haley, de la Universidad de Cardiff, certificó “la creciente promoción del trastorno bipolar, y de los fármacos para tratarlo”.

    La discusión se hace más delicada cuando afecta a algunos tipos de cáncer. Por ejemplo, el Gobierno español autorizó hace un año la comercialización de la vacuna contra el virus del papiloma humano para prevenir el cáncer de cuello de útero, y propuso a las comunidades autónomas su inclusión en el calendario de vacunaciones del Sistema Nacional de Salud (SNS). Alemania, Reino Unido, Bélgica, Francia y Dinamarca ya habían tomado medidas similares. La vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega explicó que el cáncer de cuello uterino es el segundo tumor más frecuente entre las mujeres, y que provoca 280.000 muertes anuales en el mundo. En España surgen cada año 2.100 nuevos casos.

    La mayoría de los especialistas avala esa decisión, pero no todos. El SNS “no ha tomado la decisión más racional posible”, según un grupo de seis investigadores encabezado por Carlos Álvarez-Dardet, catedrático de salud pública en la Universidad de Alicante y director del Journal of Epidemiology and Community Health.

    Estos expertos estiman el coste mínimo de la medida en 125 millones de euros anuales (cada vacuna cuesta 465 euros). Y calculan que, “para cuando se empiecen a prevenir los primeros casos de cáncer, dentro de 30 años, el SNS se habrá gastado 4.000 millones. Prevenir una sola muerte habrá costado entonces ocho millones de euros”. Cada año mueren por este cáncer en España 600 mujeres, una tasa de dos muertes por 100.000 mujeres en edad de riesgo.

    Con un fármaco de probada eficacia, los argumentos económicos pueden ser secundarios, pero éste no es el caso de la vacuna contra el papiloma, según estos especialistas en salud pública. El cáncer de útero suele tardar décadas en desarrollarse, y el más antiguo ensayo clínico de fase III empezó hace cuatro años. “La vacuna ha sido promocionada como una herramienta eficaz en la prevención del cáncer de cuello uterino”, aseguran, “pero esa evidencia científica aún no existe”.

    Este virus, sin embargo, causa una de las infecciones de transmisión sexual más comunes. Suelen remitir antes de dos años, pero si persisten pueden evolucionar a un cáncer en 20 o 30 años. Hay más de 100 cepas del virus, pero las vacunas autorizadas (Gardasil, de MSD, y Cervarix, de GSK) previenen contra las que causan el 70% de los casos de cáncer de cérvix.

    Un equipo de investigadores dirigido por Teresa Ruiz Cantero, del departamento de salud pública de la Universidad de Alicante, ha estudiado las estrategias de comunicación de los laboratorios, centrándose en los medicamentos para la menopausia y la disfunción eréctil.

    También aquí, una estrategia común es “ampliar el rango de indicaciones”, mediante “la extensión de la enfermedad desde cuadros graves a mínimos síntomas. Los fármacos ahora son consumidos por poblaciones sanas y fuera de las indicaciones iniciales”.

    Según Ruiz Cantero, se han emitido mensajes del tipo “más de la mitad de los hombres mayores de 40 años tiene problemas de erección”, que son “una manipulación clara, unos mensajes sesgados y simplistas que aumentan la percepción de que el problema es muy prevalente, prácticamente epidémico”.

    Estos expertos recuerdan que el objetivo de la OMS es hacer un uso racional del medicamento, y que no se podrá cumplir si la industria eleva las prevalencias, o no incluye toda la información en la publicidad del fármaco. La OMS, por cierto, también habla de la “búsqueda de la verdad” en medicina.

    “Debería propiciarse un concierto de las universidades españolas para regular el uso de su nombre en campañas de marketing de las empresas farmacéuticas”, dice Ruiz Cantero. “Y para imponer transparencia sobre la financiación de las investigaciones universitarias”. También las asociaciones de pacientes deberían difundir qué empresas las financian.

    La web podría ayudar, pero está llena de información sobre fármacos difundida por sus propios fabricantes. Ruiz Cantero cree que el Ministerio de Sanidad tiene que liderar la información en Internet. “Así las demás páginas web institucionales tendrían que actualizar periódicamente su información”. Las conclusiones del estudio han sido publicadas por el Instituto de la Mujer.

    El director de la Federación Internacional de Productores Farmacéuticos, Harvey Bale, defendió el año pasado, ante una reunión de consumidores de 100 países, la capacidad de la industria para promocionar sus medicamentos de forma ética. Pero sólo después de admitir ciertos “ejemplos de sobrepromoción mayúscula”.

    La patronal farmacéutica británica ha editado un folleto para periodistas donde admite que el número de enfermedades está creciendo, pero argumenta que las empresas del sector no son las responsables de definirlas. Por su lado, Glaxo niega que la promoción de su fármaco para el síndrome de las piernas inquietas sea un caso de tráfico de enfermedades.

    “Parte del problema”, afirma Moynihan, “es que la industria se gasta en promoción cerca del 25% de su cifra de ventas, casi el doble que en investigación”. Las estrategias de mercadotecnia, según este experto, incluyen anuncios en televisión sobre “fármacos para el estilo de vida”, campañas de concienciación pública sobre nuevas enfermedades y la “financiación de asociaciones de pacientes y médicos”.

    Pfizer manipuló datos sobre el Neurontin

    A principios de los años noventa, los laboratorios Pfizer manipularon la publicación de los ensayos sobre su fármaco Neurontin, según ha revelado un sumario judicial en los tribunales de Boston, recogido ayer por The New York Times. El Neurontin (Gabapentina) es un medicamento contra la epilepsia, y el objetivo de la multinacional era extenderlo a otras indicaciones como el dolor neuropático derivado de la diabetes. Ello ayudó al Neurontin a superar los 2.000 millones de euros de ventas anuales.

    Los expertos que han revisado para el juez miles de documentos de la compañía, incluidos correos electrónicos de sus directivos, muestran que Pfizer retrasó a propósito la publicación de algunos estudios que le iban mal -los que no encontraron evidencia de que el Neurontin sirviera para el dolor neuropático- y manipuló otros para mostrar los datos desde un ángulo más deseable para los fines de la empresa.

    La demanda fue presentada por grupos de consumidores, compañías de seguros médicos y sindicatos de Boston. Piden que Pfizer les devuelva miles de millones de dólares por prescripciones de Neurontin, y acusan a la compañía de “tergiversar las ventajas del fármaco de manera fraudulenta”.

    Pfizer niega la acusación y asegura que presentó los datos de una manera “objetiva, precisa, equilibrada y completa”.

    Se trata de “una estrategia de publicación que pretende convencer a los médicos de la efectividad del Neurontin, y para tergiversar o suprimir los hallazgos negativos”, según Kay Dickersin, de la Escuela de Salud Pública de la Universidad Johns Hopkins. Un sesgo que se da en más de la mitad de los artículos sobre ensayos, según publicó en septiembrePLoS.

    En 2000, el investigador principal de uno de los estudios negativos, el británico John Reckless, amenazó a la compañía con publicarlo por su cuenta si no lo hacía ella. En septiembre de ese año, un directivo de la firma escribió en un correo: “El doctor Reckless tiene muchas ganas de publicar, pero ello tendrá varias ramificaciones. Creo que podemos limitar los inconvenientes de ese estudio retrasando la publicación tanto como sea posible”. El trabajo no fue publicado hasta 2003, y para entonces los resultados aparecían combinados con otros dos estudios, y los tres juntos indicaban que el Neurontin sí era útil contra el dolor neuropático. En otro intercambio de mensajes electrónicos, un directivo demarketing de la compañía y un escritor profesional discuten cómo adornar unos resultados para su presentación en un congreso.


    Enfermedades a la carta


    Fuente: El Pais

    El raloxifeno (Evista, de Lilly) reduce un 75% el riesgo de fractura en las mujeres posmenopáusicas. El ropirinol (Requip, de Glaxo) alivia el síndrome de las piernas inquietas, que afecta al 20% de la población, y el metilfenidato (Ritalina, de Novartis) mitiga el de hiperactividad, padecido por el 8% de los niños. Prolifera la disfunción sexual femenina, crece el trastorno bipolar, arrecia la osteopenia.

      • La vacuna del papiloma ha sido la última envuelta en polémica

      El uso de estadísticas sesgadas desvirtúa los estudios

      El coste de los tratamientos puede ser desorbitado para lo que curan

      La osteopenia o la disfunción sexual femenina están en el punto de mira

      Las personas sanas son el objetivo de las campañas de mercadotecnia

      Todo lo anterior es verdad. Pero no es toda la verdad, porque las estadísticas están anguladas: aunque sean técnicamente correctas, miran al problema desde una perspectiva artificiosa. Y son la clave del emergente debate sobre el “tráfico de enfermedades” (disease mongering).

      “Tráfico de enfermedades” es una expresión muy cargada, y lo es de forma intencionada. Ha sido promovida por el periodista australiano Ray Moynihan, que ahora trabaja en la Escuela de Medicina y Salud Pública de la Universidad de Newcastle (Australia). Y quiere denunciar “la venta de enfermedades mediante la ampliación de las fronteras de lo patológico, a fin de abrir mercados para quienes venden y administran los tratamientos” (PLoS Medicine, mayo de 2008).

      Aunque la expresión disease mongering ha sido malversada por el movimiento antipsiquiátrico y la secta de la Cienciología, el debate es serio y ha llegado a la literatura técnica. Y también a los responsables de la salud pública. La Consejería madrileña de Sanidad, por ejemplo, exigió el año pasado a las firmas Lilly y Procter & Gamble que suavizaran la promoción de sus fármacos (Evista y Actonel) para prevenir las fracturas.

      “En Europa, las compañías farmacéuticas ya están comercializando sus medicamentos para prevenir las fracturas en mujeres con osteopenia [ligero déficit de masa ósea] y otras condiciones que, según sus cálculos, afectan a casi la mitad de las mujeres posmenopáusicas”, afirma el médico Pablo Alonso, del departamento de Epidemiología Clínica y Salud Pública del hospital de Sant Pau.

      Alonso es el autor principal de un estudio sobre el disease mongering y la osteopenia publicado este año por el British Medical Journal. Su conclusión es que “se han exagerado los riesgos de la osteopenia, y se han subvalorado los efectos secundarios de los fármacos”. Se refiere a cuatro principios activos: raloxifeno, alendronato, risedronato y ranelato de estroncio.

      Estos fármacos han probado su eficacia para prevenir las fracturas en las mujeres con osteoporosis. La cuestión es si hay que extenderlos a la mucho más común osteopenia. La industria se apoya para ello en cuatro trabajos científicos publicados en los últimos años, como el que abría este artículo: “El raloxifeno reduce un 75% las fracturas por osteopenia”. Parece un argumento contundente. Pero la estadística está sesgada. El matemático John Allen Paulos explica este tipo de sesgo en su libro Un matemático lee el periódico: hay una planta química contaminante en las cercanías, y un estudio concluye que el riesgo de un raro tipo de cáncer se ha duplicado en el barrio. Naturalmente, todo el mundo se larga de allí.

      Pero no deberían, porque ese cáncer es tan infrecuente (digamos que afecta al 0,0003% de la población general) que la duplicación de su riesgo (hasta el 0,0006%) es despreciable. En el caso de las mujeres con osteopenia, su riesgo de fractura es tan bajo que reducirlo un 75% es poco relevante: habría que medicar a 270 mujeres durante tres años sólo para evitar una fractura, según calculan Alonso y sus colegas.

      Pero hay más. Los posibles efectos secundarios del ranelato -causa diarrea, y hay dudas sobre sus consecuencias cardiovasculares y neurológicas- no se mencionan en ningún momento. Tampoco los del raloxifeno, pese a que incrementa el riesgo de trombos venosos y ataques cardiacos. Ni las secuelas gastrointestinales del alendronato.

      Para acabar, el trabajo sobre el fármaco de Lilly lleva la firma de tres empleados de Lilly; el del fármaco de Merck no sólo fue financiado por Merck, sino que tres de sus autores reconocen conflictos de intereses; el del medicamento que distribuye en España Procter & Gamble incluye a dos expertos de Procter & Gamble; y el del fármaco del laboratorio Servier lleva la firma de tres consultores de Servier, que además financió el estudio.

      Hasta la misma definición de osteopenia está bajo el punto de mira de los expertos entráfico de enfermedades. El criterio se basa en la densidad mineral de los huesos. Si es mucho menor de lo normal (2,5 desviaciones estándar bajo la media), se diagnostica osteoporosis. Si no tanto (entre 1,0 y 2,5 desviaciones estándar bajo la media), se diagnostica osteopenia.

      En realidad, esos criterios fueron publicados en 1994 por un pequeño grupo de estudio asociado a la Organización Mundial de la Salud (OMS), y no pretenden ser una pauta de diagnóstico -sus propios autores los tildan de “algo arbitrarios”-, sino una mera ayuda para normalizar los estudios epidemiológicos. Alonso subraya además que el grupo de la OMS tenía financiación de los laboratorios Rorer, Sandoz y SmithKline Beecham.

      La indefinición de los criterios diagnósticos es un asunto común en el debate del tráfico de enfermedades. Los investigadores Lisa Schwartz y Steven Woloshin, de la Universidad de Darmouth, afirman que la incidencia del síndrome de las piernas inquietas “se ha exagerado para abrir mercados a nuevos medicamentos”. Presentaron las evidencias en el primer congreso internacional dedicado al tráfico de enfermedades, celebrado hace dos años en Newcastle, Australia.

      En la misma reunión, la psiquiatra de la Universidad de Nueva York Leonor Tiefer documentó el papel de la industria farmacéutica en “la creación de una nueva patología llamada disfunción sexual femenina”. Y otro psiquiatra, David Haley, de la Universidad de Cardiff, certificó “la creciente promoción del trastorno bipolar, y de los fármacos para tratarlo”.

      La discusión se hace más delicada cuando afecta a algunos tipos de cáncer. Por ejemplo, el Gobierno español autorizó hace un año la comercialización de la vacuna contra el virus del papiloma humano para prevenir el cáncer de cuello de útero, y propuso a las comunidades autónomas su inclusión en el calendario de vacunaciones del Sistema Nacional de Salud (SNS). Alemania, Reino Unido, Bélgica, Francia y Dinamarca ya habían tomado medidas similares. La vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega explicó que el cáncer de cuello uterino es el segundo tumor más frecuente entre las mujeres, y que provoca 280.000 muertes anuales en el mundo. En España surgen cada año 2.100 nuevos casos.

      La mayoría de los especialistas avala esa decisión, pero no todos. El SNS “no ha tomado la decisión más racional posible”, según un grupo de seis investigadores encabezado por Carlos Álvarez-Dardet, catedrático de salud pública en la Universidad de Alicante y director del Journal of Epidemiology and Community Health.

      Estos expertos estiman el coste mínimo de la medida en 125 millones de euros anuales (cada vacuna cuesta 465 euros). Y calculan que, “para cuando se empiecen a prevenir los primeros casos de cáncer, dentro de 30 años, el SNS se habrá gastado 4.000 millones. Prevenir una sola muerte habrá costado entonces ocho millones de euros”. Cada año mueren por este cáncer en España 600 mujeres, una tasa de dos muertes por 100.000 mujeres en edad de riesgo.

      Con un fármaco de probada eficacia, los argumentos económicos pueden ser secundarios, pero éste no es el caso de la vacuna contra el papiloma, según estos especialistas en salud pública. El cáncer de útero suele tardar décadas en desarrollarse, y el más antiguo ensayo clínico de fase III empezó hace cuatro años. “La vacuna ha sido promocionada como una herramienta eficaz en la prevención del cáncer de cuello uterino”, aseguran, “pero esa evidencia científica aún no existe”.

      Este virus, sin embargo, causa una de las infecciones de transmisión sexual más comunes. Suelen remitir antes de dos años, pero si persisten pueden evolucionar a un cáncer en 20 o 30 años. Hay más de 100 cepas del virus, pero las vacunas autorizadas (Gardasil, de MSD, y Cervarix, de GSK) previenen contra las que causan el 70% de los casos de cáncer de cérvix.

      Un equipo de investigadores dirigido por Teresa Ruiz Cantero, del departamento de salud pública de la Universidad de Alicante, ha estudiado las estrategias de comunicación de los laboratorios, centrándose en los medicamentos para la menopausia y la disfunción eréctil.

      También aquí, una estrategia común es “ampliar el rango de indicaciones”, mediante “la extensión de la enfermedad desde cuadros graves a mínimos síntomas. Los fármacos ahora son consumidos por poblaciones sanas y fuera de las indicaciones iniciales”.

      Según Ruiz Cantero, se han emitido mensajes del tipo “más de la mitad de los hombres mayores de 40 años tiene problemas de erección”, que son “una manipulación clara, unos mensajes sesgados y simplistas que aumentan la percepción de que el problema es muy prevalente, prácticamente epidémico”.

      Estos expertos recuerdan que el objetivo de la OMS es hacer un uso racional del medicamento, y que no se podrá cumplir si la industria eleva las prevalencias, o no incluye toda la información en la publicidad del fármaco. La OMS, por cierto, también habla de la “búsqueda de la verdad” en medicina.

      “Debería propiciarse un concierto de las universidades españolas para regular el uso de su nombre en campañas de marketing de las empresas farmacéuticas”, dice Ruiz Cantero. “Y para imponer transparencia sobre la financiación de las investigaciones universitarias”. También las asociaciones de pacientes deberían difundir qué empresas las financian.

      La web podría ayudar, pero está llena de información sobre fármacos difundida por sus propios fabricantes. Ruiz Cantero cree que el Ministerio de Sanidad tiene que liderar la información en Internet. “Así las demás páginas web institucionales tendrían que actualizar periódicamente su información”. Las conclusiones del estudio han sido publicadas por el Instituto de la Mujer.

      El director de la Federación Internacional de Productores Farmacéuticos, Harvey Bale, defendió el año pasado, ante una reunión de consumidores de 100 países, la capacidad de la industria para promocionar sus medicamentos de forma ética. Pero sólo después de admitir ciertos “ejemplos de sobrepromoción mayúscula”.

      La patronal farmacéutica británica ha editado un folleto para periodistas donde admite que el número de enfermedades está creciendo, pero argumenta que las empresas del sector no son las responsables de definirlas. Por su lado, Glaxo niega que la promoción de su fármaco para el síndrome de las piernas inquietas sea un caso de tráfico de enfermedades.

      “Parte del problema”, afirma Moynihan, “es que la industria se gasta en promoción cerca del 25% de su cifra de ventas, casi el doble que en investigación”. Las estrategias de mercadotecnia, según este experto, incluyen anuncios en televisión sobre “fármacos para el estilo de vida”, campañas de concienciación pública sobre nuevas enfermedades y la “financiación de asociaciones de pacientes y médicos”.

      Pfizer manipuló datos sobre el Neurontin

      A principios de los años noventa, los laboratorios Pfizer manipularon la publicación de los ensayos sobre su fármaco Neurontin, según ha revelado un sumario judicial en los tribunales de Boston, recogido ayer por The New York Times. El Neurontin (Gabapentina) es un medicamento contra la epilepsia, y el objetivo de la multinacional era extenderlo a otras indicaciones como el dolor neuropático derivado de la diabetes. Ello ayudó al Neurontin a superar los 2.000 millones de euros de ventas anuales.

      Los expertos que han revisado para el juez miles de documentos de la compañía, incluidos correos electrónicos de sus directivos, muestran que Pfizer retrasó a propósito la publicación de algunos estudios que le iban mal -los que no encontraron evidencia de que el Neurontin sirviera para el dolor neuropático- y manipuló otros para mostrar los datos desde un ángulo más deseable para los fines de la empresa.

      La demanda fue presentada por grupos de consumidores, compañías de seguros médicos y sindicatos de Boston. Piden que Pfizer les devuelva miles de millones de dólares por prescripciones de Neurontin, y acusan a la compañía de “tergiversar las ventajas del fármaco de manera fraudulenta”.

      Pfizer niega la acusación y asegura que presentó los datos de una manera “objetiva, precisa, equilibrada y completa”.

      Se trata de “una estrategia de publicación que pretende convencer a los médicos de la efectividad del Neurontin, y para tergiversar o suprimir los hallazgos negativos”, según Kay Dickersin, de la Escuela de Salud Pública de la Universidad Johns Hopkins. Un sesgo que se da en más de la mitad de los artículos sobre ensayos, según publicó en septiembrePLoS.

      En 2000, el investigador principal de uno de los estudios negativos, el británico John Reckless, amenazó a la compañía con publicarlo por su cuenta si no lo hacía ella. En septiembre de ese año, un directivo de la firma escribió en un correo: “El doctor Reckless tiene muchas ganas de publicar, pero ello tendrá varias ramificaciones. Creo que podemos limitar los inconvenientes de ese estudio retrasando la publicación tanto como sea posible”. El trabajo no fue publicado hasta 2003, y para entonces los resultados aparecían combinados con otros dos estudios, y los tres juntos indicaban que el Neurontin sí era útil contra el dolor neuropático. En otro intercambio de mensajes electrónicos, un directivo demarketing de la compañía y un escritor profesional discuten cómo adornar unos resultados para su presentación en un congreso.


      Modern Medicine and the "Dharmic" Doctor


      Modern Medicine and the “Dharmic” Doctor
      Fuente: New Paradigm Journal

      The Sanskrit term “dharma” is the essence of what something or someone is supposed to do or exist according to their true innate nature. Thus the dharma of the sun is to give light and warmth without effectively expecting anything in return. Likewise, the tree offers fruit and shade without any expectations, and animals act out their dharmic lives according to their nature. Only man has become adharmic or lacking in dharma, due to his deluded state where the mind and ego have been permitted an unwarranted authority that has subjugated our dharmic or spiritual nature. This aspect has also pervaded western or allopathic medicine where there is plenty of scope for ego to enjoy power, prestige and of course, profit.
      Health is not just an absence of disease. It is the presence of spiritual, mental and physical well-being and the skill of the dharmic doctor would not only involve all of these levels of healing but would also include an awareness of their specific relevance to healing. Notwithstanding the triumphs of modern allopathic science, it is a sad but obvious fact that treating disease has become a sickness industry with many doctors essentially trained to practice what an American pathologist called N2D2 medicine i.e.

      Name of Disease = Name of Drug. The patient is relegated to being a client and a source of income. As a result, my profession is facing the embarrassment and indeed shame of now being the leading cause of death in America and well ahead of heart and cancer diseases.
      What can a doctor do in the face of all this commercialisation of human disease? A human being is not just a collection of body parts to be fixed or replaced but our concentration on the body has imposed restrictions that could prevent us from really helping our patients. Biological tissues receive and transmit vibrations and these barely understood resonances causing physical distortions can originate at very subtle mental and even etherial levels. Where has the art of medicine gone when western doctors, wishing to use safe, cheaper and effective but unapproved or “unscientific” therapies, risk professional attack and loss of license from medical board members with vested interests in other technologies? Furthermore, our western allopathic scientific medicine has had an embarrassing habit of changing every 10-20 years, as surgical and medical fashions change even from country to country. In contrast to these trends, traditional but unpatentable forms of healing have continued for centuries or even millennia.
      Doctors have a perfect opportunity to do loving service. At a 1993 Cardiology Conference in Puttaparthi, India, the Avatar Sri Sai Baba addressing the assembled doctors, said “You should be courteous and well-mannered.” However, how often has medicine just become a business where every “client” is seen across a desk, briefly questioned for five minutes, given a drug prescription and then shown the door? How many patients do we actually touch? How many do we really listen to in the haste to get finished?

      How many times has a patient given us a hug? How many times, if ever, has a small child been lifted up onto our laps to be examined? Notably, the latter would not have been regarded as unusual just 50 years ago. Would we even be able to continue to practice medicine if the all-too-convenient supply of petrochemical drugs were to suddenly stop? Homoeopaths, herbalists, acupuncturists and hands-on naturopaths would still be able to help and many patients are already choosing their skills and non-toxic remedies. We do not need double-blind placebo-controlled studies to find out what works. Sri Sai Baba also said: “Take time to sit by the patient as you would sit by your brother. Hold the patient by the hand and look into his eyes with compassion.” What beautiful simple instructions. Is a little compassion so difficult or so time-consuming? How rarely is even the essence of these simple but very profound instructions applied to current western medical practice with the emphasis on a 5-10 minute consultation, intelligent guesses called differential diagnoses, and tests to see if there’s anything wrong with their part of the “car-case.” Even the British Medical Journal (Jan 2006) has published a study that confirmed that patients responded most to doctors who actually smiled!
      The actual dying process can also be a time of intense loneliness and fear especially in the all-too-often impersonal hospital environment. Sogyal Rinpoche writes in the Tibetan Book on Living and Dying about a young doctor who had just graduated in London. There were five deaths on her first day in the ward and nothing had prepared her for this. She saw an old man lying in bed staring at the wall with no family or friend to visit him. When she went over to him he asked her with tears in his eyes, “Do you think God will ever forgive me for my sins?” She had no idea what to say as her medical training had left her completely unprepared for this and there was no chaplain available to help. She just stood there paralysed as I and probably most of my colleagues would also have been at that stage in our careers.
      This doctor later asked Sogyal what he would have done and he told her that he would have just sat by the bed, held the old man’s hand whilst letting him talk and giving total compassionate attention. Sogyal continues by writing that he would say to the man, “Forgiveness already exists in the nature of God, it is already there. God has already forgiven you, for God is forgiveness itself. But can you forgive yourself? That is the question.” “Your feeling of being unforgiven and unforgivable is what makes you suffer but it only exists in your heart or mind. Haven’t you read how in some near-death experiences a great golden presence of light arrives that is all-forgiving? And it is often said that it is finally we who judge ourselves.”

      Sogyal recommended asking for purification to clear any guilt, to forgive everyone else in your life and to ask for forgiveness from anyone you have harmed. Two very good friends met Sogyal in London some time ago and during his discourse he humorously said, “People worry about dying. Know that you will all be very successful.”
      Possibly because a fix it or replace it mentality has pervaded medical training, patients increasingly seek help from naturopaths who, at the very least, can take the time to hold the patient’s hand and look into their eyes with compassion. This role is also taught to chaplains where the achievement of holistic care, not only involves every patient being treated as a physical, social, emotional and spiritual being, but also moves beyond psychotherapy and attentive listening to the language of forgiveness, love and hope.

      However, before attempting to communicate on a spiritual level, both chaplains and doctors inevitably have to confront their own spirituality and mortality with questions of, “Who am I? Where am I going?” or indeed, “Why am I?” Similar questions are also likely to be raised by the patient questioning why they have been given cancer, and an ability to discuss them is obviously a prerequisite to being able to assist them.

      As the Rev. Noel Due pointed out, “… as soon as there is any question, in the course of treatment, of the patient’s attitude to himself or others, towards life and towards God, we have left the technical sphere for that of morality and metaphysics. The doctor at that point is no longer engaged in psychotherapy (or palliative care), but in soul-healing.”
      Peter, a retired police inspector, survived an all-important 7 months after nearly dying during the first week after I met him. The local hospice had asked if I would help him through the last stages of his cancer. We gently embarked on a spiritual journey during numerous evenings together when I would visit him after work. His final few days were peaceful and he had a “good” death. However, a month before that time, he told me something quite remarkable. He started by telling me that a friend of his had recently dropped down dead on the golf course and friends had commented on how lucky he had been. Peter then went on to say that he didn’t agree as given the chance, he would not have changed places as his illness had enabled him to discover so much about life and death. He no longer feared death and was even looking forward to seeing what was going to happen! The doctor thus has an opportunity to be both a guide and teacher, and indeed, “docere”, to teach, is the Latin derivation of our profession.
      Many people and pastors and of course doctors who think that MD means Minor Deity do not really know who they are. There is the person we think we are, there’s the one other people think we are and then there’s the one we really are, namely pure ongoing spirit temporarily encased in a vehicle or physical body.

      Notably, Cheryl Canfield writes in “Profound Healing,” “When we see ourselves from the perspective of ongoing spirit, we have less attachment to the survival of our bodies; paradoxically, as we get our lives into harmony with universal love, we have more energy available to heal our bodies. When we embark on this spiritual journey, however, whether we heal our bodies or make the transition and let our bodies go, is not what matters. What matters is how we use the life we are given this very moment.”
      There is now more than enough robust evidence from the many tens of thousands of people who have had Near Death Experiences (NDE) let alone the evidence of past lives from Professors Stevenson, Weiss, Haraldsson, Banerjee and others following in their footsteps, to confirm an ongoing consciousness after death and a subsequent return into an appropriate and chosen body. Indeed, Marty, one of Professor Ring’s NDErs, summed up what he was meant to bring back and share with the world with: “Loving and caring for others are the most important things that we can do as human beings on this earth. An ultimate and loving God does exist and we must search for truth and deal with each other honestly.” Another time during one of Professor Ring’s classes, a student asked Virginia, a middle-aged mother who had shared her NDE with them, how he himself could have such a wonderful experience and Virginia replied, “Love others” (even though we might not actually approve of their behaviour!).
      Having been given this unique chance to serve, we therefore need to appreciate those patients who, by still believing in us, give us the opportunity to help both of the indwellers on their journey and whilst we may be overworked and tired out, a little loving compassion goes a long way.

      Modern Medicine and the "Dharmic" Doctor


      Modern Medicine and the “Dharmic” Doctor
      Fuente: New Paradigm Journal

      The Sanskrit term “dharma” is the essence of what something or someone is supposed to do or exist according to their true innate nature. Thus the dharma of the sun is to give light and warmth without effectively expecting anything in return. Likewise, the tree offers fruit and shade without any expectations, and animals act out their dharmic lives according to their nature. Only man has become adharmic or lacking in dharma, due to his deluded state where the mind and ego have been permitted an unwarranted authority that has subjugated our dharmic or spiritual nature. This aspect has also pervaded western or allopathic medicine where there is plenty of scope for ego to enjoy power, prestige and of course, profit.
      Health is not just an absence of disease. It is the presence of spiritual, mental and physical well-being and the skill of the dharmic doctor would not only involve all of these levels of healing but would also include an awareness of their specific relevance to healing. Notwithstanding the triumphs of modern allopathic science, it is a sad but obvious fact that treating disease has become a sickness industry with many doctors essentially trained to practice what an American pathologist called N2D2 medicine i.e.

      Name of Disease = Name of Drug. The patient is relegated to being a client and a source of income. As a result, my profession is facing the embarrassment and indeed shame of now being the leading cause of death in America and well ahead of heart and cancer diseases.
      What can a doctor do in the face of all this commercialisation of human disease? A human being is not just a collection of body parts to be fixed or replaced but our concentration on the body has imposed restrictions that could prevent us from really helping our patients. Biological tissues receive and transmit vibrations and these barely understood resonances causing physical distortions can originate at very subtle mental and even etherial levels. Where has the art of medicine gone when western doctors, wishing to use safe, cheaper and effective but unapproved or “unscientific” therapies, risk professional attack and loss of license from medical board members with vested interests in other technologies? Furthermore, our western allopathic scientific medicine has had an embarrassing habit of changing every 10-20 years, as surgical and medical fashions change even from country to country. In contrast to these trends, traditional but unpatentable forms of healing have continued for centuries or even millennia.
      Doctors have a perfect opportunity to do loving service. At a 1993 Cardiology Conference in Puttaparthi, India, the Avatar Sri Sai Baba addressing the assembled doctors, said “You should be courteous and well-mannered.” However, how often has medicine just become a business where every “client” is seen across a desk, briefly questioned for five minutes, given a drug prescription and then shown the door? How many patients do we actually touch? How many do we really listen to in the haste to get finished?

      How many times has a patient given us a hug? How many times, if ever, has a small child been lifted up onto our laps to be examined? Notably, the latter would not have been regarded as unusual just 50 years ago. Would we even be able to continue to practice medicine if the all-too-convenient supply of petrochemical drugs were to suddenly stop? Homoeopaths, herbalists, acupuncturists and hands-on naturopaths would still be able to help and many patients are already choosing their skills and non-toxic remedies. We do not need double-blind placebo-controlled studies to find out what works. Sri Sai Baba also said: “Take time to sit by the patient as you would sit by your brother. Hold the patient by the hand and look into his eyes with compassion.” What beautiful simple instructions. Is a little compassion so difficult or so time-consuming? How rarely is even the essence of these simple but very profound instructions applied to current western medical practice with the emphasis on a 5-10 minute consultation, intelligent guesses called differential diagnoses, and tests to see if there’s anything wrong with their part of the “car-case.” Even the British Medical Journal (Jan 2006) has published a study that confirmed that patients responded most to doctors who actually smiled!
      The actual dying process can also be a time of intense loneliness and fear especially in the all-too-often impersonal hospital environment. Sogyal Rinpoche writes in the Tibetan Book on Living and Dying about a young doctor who had just graduated in London. There were five deaths on her first day in the ward and nothing had prepared her for this. She saw an old man lying in bed staring at the wall with no family or friend to visit him. When she went over to him he asked her with tears in his eyes, “Do you think God will ever forgive me for my sins?” She had no idea what to say as her medical training had left her completely unprepared for this and there was no chaplain available to help. She just stood there paralysed as I and probably most of my colleagues would also have been at that stage in our careers.
      This doctor later asked Sogyal what he would have done and he told her that he would have just sat by the bed, held the old man’s hand whilst letting him talk and giving total compassionate attention. Sogyal continues by writing that he would say to the man, “Forgiveness already exists in the nature of God, it is already there. God has already forgiven you, for God is forgiveness itself. But can you forgive yourself? That is the question.” “Your feeling of being unforgiven and unforgivable is what makes you suffer but it only exists in your heart or mind. Haven’t you read how in some near-death experiences a great golden presence of light arrives that is all-forgiving? And it is often said that it is finally we who judge ourselves.”

      Sogyal recommended asking for purification to clear any guilt, to forgive everyone else in your life and to ask for forgiveness from anyone you have harmed. Two very good friends met Sogyal in London some time ago and during his discourse he humorously said, “People worry about dying. Know that you will all be very successful.”
      Possibly because a fix it or replace it mentality has pervaded medical training, patients increasingly seek help from naturopaths who, at the very least, can take the time to hold the patient’s hand and look into their eyes with compassion. This role is also taught to chaplains where the achievement of holistic care, not only involves every patient being treated as a physical, social, emotional and spiritual being, but also moves beyond psychotherapy and attentive listening to the language of forgiveness, love and hope.

      However, before attempting to communicate on a spiritual level, both chaplains and doctors inevitably have to confront their own spirituality and mortality with questions of, “Who am I? Where am I going?” or indeed, “Why am I?” Similar questions are also likely to be raised by the patient questioning why they have been given cancer, and an ability to discuss them is obviously a prerequisite to being able to assist them.

      As the Rev. Noel Due pointed out, “… as soon as there is any question, in the course of treatment, of the patient’s attitude to himself or others, towards life and towards God, we have left the technical sphere for that of morality and metaphysics. The doctor at that point is no longer engaged in psychotherapy (or palliative care), but in soul-healing.”
      Peter, a retired police inspector, survived an all-important 7 months after nearly dying during the first week after I met him. The local hospice had asked if I would help him through the last stages of his cancer. We gently embarked on a spiritual journey during numerous evenings together when I would visit him after work. His final few days were peaceful and he had a “good” death. However, a month before that time, he told me something quite remarkable. He started by telling me that a friend of his had recently dropped down dead on the golf course and friends had commented on how lucky he had been. Peter then went on to say that he didn’t agree as given the chance, he would not have changed places as his illness had enabled him to discover so much about life and death. He no longer feared death and was even looking forward to seeing what was going to happen! The doctor thus has an opportunity to be both a guide and teacher, and indeed, “docere”, to teach, is the Latin derivation of our profession.
      Many people and pastors and of course doctors who think that MD means Minor Deity do not really know who they are. There is the person we think we are, there’s the one other people think we are and then there’s the one we really are, namely pure ongoing spirit temporarily encased in a vehicle or physical body.

      Notably, Cheryl Canfield writes in “Profound Healing,” “When we see ourselves from the perspective of ongoing spirit, we have less attachment to the survival of our bodies; paradoxically, as we get our lives into harmony with universal love, we have more energy available to heal our bodies. When we embark on this spiritual journey, however, whether we heal our bodies or make the transition and let our bodies go, is not what matters. What matters is how we use the life we are given this very moment.”
      There is now more than enough robust evidence from the many tens of thousands of people who have had Near Death Experiences (NDE) let alone the evidence of past lives from Professors Stevenson, Weiss, Haraldsson, Banerjee and others following in their footsteps, to confirm an ongoing consciousness after death and a subsequent return into an appropriate and chosen body. Indeed, Marty, one of Professor Ring’s NDErs, summed up what he was meant to bring back and share with the world with: “Loving and caring for others are the most important things that we can do as human beings on this earth. An ultimate and loving God does exist and we must search for truth and deal with each other honestly.” Another time during one of Professor Ring’s classes, a student asked Virginia, a middle-aged mother who had shared her NDE with them, how he himself could have such a wonderful experience and Virginia replied, “Love others” (even though we might not actually approve of their behaviour!).
      Having been given this unique chance to serve, we therefore need to appreciate those patients who, by still believing in us, give us the opportunity to help both of the indwellers on their journey and whilst we may be overworked and tired out, a little loving compassion goes a long way.

      Revisiones de salud en niños


      En Argentina es practica aceptada por los pediatras la realizacion de examenes periodicos de salud en niños con una frecuencia que pocos se plantean si es la correcta o no. Dos examenes en el primer mes de vida y practicamente un examen mensual hasta el año de vida es lo corriente. Con lo cual el primer año de vida, si el niño no padece ningun otro problema de salud, es de cuanto menos 14 visitas al medico. Mejora esto la calidad de atencion o la salud de los niños? La medicion continua de la talla, peso y perimetro cefalico, mas la oportunidad para prescribir otras practicas preventivas como inmunizaciones justifican esto? Sin duda son respuestas sobre las que se habla poco y se ha escrito menos en nuestro ambito. 

      Un articulo aparecido en Pediatria Basada en la Evidencia, pone en tela de juicio estos aspectos, y con ellos la discusion de la utilidad de las nuevas tablas de la OMS, asi como si este tipo de actividades no es parte de un proceso mas de medicalizacion de la infancia. El mismo puede leerse desde aqui. Articulo Completo en PDF. 

      Revisiones de salud en niños


      En Argentina es practica aceptada por los pediatras la realizacion de examenes periodicos de salud en niños con una frecuencia que pocos se plantean si es la correcta o no. Dos examenes en el primer mes de vida y practicamente un examen mensual hasta el año de vida es lo corriente. Con lo cual el primer año de vida, si el niño no padece ningun otro problema de salud, es de cuanto menos 14 visitas al medico. Mejora esto la calidad de atencion o la salud de los niños? La medicion continua de la talla, peso y perimetro cefalico, mas la oportunidad para prescribir otras practicas preventivas como inmunizaciones justifican esto? Sin duda son respuestas sobre las que se habla poco y se ha escrito menos en nuestro ambito. 

      Un articulo aparecido en Pediatria Basada en la Evidencia, pone en tela de juicio estos aspectos, y con ellos la discusion de la utilidad de las nuevas tablas de la OMS, asi como si este tipo de actividades no es parte de un proceso mas de medicalizacion de la infancia. El mismo puede leerse desde aqui. Articulo Completo en PDF. 

      Una dosis de pruebas empiricas


      A dose of empirical evidence

      Ivan Illich: Medicalization and primary care

      York history professor David Wootton talks to John Crace about his radical new version of the development of medicine

      Tuesday April 29, 2008
      The Guardian

      David Wootton
      Photograph: Sarah Lee

      You can’t help seeing it as a kind of back-handed compliment. No sooner had his daughter announced that she intended to train to be a doctor than David Wootton decided to start work on Bad Medicine, a book that comes with the catchy subtitle Doctors Doing Harm Since Hippocrates. Wootton smiles, unfazed by the association. “It’s true that my daughter’s career choice did spark my interest in the history of medicine,” he says, “but the title is somewhat misleading. My working title was Death Deferred and the main thesis is that it’s only in the last 150 years that doctors have started to do any good.”Just as the title got lost somewhere in translation, so too did the book. What Wootton, anniversary professor of history at York University, originally intended to write was a rather esoteric Foucaultian exploration of the ways we inhabit the body, but he rapidly became diverted into the 2,000-year Hippocratic tradition of western medicine and how it had failed to progress for so long while keeping its reputation largely intact. True, there had always been a few quacks, but then – as now – doctors were, for the most part, well-paid, highly educated practitioners who were respected within the community – even when they were killing more patients than they were curing by practising therapies such as blood-letting, which we now know had worse results than allowing the illness to take its natural course.

      Professional delusion

      “You can only see it as some kind of mass professional delusion,” Wootton says. “Even in the late 17th century, when doctors no longer believed that the body was made up of the four humours, they continued to practise the same therapies. They managed to convince themselves that the treatments they had always practised were effective, and it was their belief systems about why they worked that needed to change. And patients colluded because they were desperate; doing something was perceived as better than doing nothing.”

      So far, Bad Medicine has received what publicists refer to as a “mixed reaction”. Doctors in the UK, with an interest in how medicine became effective, have largely given the book the thumbs-up, while those in the US – where evidence-based medicine still plays second fiddle to clinical judgment – have been lukewarm. But it is from the medical historians that Wootton has copped the heaviest flak. His crime? Writing a history in terms of progression.

      “It is almost an article of faith for historians that notions of progress are relative and illusory,” says Wootton “And it makes perfect sense when you are studying something like 18th-century politics, because notions of taking sides between good guys and bad guys are to some extent meaningless, because people are a product of a particular social and cultural construct. But it doesn’t make so much sense when you are talking about science, because progress is something than can be clearly measured and quantified.”

      This is more than some slightly recherche academic squabble over postmodernism. For in writing Bad Medicine, Wootton has completely redrawn the received version of medical history which states that it was only with the building of large hospitals in the 19th century – and the accompanying increased mortality rate due to the proximity of patients to one another – that doctors began to grasp germ theory. Rather than trading in the standard “what if?” counterfactuals that have become the staple diet for many historians, Wootton has trawled through the archives to create a parallel, virtual history of medicine that raises serious questions about how the actual one evolved.

      “There were physicians in the 17th century who had come up with relatively sophisticated ideas of germ theory,” says Wootton. “They understood there were little things that were buzzing around and that some people must develop resistance to them. They could even see them in microscopes. I’d always previously assumed that their microscopes weren’t powerful enough, but that was incorrect. They could see microbes, but the medical establishment did nothing. It was Pasteur who got the credit for germ theory, but he was really only running experiments other scientists had run 30 years before.

      Progressive breakthroughs

      “It may sound as if I’m using hindsight to condemn doctors for failing to break free from the prevailing belief systems, but that’s not true. Contemporaries were asking themselves the same kind of questions; when anaesthetics were first introduced, countless doctors asked themselves why on earth they hadn’t started using them earlier, as the science was already well-understood. Medical history is littered with these anomalies. Penicillin was actually first successfully used to treat eye infections in the late 19th century, but no one made the right connections about its antibiotic properties until the 1920s and 30s. So it makes sense to think of medicine as a series of progressive breakthroughs and it is legitimate to ask why progress has often been so slow when the necessary evidence is available. Even now, we’re making the same mistakes. It’s only in the past 25 years that we’ve finally accepted that ulcers are caused by bacteria rather than stress.”

      Wootton is a curious mix of the radical and the old school. He might have cut his teeth on Foucault and Levi-Strauss several years ago, when he came across their work piled up in a sleepy bookshop in Poitiers where he was studying on a pre-Cambridge scholarship; and he still lives an agreeably bohemian life, dividing his time between his north London flat, a cottage in Leicestershire and a longboat in York. But, not far beneath the surface, there is a committed rationalist whose beliefs – and interests – are firmly rooted in the Enlightenment. And it’s a rationalism he values, all the more for the fight it took to get it.

      His parents were both missionaries and he spent his early life near Lahore in Pakistan, where his father was having limited success converting Muslims to Christianity. It was a peculiar, alienated existence. He was home-schooled and the only English speakers he came across were Americans, so when he returned to this country, he found England to be just as strange a land. “I spoke with an American accent,” Wootton points out. “My father was a committed Christian working for the British and Foreign Bible Society and I had no understanding of British culture. So I felt completely disconnected.”

      He won a scholarship to the City of London school and his daily commute from Blackheath gave him a rare sense of normality away from the doctrinal formality of the family home. These days he chooses his words carefully when describing his relationship with his father, but he does concede it wasn’t easy. “My father was an extremely religious man,” he says, “and it upset him greatly that I did not share his beliefs.” Wootton wanted to become a mathematician – “It was soon made clear to me I didn’t have the talent for it” – so he ended up going to Cambridge to read history. And hating it.

      “I went to Peterhouse College in 1969 and it felt as if I was going back to the 1930s,” he says. “It was as if the new intellectual world I’d discovered in France just didn’t exist. History was reduced to the stultifying empiricism of the establishment of facts.” Things started to look up in his third year when the first English translations of Foucault started to appear, and Wootton found himself in the vanguard of the student radicals. “It was a heady, exciting time,” he says. “We genuinely felt that the world could be changed through freedom, equality and participation.”

      Pessimism – or realism – has long since blunted some of his idealism, yet even in his student days he never allowed his enthusiasm for the new isms of postmodernism and structuralism to completely destroy his faith in the old ism of empiricism. For just as Bad Medicine is grounded in evidence, so too was his doctoral thesis on Paolo Sarpi, a minor Venetian theolgian and contemporary of Galileo. And just as with Bad Medicine, his work on Sarpi caught him on the wrong side of the historical thought police.

      “I came across a notebook that no one had read since Lord Acton in the 19th century,” Wootton says. “And it clearly showed that, contrary to what everyone had hitherto believed, Sarpi believed religion to be completely false and merely a means for the inculcation of social order. I presented my findings to my supervisor, Hugh Trevor-Roper, and he told me to forget them, as the examiners would reject them because no one would accept that atheism existed in the 17th century. He didn’t say I was wrong; just that it wouldn’t be accepted. I was amazed as I thought the evidence would speak for itself. But apparently not.”

      Battle for acceptance

      Wootton resolved the situation by resorting to a peculiarly quaint Oxbridge tradition. “I discovered that if a Cambridge graduate could persuade the University Press to publish their book, it would count as a Phd. So I got a contract from CUP, sacked Trevor-Roper as my supervisor, and wrote the book. Twenty years or so on, my work on Sarpi’s atheism is now accepted in historical circles. But it’s been a battle.”

      Once the Sarpi opus was published, Wootton upped sticks and moved to Canada, taking jobs in Montreal, Nova Scotia and Victoria, and he rather imagined he might see out his career on that side of the Atlantic. But that all changed when – on a year’s sabbatical to the UK – his 16-year-old daughter told him she had no intention of going back to Canada as the maths teaching there was crap. “She did rather force my hand,” he smiles, “so I applied for a job teaching politics at Brunel.” From there he moved to Queen Mary, University of London, and then to York.

      But his taste for controversy – evidence-based, of course – is undiminished. Earlier this month, he delivered the prestigious Raleigh lecture to the British Academy in which he suggested that Queen Elizabeth I had been instructed into a quasi-religious, virtual psychotherapeutic group, the Family of Love, by one of her courtiers, Robert Seal. And you would put odds on the biography of Galileo that he’s currently writing upsetting a few of the old canards. Still. You can’t help feeling that one of the Enlightenment’s leading figures wouldn’t have expected any less.

      Curriculum vitae

      Age: 56

      Job: Anniversary professor of history, York University

      Likes: Dogwalking

      Dislikes: Sitting in libraries

      Married, two children

      · Bad Medicine is published by Oxford University Press. To order a copy for £9.99 with free UK p&p go to guardian.co.uk/bookshop or call 0870 836 0875

      Muchos medicos, muchos tests


      Many Doctors, Many Tests, No Rhyme or Reason

      Ulla Puggaard

       

      Published: March 11, 2008

      I recently took care of a 50-year-old man who had been admitted to the hospital short of breath. During his monthlong stay he was seen by a hematologist, an endocrinologist, a kidney specialist, a podiatrist, two cardiologists, a cardiac electrophysiologist, an infectious-diseases specialist, a pulmonologist, an ear-nose-throat specialist, a urologist, a gastroenterologist, a neurologist, a nutritionist, a general surgeon, a thoracic surgeon and a pain specialist.

      Readers’ Comments

      “We need major reform of the entire system, legal controls with real penalties for abuse, and somebody like Teddy Roosevelt to make it happen.”

      Jim, Oak Ridge, TN

      if (acm.rc) acm.rc.write();He underwent 12 procedures, including cardiac catheterization, a pacemaker implant and a bone-marrow biopsy (to work-up chronic anemia).

      Despite this wearying schedule, he maintained an upbeat manner, walking the corridors daily with assistance to chat with nurses and physician assistants. When he was discharged, follow-up visits were scheduled for him with seven specialists.

      This man’s case, in which expert consultations sprouted with little rhyme, reason or coordination, reinforced a lesson I have learned many times since entering practice: In our health care system, where doctors are paid piecework for their services, if you have a slew of physicians and a willing patient, almost any sort of terrible excess can occur.

      Though accurate data is lacking, the overuse of services in health care probably cost hundreds of billions of dollars last year, out of the more than $2 trillion that Americans spent on health.

      Are we getting our money’s worth? Not according to the usual measures of public health. The United States ranks 45th in life expectancy, behind Bosnia and Jordan; near last, compared with other developed countries, in infant mortality; and in last place, according to the Commonwealth Fund, a health-care research group, among major industrialized countries in health-care quality, access and efficiency.

      And in the United States, regions that spend the most on health care appear to have higher mortality rates than regions that spend the least, perhaps because of increased hospitalization rates that result in more life-threatening errors and infections. It has been estimated that if the entire country spent the same as the lowest spending regions, the Medicare program alone could save about $40 billion a year.

      Overutilization is driven by many factors — “defensive” medicine by doctors trying to avoid lawsuits; patients’ demands; a pervading belief among doctors and patients that newer, more expensive technology is better.

      The most important factor, however, may be the perverse financial incentives of our current system.

      Doctors are usually reimbursed for whatever they bill. As reimbursement rates have declined in recent years, most doctors have adapted by increasing the quantity of services. If you cut the amount of air you take in per breath, the only way to maintain ventilation is to breathe faster.

      Overconsultation and overtesting have now become facts of the medical profession. The culture in practice is to grab patients and generate volume. “Medicine has become like everything else,” a doctor told me recently. “Everything moves because of money.”

      Consider medical imaging. According to a federal commission, from 1999 to 2004 the growth in the volume of imaging services per Medicare patient far outstripped the growth of all other physician services. In 2004, the cost of imaging services was close to $100 billion, or an average of roughly $350 per person in the United States.

      Not long ago, I visited a friend — a cardiologist in his late 30s — at his office on Long Island to ask him about imaging in private practices.

      “When I started in practice, I wanted to do the right thing,” he told me matter-of-factly. “A young woman would come in with palpitations. I’d tell her she was fine. But then I realized that she’d just go down the street to another physician and he’d order all the tests anyway: echocardiogram, stress test, Holter monitor — stuff she didn’t really need. Then she’d go around and tell her friends what a great doctor — a thorough doctor — the other cardiologist was.

      “I tried to practice ethical medicine, but it didn’t help. It didn’t pay, both from a financial and a reputation standpoint.”

      His nuclear imaging camera was in an adjoining “procedure” room. He broke down the monthly costs for me: camera lease, $4,500; treadmill lease, $400; office space, $1,000; technician fee, $1,800; nurse fee, $1,000; and miscellaneous expenses of $200.

      “Now say I get on average $850 per nuclear stress test,” he said. “Then I have to do at least 10 stress tests a month just to cover the costs, no profit going into my pocket.”

      “So,” I said, “there’s pressure on you to do more than 10 stress tests a month, whether your patients need it or not.”

      He shrugged and said, “That is what I have to do to break even.”

      Last year, Congress approved steep reductions in Medicare payments for certain imaging services. Deeper cuts will almost certainly be forthcoming. This is good; unnecessary imaging is almost certainly taking place, leading to false-positive results, unnecessary invasive procedures, more complications and so on.

      But the problem in medicine today is much larger than imaging. Doctors are doing too much testing and too many procedures, often for the sake of business. And patients, unfortunately, are paying the price.

      “The hospital is a great place to be when you are sick,” a hospital executive told me recently. “But I don’t want my mother in here five minutes longer than she needs to be.”

      Dr. Sandeep Jauhar is a cardiologist on Long Island and the author of the new memoir “Intern: A Doctor’s Initiation.”

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      Nos medicamos más, nos medicamos mal


      Fuente: El Pais.

      Estamos rodeados de medicamentos. La mitad de los botiquines de los hogares españoles contienen entre 10 y 20 fármacos y el gasto farmacéutico de este enero ha crecido un 6,19% respecto al de 2007, según datos del Ministerio de Sanidad y Consumo. El análisis de los ríos, donde va a parar el agua de los hogares, ofrece otra excelente radiografía: en ella se encuentran elevadas concentraciones de residuos de antibióticos, antiinflamatorios, antidepresivos y otros psicofármacos. El consumo de estos últimos se ha triplicado en España en la última década, según Sanidad.

      La mitad de los botiquines caseros tiene entre 10 y 20 fármacos
      Un 9% de los pacientes necesitaría medicación pero no va al médico
      Las mujeres consumen el 75% de los somníferos y los tranquilizantes

      Está claro que el entorno se ha medicalizado. ¿Se utilizan los medicamentos de forma racional y eficaz? Teniendo en cuenta que un 36% de los casos que se atienden en los servicios de urgencias de los hospitales españoles se deben a un mal uso de los medicamentos, la respuesta es que en muchas ocasiones no. Son los resultados preliminares de un ambicioso estudio en el que participan nueve hospitales de toda España (el Virgen de las Nieves de Granada, el Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla, el Reina Sofía de Córdoba, el Carlos Haya de Málaga, el hospital General de Asturias de Oviedo, el de Cruces de Bilbao, el Gregorio Marañón de Madrid, el hospital Clínic y el de Sant Pau de Barcelona).

      “Un medicamento tiene que ser necesario, efectivo y seguro”, afirma Isabel Baena, coordinadora del proyecto e investigadora del grupo de investigación en atención farmacéutica de la Universidad de Granada. Muchos de los problemas relacionados con los medicamentos se deben tanto al exceso como a la falta de medicación. “Hay muchos pacientes que necesitarían medicación pero que no van al médico, cerca de un 9%. Luego tenemos un 1% que toma un medicamento que sobra, a veces por automedicación, otras por una mala prescripción médica”, explica Baena.

      La ineficacia de los medicamentos está detrás de las razones por las que algunos pacientes acuden a urgencias. “Es muy frecuente que el paciente no tome la pauta entera, y también que no siga las dosis adecuadas, porque no hace caso al médico o porque el mismo facultativo no ha prescrito la dosis adecuada”, explica Baena. La inefectividad también se puede deber a la interacción con otros medicamentos, que anulan el efecto deseado. De hecho, los pacientes más afectados por esta situación son los enfermos crónicos que toman más de cinco medicamentos.

      También existe una pequeña fracción de inefectividad que entra dentro de la normalidad, puntualiza María José Faus, directora del Máster en Atención Farmacéutica de la Universidad de Granada: “A algunas personas les ocurre que, por sus características propias, el medicamento no les hace efecto. No hay ni un solo medicamento que funcione al cien por cien, la máxima efectividad se sitúa en el 85%, o sea que ese margen de inefectividad existe aunque el tratamiento se siga bien”.

      Los ancianos son quienes más acuden a urgencias por tener problemas con los medicamentos. Toman muchos, un arsenal para algunos difícil de gestionar. Además, los desórdenes corporales que acompañan a la vejez contribuyen a generar desajustes en las dosis. “Pueden tener alterada la función renal o hepática y no eliminan los medicamentos de la misma forma”, explica Ester Durán, farmacéutica del Servicio de Farmacia del hospital Gregorio Marañón de Madrid, que también participa en el proyecto.

      Según el estudio, el 75% de estos malos usos que acaban con un viaje a urgencias se podrían evitar. ¿Sobre quién recaen las responsabilidades? “El paciente pasa por diferentes puntos del sistema sanitario que permitirían identificar estos problemas y desde los que se podría actuar”, afirma Baena. Las responsabilidades se reparten a partes iguales entre los tres eslabones de la cadena sanitaria: médicos, farmacéuticos y el propio paciente. “Un médico te receta una cosa, y puede que otro te recete otra. Si no hay alguien que ordene esta medicación, difícilmente se puede resolver el problema”, apunta Faus. “Para evitar estos problemas serían necesarios profesionales dedicados a realizar un seguimiento farmacoterapéutico de los pacientes, se trata de buscar complicidades y aliados”.

      Ordenar la medicación de los pacientes enfermos puede contribuir a mejorar la situación. Pero también será necesario revisar los botiquines de los hogares españoles. Según un estudio del grupo Urano, más de la mitad de los botiquines españoles guardan más de 10 medicamentos. “La composición del botiquín suele reflejar, en cierto modo, la estructura del mercado farmacéutico”, explica José González, farmacéutico y uno de los responsables del estudio. Los analgésicos y antipiréticos son el grupo terapéutico más frecuente, presentes en el 89% de los hogares, seguidos por los antiinflamatorios no esteroides, en el 53%, y los antibióticos, en el 46%. En el caso de estos últimos, uno de cada tres se ha comprado sin receta. Según la Red Española de Atención Primaria (REAP), un 10,8% de los medicamentos que necesitan receta se acaba vendiendo sin ella. También muchos quedan aparcados en el botiquín como resto de un tratamiento no finalizado, para acabar siendo utilizados por otros miembros de la familia sin acudir al médico.

      José Martínez Olmos, secretario general del Ministerio de Sanidad y Consumo, reconoce que “estamos en una sociedad donde el medicamento tiene una valoración social muy alta, como algo capaz de curarlo todo, de solucionar los problemas de salud, y a veces al médico le cuesta explicar a la persona que su problema no se soluciona con fármacos, sino con cambios en estilos de vida”. Afirma que “los únicos medicamentos que no están de más en un botiquín son los que se anuncian por televisión y que por tanto no requieren receta; el resto sobra”.

      España no desentona en el contexto internacional. La Organización Mundial de la Salud, que considera una prioridad establecer políticas para el uso racional de los medicamentos, estima que cerca de la mitad de las medicinas se recetan, se dispensan o se utilizan de una forma inadecuada. Los antibióticos, cuyos excesos generan resistencias y existe el peligro de que se vuelvan inefectivos, son el grupo de medicamentos que más ha preocupado y el que más campañas ha originado, lo que ha permitido reducir su consumo en un 10% en el año 2007.

      Sin embargo, habrá que dedicar esfuerzos a otras especialidades, como los antiinflamatorios o los antidepresivos. El consumo de psicofármacos, es decir, antidepresivos, antipsicóticos, antiepilépticos y ansiolíticos e hipnóticos, se ha triplicado en España en la última década. Josep Basora, vicepresidente de la Sociedad Española de Medicina de Familia (SEMFYC), explica que un 28% de los pacientes que se visitan en los centros de atención primaria presentan signos y síntomas antidepresivos, aunque tan sólo la mitad se diagnostica como depresión mayor. Para este especialista, el problema es que “se han medicalizado enfermedades que no eran más que cosas de la vida cotidiana”. Las mujeres son el 75% de los consumidores totales de somníferos o tranquilizantes, según datos del segundo informe sobre salud y género. “Ante situaciones inespecíficas expresadas por las mujeres, donde no existe una patología clara, médicos y médicas tienden a prescribir psicofármacos”, según responsables del Ministerio de Sanidad y Consumo.

      En el caso de los antiinflamatorios, el medicamento más frecuente en los hogares españoles, no hacer un buen uso puede afectar a “las personas que sufren continuamente migrañas, y que al no tomar bien el medicamento pueden acabar sufriendo un efecto rebote”, explica Basora. Para Javier Rivera, vicepresidente de la Sociedad Española de Reumatología, la mayoría de antiinflamatorios y analgésicos se aplican realmente cuando hay dolor. “Sólo hemos detectado algunos abusos con el Tramadol, un analgésico que creemos que se está utilizando más de lo necesario ante problemas pequeños, como dolores de cabeza, y que puede causar problemas digestivos, dolores de cabeza y un estado de aturdimiento”.

      Las lesiones precancerosas mamarias causan preocupaciones innecesarias


      Según los expertos, en la mayoría de casos, el carcinoma ductal in situ no se desarrolla.

      Numerosas mujeres a las que se diagnostica una lesión precancerosa mamaria conocida como carcinoma ductal in suti (CDIS) se muestran muy ansiosas sobre su pronóstico, a pesar de que se exponen a un riesgo bajo de recurrencia o de desarrollar un carcinoma mamario invasivo.

      El estudio, efectuado en el Dana-Farber Cancer Institute and Brigham & Women’s Hospital, de Boston, notó que el 28% de las participantes “creían que tenían un riesgo moderado a alto de diseminación de CDIS a otras partes del organismo, a pesar del hecho que el cáncer de mama metastásico se produce en el 1% de las diagnosticadas de CDIS”.

      Más información: Journal of the National Cancer Institute 2008;doi.10.1093/jncl/djn046

      Exceso de fármacos para mujeres sanas


      Cuando el médico receta un fármaco, es difícil negarse a tomarlo. La mayoría de las veces tendría que tener razón, por lo que la prescripción de un fármaco debería ir acompañada de una serie de mejoras en el estado de salud o de una disminución considerable de los riesgos de sufrir una patología.

      Un análisis publicado hoy en la revista British Medical Journal alerta sobre la posibilidad de que esto no sea así en lo referido a los fármacos para la osteoporosis.

      Los autores están coordinados por el médico de familia del Hospital de Sant Pau y miembro del grupo de salud de la mujer de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (SEMFYC) Pablo Alonso-Coello.

      Según explican, la publicación de reanálisis de ensayos clínicos con medicamentos para la osteoporosis (enfermedad que supone la debilidad de los huesos, que se diagnostica cuando existe una densidad ósea baja) puede llevar a recetar medicamentos a mujeres con osteopenia, una condición que implica riesgo de tener osteoporosis y una debilidad ósea muy común en las mujeres mayores (se calcula que afecta a más de la mitad de éstas), pero que no es una  enfermedad en sí misma.

      Problemas en las consultas

      Según explica Alonso-Coello, el problema reside en no explicar bien las cosas a los pacientes: “Un estudio puede concluir, con razón, que el riesgo de sufrir fracturas disminuye un 50% en las mujeres con osteopenia que se medican, pero la cosa cambia si a eso se añade que ese riesgo es sólo del 1%”.

      El médico comenta que estos resultados, que son explicados sólo parcialmente, son los que llegan a la consulta de los especialistas en los materiales promocionales que les facilitan los visitadores médicos de la industria farmacéutica: “Los reanálisis se han difundido para aumentar la cuota de mercado, lo que supone una cierta manipulación”.

      Desde su identificación, la osteoporosis ha sido una enfermedad controvertida, tal y como destacan los autores en el trabajo publicado hoy.  “Para algunos, menos comprometidos con la industria, la popularización de la osteoporosis representa el clásico ejemplo de promoción de enfermedades: un factor de riesgo transformado en una patología para vender pruebas y fármacos a mujeres relativamente sanas”, se puede leer en el análisis.

      Para Alonso-Coello, la osteoporosis “es como el exceso de colesterol; al igual que éste no implica que se vaya a sufrir un infarto, la primera no garantiza que se vayan a romper los huesos”.

      El médico puntualiza que la Organización Mundial de la Salud está desarrollando un algoritmo de riesgo de fracturas que desvelará qué hacer con las mujeres con osteopenia ya que “cada vez está más claro que la densidad mineral ósea es un mal predictor del riesgo de fracturas”.

      El polémico ‘disease mongering

      El término en inglés es ‘disease mongering’ y se definiría como las prácticas de la industria farmacéutica para convertir fenómenos normales en enfermedades a través de la promoción de las dolencias inventadas, con la ayuda de los medios. Un especial de ‘PLoS Medicine’ recoge ejemplos concretos sobre esta práctica.

      1. Disfunción eréctil

      ¿Quién había oído hablar de la disfunción eréctil antes de que un laboratorio desarrollara Viagra? Aunque el fármaco es sin duda eficaz para la disfunción eréctil  secundaria a enfermedades como la diabetes o la cirugía de la próstata, Pfizer no se quiso limitar a los hombres enfermos e hizo que se percibiera la disfunción eréctil como un problema para todos los mayores de 40 años.

      2. Trastorno por defícit de atención con hiperactividad

      ¿Es el niño travieso o está enfermo y tiene que ser medicado? La industria farmacéutica se hizo presente en los colegios, coincidiendo con el desarrollo de fármacos para esta condición. Los maestros han jugado un papel destacado a la hora de alertar a los padres sobre este problema.

      3. Síndrome de las piernas inquietas

      El fabricante de un fármaco (aprobado previamente para el párkinson) fue acusado de promocionar en los medios una nueva enfermedad, el síndrome de las piernas inquietas, para obtener una nueva indicación para este medicamento.
      Fuente: Publico.es

      Fibromialgia: otra enfermedad imaginaria?


      Drug Approved. Is Disease Real?

      By ALEX BERENSON

      Published: January 14, 2008

      Fibromyalgia is a real disease. Or so says Pfizer in a new television advertising campaign for Lyrica, the first medicine approved to treat the pain condition, whose very existence is questioned by some doctors.

      Lynne Matallana, who says she has fibromyalgia, said the drugs would aid acceptance.

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      Times Health Guide: Fibromyalgia

      For patient advocacy groups and doctors who specialize in fibromyalgia, the Lyrica approval is a milestone. They say they hope Lyrica and two other drugs that may be approved this year will legitimize fibromyalgia, just as Prozac brought depression into the mainstream.

      But other doctors — including the one who wrote the 1990 paper that defined fibromyalgia but who has since changed his mind — say that the disease does not exist and that Lyrica and the other drugs will be taken by millions of people who do not need them.

      As diagnosed, fibromyalgia primarily affects middle-aged women and is characterized by chronic, widespread pain of unknown origin. Many of its sufferers are afflicted by other similarly nebulous conditions, like irritable bowel syndrome.

      Because fibromyalgia patients typically do not respond to conventional painkillers like aspirin, drug makers are focusing on medicines like Lyrica that affect the brain and the perception of pain.

      Advocacy groups and doctors who treat fibromyalgia estimate that 2 to 4 percent of adult Americans, as many as 10 million people, suffer from the disorder.

      Those figures are sharply disputed by those doctors who do not consider fibromyalgia a medically recognizable illness and who say that diagnosing the condition actually worsens suffering by causing patients to obsess over aches that other people simply tolerate. Further, they warn that Lyrica’s side effects, which include severe weight gain, dizziness and edema, are very real, even if fibromyalgia is not.

      Despite the controversy, the American College of Rheumatology, the Food and Drug Administration and insurers recognize fibromyalgia as a diagnosable disease. And drug companies are aggressively pursuing fibromyalgia treatments, seeing the potential for a major new market.

      Hoping to follow Pfizer’s lead, two other big drug companies, Eli Lilly and Forest Laboratories, have asked the F.D.A. to let them market drugs for fibromyalgia. Approval for both is likely later this year, analysts say.

      Worldwide sales of Lyrica, which is also used to treat diabetic nerve pain and seizures and which received F.D.A. approval in June for fibromyalgia, reached $1.8 billion in 2007, up 50 percent from 2006. Analysts predict sales will rise an additional 30 percent this year, helped by consumer advertising.

      In November, Pfizer began a television ad campaign for Lyrica that features a middle-aged woman who appears to be reading from her diary. “Today I struggled with my fibromyalgia; I had pain all over,” she says, before turning to the camera and adding, “Fibromyalgia is a real, widespread pain condition.”

      Doctors who specialize in treating fibromyalgia say that the disorder is undertreated and that its sufferers have been stigmatized as chronic complainers. The new drugs will encourage doctors to treat fibromyalgia patients, said Dr. Dan Clauw, a professor of medicine at the University of Michigan who has consulted with Pfizer, Lilly and Forest.

      “What’s going to happen with fibromyalgia is going to be the exact thing that happened to depression with Prozac,” Dr. Clauw said. “These are legitimate problems that need treatments.”

      Dr. Clauw said that brain scans of people who have fibromyalgia reveal differences in the way they process pain, although the doctors acknowledge that they cannot determine who will report having fibromyalgia by looking at a scan.

      Lynne Matallana, president of the National Fibromyalgia Association, a patients’ advocacy group that receives some of its financing from drug companies, said the new drugs would help people accept the existence of fibromyalgia. “The day that the F.D.A. approved a drug and we had a public service announcement, my pain became real to people,” Ms. Matallana said.

      Ms. Matallana said she had suffered from fibromyalgia since 1993. At one point, the pain kept her bedridden for two years, she said. Today she still has pain, but a mix of drug and nondrug treatments — as well as support from her family and her desire to run the National Fibromyalgia Association — has enabled her to improve her health, she said. She declined to say whether she takes Lyrica.

      “I just got to a point where I felt, I have pain but I’m going to have to figure out how to live with it,” she said. “I absolutely still have fibromyalgia.”

      But doctors who are skeptical of fibromyalgia say vague complaints of chronic pain do not add up to a disease. No biological tests exist to diagnose fibromyalgia, and the condition cannot be linked to any environmental or biological causes.

      The diagnosis of fibromyalgia itself worsens the condition by encouraging people to think of themselves as sick and catalog their pain, said Dr. Nortin Hadler, a rheumatologist and professor of medicine at the University of North Carolina who has written extensively about fibromyalgia.

      “These people live under a cloud,” he said. “And the more they seem to be around the medical establishment, the sicker they get.”

      Dr. Frederick Wolfe, the director of the National Databank for Rheumatic Diseases and the lead author of the 1990 paper that first defined the diagnostic guidelines for fibromyalgia, says he has become cynical and discouraged about the diagnosis. He now considers the condition a physical response to stress, depression, and economic and social anxiety.

      “Some of us in those days thought that we had actually identified a disease, which this clearly is not,” Dr. Wolfe said. “To make people ill, to give them an illness, was the wrong thing.”

      In general, fibromyalgia patients complain not just of chronic pain but of many other symptoms, Dr. Wolfe said. A survey of 2,500 fibromyalgia patients published in 2007 by the National Fibromyalgia Association indicated that 63 percent reported suffering from back pain, 40 percent from chronic fatigue syndrome, and 30 percent from ringing in the ears, among other conditions. Many also reported that fibromyalgia interfered with their daily lives, with activities like walking or climbing stairs.

      Most people “manage to get through life with some vicissitudes, but we adapt,” said Dr. George Ehrlich, a rheumatologist and an adjunct professor at the University of Pennsylvania. “People with fibromyalgia do not adapt.”

      Fuente: New York Times

      La version en castellano es posible leerla desde http://tinyurl.com/3a9wc9

       

      Ezetimibe no ha mostrado efectividad clinica en un ensayo clinico


      Fuente: New York Times. MSD y Schering-Plough parece que van a perder mucho dinero vendiendo -enfermedad- ezetimibe.

      Al final va la version en castellano, gracias a Martin Cañas 🙂 .

      A clinical trial of Zetia, a cholesterol-lowering drug prescribed to about 1 million people a week, failed to show that the drug has any medical benefits, Merck and Schering-Plough said on Monday.
      The results will add to the growing concern over Zetia and Vytorin, a drug that combines Zetia with another cholesterol medicine in a single pill. About 70 percent of patients who take Zetia do so in the form of Vytorin, which combines Zetia with the cholesterol drug Zocor.
      While Zetia lowers cholesterol by 15 to 20 percent in most patients, no trial has ever shown that it can reduce heart attacks and strokes — or even that it reduces the growth of the fatty plaques in arteries that can cause heart problems.
      This trial was designed to show that Zetia could reduce the growth of those plaques. Instead, the plaques actually grew somewhat faster in patients taking Zetia along with Zocor than in those taking Zocor alone. Patients in the trial who took the combination of Zetia and Zocor were receiving it in the form of Vytorin pills.
      Dr. Steven Nissen, the chairman of cardiology at the Cleveland Clinic, said the results were “shocking.” Patients should not be prescribed Zetia unless all other cholesterol drugs have failed, he said.
      “This is as bad a result for the drug as anybody could have feared,” Dr. Nissen said. Millions of patients may be taking a drug that has no benefits for them, raising their risk of heart attacks and exposing them to potential side effects, he said.
      Both companies’ stocks were down in mid-day trading in New York on Monday, with Merck’s share price off by 2.4 percent and Schering-Plough’s down nearly 6 percent.
      The results will also add to the controversy surrounding a long delay in releasing the results of the trial, which was known as Enhance. Merck and Schering-Plough completed the trial in April 2006 and had initially planned to release the findings no later than March 2007. But the companies then missed several self-imposed deadlines, blaming the complexity of the data analysis from the study and saying they did not know when or if the data would be ready for publication.
      Last month, after several news articles highlighted the delay, they finally agreed to release the results soon.
      For Merck and Schering-Plough, which jointly market Zetia and Vytorin and share profits from the drugs, the trial’s results are a serious setback. Zetia and Vytorin are important contributors to both companies’ profits, especially to Schering, which is smaller and less profitable than Merck.
      Analysts estimate that about 70 percent of Schering’s earnings depend on the drugs. The controversy over the trial is also a problem for Merck, which is trying to repair its reputation after withdrawing the painkiller Vioxx from the market in September 2004.
      Zetia (Ezetimibe), droga reductora del colesterol, no muestra  beneficio médico alguno en prueba diario El Tiempo/15 de Enero de 2008

      Un ensayo clínico demostró que este fármaco no produce en los pacientes los efectos que pregona.  El anuncio, divulgado por The New York Times, fue hecho en Estados Unidos por representantes de los laboratorios Merck y Schering-Plough, quienes comercializan esta molécula bajo los nombres Zetia y Vytorin (en forma combinada).
      Aunque Ezetimibe reduce el colesterol entre un 15 y un 20 por ciento, en la mayoría de los pacientes ninguna prueba ha mostrado que reduzca los ataques cardiacos, los accidentes cerebrovasculares o el crecimiento de las placas de colesterol en las arterias, que pueden causar infartos.
      La prueba fue diseñada para mostrar que Ezetimibe podía reducir el crecimiento de esas placas. En lugar de eso, las placas crecieron más rápido en pacientes que la tomaban combinada con Simvastatina que en aquellos que tomaban solo Simvastatina.
      Steven Nissen, jefe de cardiología de la Clínica de Cleveland, dijo que los resultados eran “chocantes”. Aseguró que a los pacientes no se les puede prescribir este medicamento, a menos que todos los demás hayan fracasado. “Es la peor consecuencia en el análisis de un fármaco; millones de personas pueden estar tomando uno que no tiene ningún beneficio para ellos. Es un gran riesgo para pacientes que necesitan medicarse por sus problemas cardíacos, además de estar expuestos a posibles efectos secundarios”, dijo Nissen a The New York Times. Se estima que en Estados Unidos más de un millón de personas consumen este producto a la semana. En Colombia, Ezetimibe se comercializa con los nombres Zetia y Ezetrol. Combinado con otros medicamentos se encuentra bajo los nombres Vytorin, Zintrepid, Ezator y Vasotenal.
      En E. U. estos resultados se suman a la controversia generada por el retraso en la entrega de los resultados de la prueba, conocida como ‘Mejorar’. Merck y Schering-Plough concluyeron en análisis en el 2006 y había planeado dar a conocer las conclusiones en marzo del año pasado. Sin embargo, las empresas fueron ampliando sus plazos excusándose en la complejidad del análisis de los datos.

      Medicamentos contra el catarro y la tos


      Una de las revistas médicas más prestigiosas e influyentes de EEUU, ‘The New England Journal of Medicine’, ha solicitado que las autoridades retiren de forma inmediata de las farmacias las medicinas contra el catarro y la tos para niños.

      La revista recordó que un comité de expertos de la Agencia de Alimentación y Medicamentos (FDA) recomendó en octubre de este año ‘una acción inmediata contra el uso de medicamentos contra el catarro y la tos’ en niños menores de seis años. A pesar de ello, el organismo no ha tomado ninguna medida.‘Creemos que deberían solicitar de forma inmediata a las compañías que retiren esos productos de las farmacias y comiencen los procedimientos legales para exigirles que lo hagan’, dijo la revista en el editorial de la última edición, dado a conocer hoy.

      La revista afirma que ‘en la comunidad pediátrica, durante más de dos décadas, ha aumentado la preocupación sobre la eficacia y seguridad’ de estos medicamentos, de los que cada año se venden 95 millones de unidades.

      Frente a los avisos de la comunidad médica en los últimos años, desde enero de 2000 los centros de control de intoxicaciones ‘han registrado más de 750.000 llamadas relacionadas con productos contra el catarro y la tos’, señaló la revista.

      Entre otros motivos de preocupación se señalan los vínculos, en niños menores de seis años, entre descongestionantes y arritmias cardiacas y otros problemas cardiovasculares, o las relaciones entre antihistamínicos y alucinaciones.

      ‘Una revisión de la Agencia de Alimentación y Medicamentos (FDA) identificó 123 muertes relacionadas con el uso de tales productos en niños menores de seis años durante las pasadas décadas. Se han asociado serios efectos negativos con la sobredosis accidental’, explicó la publicación.

      El texto también indica que ‘la mercadotecnia de estos preparados para niños no refleja los riesgos o la falta de evidencia de su eficacia’. Por el contrario, la publicidad ‘asegura que los preparados son seguros y efectivos y muchos declaran que los ingredientes son ‘recomendados por pediatras”.

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      Plataforma contra la medicalizacion de la infancia


      PLATAFORMA CONTRA LA MEDICALIZACION DE LA INFANCIA
      Reproducimos a continuacion la carta y alegato de nuestro colega Juan Pundik, psicoanalista (Madrid) y miembro de la ELP, promotor de esta iniciativa contra el abuso de la medicalizacion en la infancia. Juan Pundik participara en el proximo Forum Extraordinario de LNA (ver LCP num. 8
      http://www.observatoriopsi.com/cuestionpsi/cuestionPsi_008.pdf) y animamos a
      los lectores a sumarse a la iniciativa enviando sus datos (nombre y
      apellidos completos, actividad o profesion, ciudad y pais y numero de
      documento de identidad) al email de Juan Pundik: filium@arrakis.es.

      Estimado colega:
      A raiz de un dictamen favorable de EMEA (Agencia Europea del Medicamento) para la utilizacion del PROZAC (fluoxetina) en ninhos solicitado por su fabricante los laboratorios Lilly, y vistas las reacciones adversas sobre las que el prospecto del propio laboratorio advierte, constitui mediante convocatoria por correos electronicos una PLATAFORMA CONTRA LA MEDICALIZACION DE LA INFANCIA y reunidas suficientes firmas me dirigi al Presidente de la Comision Europea Don Jose Manuel Durao Barroso solicitandole que no avalara con su firma el dictamen de EMEA.

      Al no recibir acuse de recibo ni respuesta reitere el texto, hasta que a la 5ª reiteracion recibi una respuesta que le habia sido encomendada no a los
      responsables de Salud Publica y Defensa del Consumidor sino a Don Martin
      Terberger, Jefe de Unidad de Productos farmaceuticos de la Direccion General
      de Empresa e Industria, lo cual me parecio el colmo de lo descarado.

      De todo esto di cuenta al entonces Presidente del Parlamento Europeo Don Josep Borrell que dio curso oficial a mi queja sobre falta de TRANSPARENCIA EN LA COMISION EUROPEA.

      Con fecha 25.10.07 he recibido correo de Alina Vasile, Secretaria del Comite
      de Peticiones del Parlamento Europeo que me informa que la Comision se reune
      el 22.11.07 a las 17 horas para considerar el informe de la Comision Europea y mi solicitud. A mi requerimiento me informa que puedo hacerme presente y hacer un alegato de solo 5´ lo cual me parece poco tiempo. De todas maneras el 22 de noviembre proximo estare en Bruselas en la reunion de la Comision para hacer oir mi oposicion, y la de todos los firmantes de la PLATAFORMA CONTRA LA MEDICALIZACION DE LA INFANCIA, a la administracion de Prozac a los ninhos.

      Adjunto a la presente el alegato que he redactado y que debo enviar previamente a la Comision para que sea traducido a los idiomas comunitarios.
      Adjunto tambien el listado de quienes habeis firmado adhesion a la PLATAFORMA.

      Si no figuras en el listado y quieres hacernos llegar tu adhesion envianos un e-mail que incluya nombres y apellidos completos, actividad o profesion,
      ciudad y pais y numero de documento de identidad. Los psicoanalistas medicos
      han sido incluidos en el listado de medicos por el especial peso que estos
      tienen en relacion a la tematica de la cual se trata.

      Si posees informacion acerca de investigaciones que no esten incluidas en el
      alegato te agradecere nos las hagas llegar, asi como cualquier otra sugerencia, observacion o correccion.

      Agradecere asimismo que reenvies este correo a todas tus relaciones para
      multiplicar su efecto.

      Cordialmente,

      Juan Pundik
      Asura 95 28043 Madrid

      ALEGATO DIRIGIDO A LA COMISION EUROPEA
      Excelentisimos senhores eurodiputados de la Comision de Peticiones del
      Parlamento:

      Vengo a solicitar vuestra intervencion para que este Parlamento:
      1º. Vete o derogue la Decision C(2006) 3842 que autoriza la administracion de Prozac (fluoxetina) a ninhos y adolescentes menores de 18 anhos concedida por la mera peticion del fabricante del producto, los Laboratorios Lilly.
      2º. Derogue el articulo 6 del Reglamento de la Comision Europea que permite un funcionamiento anomalo y ajeno a nuestro orden y tradiciones juridicas como lo es el delegar en el solicitante de la autorizacion la investigacion sobre los beneficios de la medicacion por el producida, de sus contraindicaciones y posibles efectos adversos.
      3º. Abra una investigacion sobre la validez cientifica de las autorizaciones
      concedidas por la EMEA a los productos medicinales mediante este aberrante
      procedimiento.
      4º. Establezca un ordenamiento juridico transparente mediante el cual las
      autorizaciones para la administracion de las sustancias medicinales se
      concedan mediante estudios, pruebas e investigaciones realizadas por
      organismos que sean garantia de independencia de la industria farmaceutica.
      Es innumerable la cantidad de estudios e investigaciones publicadas en los
      ultimos anhos que establecen que el enorme aumento del uso de antidepresivos
      que incrementan los niveles de serotonina y que son administrados a menudo en combinacion con otros farmacos, que tambien elevan esos niveles, constituyen una amenaza para la salud y la vida del paciente y de los cuales la Comision Europea no ha tomado conocimiento, considerando valido el solo informe del laboratorio fabricante.

      En marzo de 2005, dos especialistas de este campo, el Dr. Edward W. Boyer y el Dr. Michael Shannon del Centro Infantil de Boston, advirtieron que mas del 85% de los medicos ignoraban el riesgo del sindrome de exceso de serotonina. En su articulo publicado en la Revista de Medicina de Nueva Inglaterra, Boyer y Shannon dieron a conocer un informe obtenido en 2002 a base de llamadas a centros de control de toxicidad en todo Estados Unidos cuyo resultado indico que en ese anho se habian producido 7.349 casos de toxicidad por exceso de serotonina, 93 de los cuales resultaron mortales. En 2005, ultimo anho del que se tienen estadisticas disponibles, se reportaron 118 muertes.

      Ademas de los inhibidores de reabsorcion de serotonina, como Zoloft, Prozac y Paxil, asi como tambien los inhibidores de reabsorcion de serotonina y
      norepinefrina, como el Effexor, la lista de medicamentos con estos riesgos
      incluye antidepresivos triciclicos e inhibidores de monoamino oxidasa,
      conocidos por sus siglas en ingles MAOI (en castellano IMAOS); analgesicos
      narcoticos como el fentanil y tramadol; medicamentos vendidos sin necesidad de receta para la tos y el resfriado que contienen dextrometorfan; el
      anticonvulsivo valproato; triptanos como Imitrex, usados para atender y
      prevenir migranhas; el antibiotico Xyvox (linezolida); farmacos para combatir la nausea; el farmaco para combatir el mal de Parkinson, L-dopa; el
      medicamento Meridia para la perdida de peso (sibutramina); litio; los suplementos dietarios de triptofan, planta de San Juan y ginseng; asi como
      varias drogas incluido el extasis, LSD, anfetaminas y ruda.

      Si bien el envenenamiento por exceso de serotonina puede ser ocasionado por
      sobredosis de antidepresivos, con mayor frecuencia es consecuencia de una
      combinacion de un ISRS (inhibidor selectivo de recaptacion de serotonina) o un IMAO (inhibidores de la accion de la monoamino oxidasa) con otra sustancia que eleve el nivel de serotonina. Los pacientes que tienen mayor riesgo son los que estan sometidos a combinaciones de antidepresivos con farmacos antipsicoticos que a veces se prescriben para tratar casos de depresion resistente. En algunos casos solo hace falta una pequenha dosis de otro farmaco que provoque el exceso de serotonina para ocasionar este sindrome, que puede desencadenarse a cualquier edad, incluidos ancianos y ninhos.

      Ante el aumento de las consecuencias toxicas producidas por la administracion de antidepresivos, el Presidente del Colegio de Farmaceuticos de La Plata, Argentina, ha advertido que actualmente, el unico antidepresivo permitido para menores en EEUU es Prozac (fluoxetina). No obstante lo cual la FDA ha ordenado la impresion de una etiqueta en los envases de los antidepresivos con la advertencia de que estos aumentan las tendencias suicidas en los adolescentes deprimidos y que, por otra parte, en el Reino Unido ningun antidepresivo esta autorizado para pacientes menores de 16 anhos. Tambien ha advertido que existen demandas judiciales contra los laboratorios farmaceuticos por ocultamiento de la informacion de tasas de suicidios en jovenes que les han sido reiteradamente reclamadas por los organismos de control.

      Segun la agencia de noticias EFE de Madrid, con fecha 22.07.2006, las
      autoridades sanitarias de EEUU advirtieron que algunos de los medicamentos mas populares contra la depresion pueden constituir un peligro mortal para quienes sufren migranhas. La FDA senhalo que la combinacion de esas medicinas con remedios contra la migranha o el exceso de serotonina, pueden provocar un trastorno llamado sindrome de exceso de serotonina, con el riesgo de causar alucinaciones, aumento del ritmo cardiaco y de los movimientos reflejos y hasta incluso llegar a producir la muerte del afectado. El organismo regulador del Gobierno de EEUU tambien advirtio de que los antidepresivos, como Prozac y Zoloft, consumidos por mujeres embarazadas pueden causar problemas pulmonares en los recien nacidos. Las advertencias sobre los peligros de las medicinas contra la depresion llegan despues de haber surgido estudios que indican que los antidepresivos incrementan el riesgo de conducta suicida en ninhos y adolescentes, advertencia que ya aparece obligatoriamente en las etiquetas de esos farmacos. La FDA estadounidense ha exigido a los laboratorios que coloquen una advertencia sobre este riesgo en los envases de Paxil, Prozac, Zoloft, Symbyax, y sus equivalentes genericos y en medicamentos para la migranha como Imitrex, Amerge, Axert y otros.

      La agencia de noticias Reuters informo desde Washington que la FDA advirtio
      que quienes padecen migranha enfrentan riesgos muy graves provocados por los
      antidepresivos mas utilizados, concretamente Prozac y Zoloft, que combinados
      con algunos medicamentos para combatir la migranha conocidos como triptanos
      pueden derivar en sindrome de exceso de serotonina. La agencia tambien alerto sobre una posible enfermedad pulmonar letal en los recien nacidos cuyas madres toman antidepresivos durante el embarazo.

      GlaxoSmithKline, fabricante del Seroxat, un antidepresivo cuyo principio
      activo es otro ISRS, la paroxetina, le concedio al doctor Prakash S. Masand,
      director del programa de educacion medica continua, del Centro Medico de la
      Duke University de Durham, Carolina del Norte, U.S.A., una subvencion, sin
      restricciones de presupuesto para una investigacion cuyo resultado fue
      publicado con el titulo Problemas de tolerabilidad y adherencia al tratamiento con antidepresivos en una separata en espanhol de Clinical Therapeutics de agosto del 2003. El Doctor Masand, un investigador medico que hace honor a su profesion, comienza el informe resultado de su investigacion, considerando que: ‘A pesar del conocimiento, aceptacion y disponibilidad cada vez mayores de antidepresivos eficaces, el diagnostico y el tratamiento de la depresion continuan siendo inadecuados. Las tasas de recurrencia y recidiva pueden ser de hasta un 80%, los fracasos terapeuticos son frecuentes (40% a 60%) y hasta un 20% de los pacientes continuan recibiendo tratamiento inadecuado’. Mas adelante, el investigador agrega que ‘el coste del tratamiento de la depresion se estima en 43.700 millones de dolares al anho tan solo en Estados Unidos’.

      Refiriendose al mecanismo con el que actuan los antidepresivos, el investigador, ademas de mencionar las reacciones adversas ya descritas,
      advierte que ‘el bloqueo de recaptacion de noradrenalina, serotonina y
      dopamina produce una toxicidad neurologica que puede producir crisis
      epilepticas’, y que ‘hasta un 60% de los pacientes que reciben un ISRS
      (antidepresivo) experimentan una disfuncion sexual’. ¿A las agencias europea y espanhola no les vale este incuestionable, impecable, publicado y conocido
      estudio que ha sido subvencionado por el fabricante del otro ISRS mas
      difundido? Se trata de un estudio realizado por un investigador medico
      reconocido por las mas grandes empresas farmaceuticas, incluida la propia
      Lilly, fabricante del Prozac.

      En esta publicacion el Doctor Masand, ademas de agradecer la subvencion sin
      restricciones de GlaxoSmithkline, agradece subvenciones de AstraZeneca, Forest Laboratories, Jaussen Farmaceutica y Wyeth. Asimismo, informa que ha sido consultor de esos laboratorios y tambien de Bristol-Myers Squibb Cº y Pfizer Inc., y que ademas ha sido portavoz de Abbott Laboratories, Lilly y Novartis. Mark Olfson, psiquiatra de la Universidad de Columbia y del Instituto Psiquiatrico del Estado de Nueva York, acababa de concluir un nuevo estudio sobre el riesgo de suicidios en ninhos y adolescentes tratados con ISRS. En la investigacion publicada en Archives of General Psychiatry, informaba que se habian suicidado ocho adolescentes y 86 adultos y que habian intentado suicidarse 263 ninhos y adolescentes y 521 adultos, a todos los cuales se les estaban administrando estos antidepresivos. En el informe afirmaba que el riesgo de suicidios e intentos se incrementaba, entre los 6 y los 18 anhos, 1,5 veces, si los pacientes habian sido tratados con ISRS. Su conclusion final era que la administracion de ISRS conlleva riesgo de suicidio tanto en ninhos como en adolescentes.

      El doctor Amir Raz, tambien psiquiatra de la Universidad de Columbia, en un
      articulo publicado por la revista PLoS Medicine, senhalaba que no todos los
      problemas que se presentaban en estas investigaciones estaban relacionados con la dificultad para encontrar una muestra valida del riesgo de suicidios en ninhos y jovenes, a los que se les hubieran administrado antidepresivos, sino que ‘la influencia de la industria farmaceutica impregnaba la ciencia a tal punto que el mensaje transmitido a la prensa popular y al publico era
      habitualmente tergiversado para enfatizar los beneficios por encima de los
      riesgos’. Raz agregaba que ‘la presion comercial no era el unico ‘culpable’ y que la responsabilidad tambien recaia sobre los investigadores ansiosos por promocionar sus ultimos descubrimientos’, ‘todo lo cual llevaba incluso a enturbiar los resultados de las investigaciones’. Raz se manifesto sumamente critico a este respecto. En ese mismo articulo denuncio tambien que ‘la mayoria de los estudios rigurosos para conocer la seguridad y eficacia de los ISRS en adolescentes deprimidos habian sido realizados con posterioridad a que los profesionales de la psiquiatria infantil los hubieran convertido ya en un tratamiento de ‘primera linea’ con los adolescentes de inocentes e involuntarias cobayas de laboratorio.

      Ahora los ciudadanos de la Union Europea nos enteramos que el articulo 6 del
      Reglamento de la Comision Europea nº 1084/2003 concede al titular, del
      producto cuya autorizacion solicita, facilitar los datos de la investigacion
      realizada en la que fundamenta su autorizacion. Ese informe basta para que la EMEA conceda su dictamen favorable y lo pase a la firma de la Comision
      Europea. Es un flagrante caso de legalizacion de la corrupcion de la industria farmaceutica que nos hace considerar que la Comision de la Union Europea funciona con una falta de transparencia y de eficacia que pone nuestra salud y nuestras vidas en riesgo a merced del objetivo de lucro de la industria farmaceutica que ha sido la responsable, entre otras, del Vioxx y de la monstruosa talidomida y de sus nefastas consecuencias. Los niveles de serotonina en el organismo afectan al funcionamiento vascular, a la frecuencia del latido cardiaco, regulan la secrecion de hormonas por parte de la hipofisis, y en consecuencia afectan tambien al crecimiento, a los niveles de estrogenos y de testosterona, inhiben la secrecion gastrica y estimulan el desarrollo de la musculatura lisa. Nada se sabe de los efectos adversos que pueden provocar los ISRS como el Prozac, en relacion a esas funciones fisiologicas y sobre el resto del organismo.

      En un mundo cada vez mas globalizado y transnacional, los gobiernos
      nacionales, e incluso los organismos internacionales, conviven con fuerzas
      economicas que poseen, cuando menos, el mismo poder e influencia que estos en la vida cotidiana de sus ciudadanos, pero que lo ejercen fuera de todo
      control. El mercado, cuando se mueve exclusivamente por los objetivos del
      exito y de los beneficios economicos particulares, olvidandose de la libertad, la justicia, el bienestar social y la salud de sus ciudadanos, no constituye un complemento util a la democracia, sino una alternativa paralela que actua sin rendir cuentas a nadie y que acaba sustituyendo a la politica y determinando nuestras formas de vida de una manera que debe considerarse inaceptable y totalitaria.

      Las decisiones de la FDA han sido puesta s en cuestion por sus propios
      directivos, sobre todo a partir de sentirse involucrados en el tremendo
      escandalo del Vioxx y actualmente por el Informe del Instituto de Medicina,
      organismo asesor y de control del gobierno de los EEUU en materia de sanidad, con el cual la FDA se vio obligada a contratar un estudio por el cual ha tenido que pagarle tres millones de dolares. El informe pone en descubierto que la mayor deficiencia de su funcionamiento es que la principal fuente de financiacion de la FDA son los millones de dolares que las empresas farmaceuticas le aportan para que acelere el proceso de revision y aprobacion de sus productos, lo cual influye en la capacidad de independencia con la que deberian trabajar los investigadores de la FDA. Esta corrupcion institucionalizada nos deberia permitir hacer una seria valoracion de la validez de las autorizaciones de la FDA y en consecuencia de las de la Agencia Europea del Medicamento y de las agencias nacionales, como la espanhola, que se apoyan en los corruptos informes de la FDA.
      En 2004, el periodico frances, Le Figaro, publico una nota titulada
      Medicamentos, la crisis de confianza. Fue a raiz de que uno de los miembros de la FDA, el doctor David Graham, habia denunciado publicamente que ese
      organismo fiscalizador era ‘incapaz de proteger a Norteamerica de otro Vioxx’.

      El gran escandalo se habia desencadenado al verse obligado a reconocer el
      laboratorio fabricante de las consecuencias nocivas y mortiferas de su
      producto y a satisfacer las millonarias demandas de los afectados. En su
      denuncia el doctor Graham cito otros medicamentos que podrian presentar
      riesgos, mencionando concretamente el Crestor, un anticolesterol fabricado por AstraZeneca, el Serevent, un antiasmatico de GlaxoSmithKline, el Meridia de Abbott para combatir la obesidad, el Bextra de Pfizer contra la artrosis y el Accutane de Roche contra el acne. Inmediatamente y tambien publicamente, su superior jerarquico, el doctor Steven Galson, lo contradijo, calificando de irresponsables las acusaciones de su colega, calificandolas de estar fundadas en estudios ‘cientificamente podridos’ y en ‘estimaciones estadisticamente inaceptables’. Pero, pocos dias despues, la FDA se sintio obligada a emitir un comunicado en el que se informaba que ‘se volverian a analizar seriamente los efectos secundarios de los medicamentos’ denunciados por el doctor Graham.

      A raiz de todo esto, actualmente la fiscalizadora FDA esta siendo, a su vez
      fiscalizada por varias comisiones del Senado que investigan su eficacia en el control y autorizacion de los medicamentos. El escandalo provocado por los efectos secundarios graves de medicamentos a los que ha tenido que cancelar la autorizacion concedida, prohibir su comercializacion y exigir su retirada del mercado, como han sido los casos del Vioxx (Merck Sharp & Dome), del Cholstat (Bayer), del Redux y del Ponderal (Servier), confirma la denuncia del doctor Graham, hace sospechosa la ‘irresponsabilidad’ de su superior, el doctor Galson, pero ratifica ademas la afirmacion inicial del primero, de que la FDA es incapaz de proteger a los Estados Unidos de la desidia y voracidad de la industria farmaceutica. ¿Sera capaz la Agencia Europea del Medicamento de protegernos a los europeos de esa desidia y esa voracidad? ¿Sera capaz la Agencia Espanhola del Medicamento de protegernos de esos riesgos? ¿Acabaremos los denunciantes de esta corrupcion cosidos a punhaladas como Pequito en Portugal, que se atrevio a denunciar los procedimientos de las multinacionales farmaceuticas? Quizas el Parlamento Europeo, siguiendo en este caso el buen ejemplo del senado norteamericano, debiera tomar serias cartas en un tema tan vital para el conjunto de los ciudadanos, investigar los procedimientos que se utilizan para conceder la autorizacion de medicamentos, derogar la reglamentacion vigente, establecer que los medicamentos para ser autorizados deben ser previamente objeto de una investigacion realizada por cientificos libres de toda sospecha, cuyo costo debe ser pagado anticipadamente por la empresa solicitante y quitarle toda posibilidad de inmiscuirse a la Direccion General de Empresa e Industria en temas que corresponden a la Direccion General de Salud y Proteccion del Consumidor. Si yo solicito patentar un invento, no basta con mi informe. El dictamen le corresponde al organismo respectivo. Y debo pagar por el solo acto de mi solicitud. Si solicito una licencia de obra o construccion debo pagar por mi solicitud, no bastara con mi informe de viabilidad o de impacto medio-ambiental. El dictamen lo expedira el organismo pertinente. El articulo 6 del Reglamento mencionado constituye una
      anomalia en el orden juridico de las instituciones europeas y de las
      sociedades democraticas en las que vivimos.

      GlaxoSmithKline ha sido acusada en junio de 2004 por Eliot Spitzer, el
      procurador general del estado de Nueva York, de ocultar efectos secundarios
      graves del antidepresivo Paxil, el antidepresivo rival del Prozac. A raiz de
      tantos escandalos el Comite Internacional de Revistas Medicas (ICMJE) ha
      lanzado un solemne llamado al registro previo de todos los ensayos clinicos.
      Las revistas asociadas se han comprometido a no publicar los resultados de
      ensayos que no hayan cumplido con ese requisito. Me temo que la multinacional de las farmaceuticas tenga mas poder que las revistas, que la FDA, y que las agencias europea y espanhola del medicamento. Al menos asi lo han hecho sentir hasta el momento.

      Un estudio publicado en el Journal of the American Medical Association detecto que 2.216.000 americanos quedan permanentemente discapacitados o pasan algun tiempo en el hospital a consecuencia de los efectos adversos de algun medicamento (JAMA, 1998; 279: 1200-5). Esta cifra no incluye a tantos otros que son victimas de reacciones adversas que no los discapacitan
      permanentemente ni tampoco a aquellos que han sido tratados como pacientes
      externos.

      Un estudio realizado por el Institute of Medicine (IOM) en relacion a
      pacientes que fallecieron durante su internamiento en un hospital
      norteamericano, arribo a la conclusion de que las muertes que causaban las
      recetas medicas eran ‘como un sigiloso asesino que nunca atraia los titulares de prensa, no interesaba a politicos ni a las estrellas del pop’. Segun este estudio, en Estados Unidos mueren un minimo de 225.000 personas como consecuencia directa de la mala administracion de la medicina convencional, convirtiendola en el tercer mayor asesino de Occidente, por detras de las enfermedades cardiacas y del cancer. Estos numeros solo incluyen las muertes y no toman en cuenta el numero de perjudicados por los efectos secundarios adversos que pueden llegar a ser graves y minusvalidantes. (American Family Physician, 1997; 56: 1781-8).

      El doctor Vernon Coleman, afirma que ‘se puede estimar con certeza que, como
      minimo, el 12 por ciento de la investigacion cientifica realizada por los
      laboratorios, es fraudulenta’ (Betrayal of trust, European Medical Journal,
      1994). Un estudio publicado en 1998 en el New England Journal of Medicine
      revelo que el 96 por ciento de los autores de los documentos de investigacion, cuyo estudio favorecia a algunos farmacos para el corazon, tenian lazos economicos con los fabricantes. Un estudio publicado en los Annals of Internal Medicine revelo que el 98 por ciento de los estudios farmacologicos subvencionados por empresas, publicados en revistas entre 1980 y 1989, promovieron conclusiones positivas sobre los farmacos de las empresas promotoras.

      El International Herald Tribune del 06.05.05 publico una nota denominada
      Criticas parlamentarias a la industria farmaceutica britanica en la que la
      redactora Anne-Lise Berthier informa acerca de un informe severamente critico de la Comision de Salud de la Camara de los Comunes a la influencia que ejerce la industria farmaceutica en el Reino Unido, estimando que la utilizacion de esa influencia ha conducido a la creciente medicalizacion de la sociedad, haciendo extensiva la critica a los profesionales de la salud y a los organismos fiscalizadores, incluido el Departamento de Salud, equivalente a nuestro Ministerio de Sanidad. Para hacer frente a los riesgos que estas practicas entranhan para la salud de la poblacion, proponen una serie de medidas cuyo cumplimiento y eficacia me merecen las mismas dudas que las expuestas al final del parrafo anterior. El informe de la Camara de los Comunes, de 126 paginas puede ser consultado en:

      www.publications.parliament.uk

      De acuerdo con las advertencias sobre el Prozac, hechas publicas por su fabricante Eli Lilly, entre un 10 y un 15 por ciento de los pacientes en los ensayos clinicos iniciales informo haber experimentado ansiedad e insomnio, mientras que un 9 por ciento, sobre todo entre los pacientes excesivamente delgados, menciono perdidas de peso y anorexia. En un estudio, el 13 por ciento de los pacientes perdio mas del 5 por ciento de su peso corporal. En otras palabras, uno de cada diez pacientes experimento los mismos sintomas que el farmaco pretendia curar.

      Esta comprobado que el Prozac afecta practicamente todos los sistemas del organismo: nervioso, digestivo, respiratorio, cardiovascular, musculos y huesos, urogenital, piel y apendices. Sus efectos secundarios incluyen sobre todo alteraciones de la vision, palpitaciones, mania/hipomania, temblores, sintomas gripales, arritmia cardiaca, dolores de espalda, urticaria, sudores, nauseas, diarrea, dolores abdominales y perdida del deseo sexual. Entre sus efectos menos corrientes se encuentran el comportamiento antisocial, vision doble, perdidas de memoria, cataratas o glaucoma, asma, artritis, osteoporosis, sangrado estomacal, inflamacion renal e impotencia, aunque muy rara vez tambien produce ‘suenhos anormales, agitacion, convulsiones, delirios y euforia. Durante la retirada del farmaco se requiere una cuidadosa supervision, ya que se pueden descubrir casos de depresion grave, asi como los efectos del exceso de actividad cronica’. Hay numerosos informes sobre casos de suicidio tras la retirada del farmaco (Journal of The American Academy of Children & Adolescent Psychiatry, 1987; 26: 56-64). La actividad fisica ejercida habitualmente, la luz del sol, y la ingestion de carnes, huevos y quesos, estimulan la produccion de serotonina indispensable para una buena calidad de vida y la formacion de nuevas neuronas, con la misma eficacia que se obtiene por la ingestion de IRSS, pero sin ninguno de los graves sintomas adversos que pueden provocar estos primeros.

      Se esta concediendo a los profesionales medicos autorizacion para decidir cuales de nuestras ideas o conductas deben ser rotuladas, diagnosticadas, tratadas, medicadas e incluso drogadas con el beneplacito de la Comision Europea. El sistema democratico, tan trabajosamente conquistado, corre el riesgo de estar dando paso, muy veladamente, a un nuevo tipo de estado totalitario que pretende clasificar a ninhos y jovenes en adictos, angustiados, depresivos, fobicos, anorexicas, bulimicas, atacados de panico, bipolares, asmaticos, epilepticos, hiperactivos, etcetera; y someterlos a medicaciones segregacionistas y minusvalidantes, que borran de un plumazo los derechos y libertades individuales por cuya conquista han luchado e incluso sacrificado sus vidas generaciones enteras de seres humanos que sentaron las bases de la sociedad democratica en la que vivimos.

      Vengo a comparecer a Bruselas ante esta Comision de eurodiputados del Parlamento Europeo en representacion de la Plataforma contra la medicalizacion de la infancia para defender la dignidad humana, la libertad, la democracia y los derechos del hombre, y en particular de las futuras generaciones, que estan corriendo el riesgo de ser reemplazados por los derechos del mercado representado por las multinacionales.

      Muchas gracias por la oportunidad que me habeis brindado de presentar este alegato y esta solicitud.

      Juan Pundik Knapheis
      Plataforma contra la medicalizacion de la infancia
      Presidente
      Asura 95 28043 Madrid
      Tel. 3491 388 6119
      Fax. 3491 759 8281
      E.mail: filium@arrakis.es
      Redaccion :- Comision Psi-ELP: Carmen Cunhat, Carmen Garrido, Felix Rueda,
      Jose R. Ubieto (responsable)

      Biomedicina, medicinas alternativas y eubiatría


      Biomedicina, medicinas alternativas y eubiatría

      Carlos Ponte Mittelbrunn

      Rebelión

       

      Índice:

      • La ruptura del paradigma biomédico
      • Invisibilidad y dogmatismo
      • Orígenes de la biologización.
      • Rasgos básicos del modelo biomédico
      • Biomedicina y derecho a la salud.
      • Medicinas alternativas.
      • Relativismo y medicinas alternativas.
      • Holismo y reduccionismo.
      • La huella del holísmo
      • Introducción a los sistemas biológicos.
      • Eubiatría: Cómo orientar la complejidad

      Biomedicina, Medicinas Alternativas y Eubiatría “De la misma manera en que concluimos que no podíamos confiar las metas de la defensa nacional al complejo militar-industrial, estamos empezando a entender la inconveniencia de encomendar la medicina científica al complejo médico-industrial” Golub E.

      La ruptura del paradigma biomédico

      El diagnostico de crisis estructural de la Salud y la Medicina en el arranque del siglo XXI es un lugar común en todos los foros especializados (OMS, 2002) (IOM, 2007). Sin duda, un problema complejo del que se suelen dar explicaciones demasiado simples (aumento de las demandas sociales, envejecimiento, intervencionismo estatal, inadecuado uso de las tecnologías…) porque el origen de la crisis hay que buscarlo en el análisis de los determinantes de la salud y la enfermedad y en el rol de la medicina en la sociedad. Parece probable, además, que el carácter y la profunda dimensión de la crisis puedan abocar en un escenario – en el sentido epistemológico de Thomas Khun – de ruptura paradigmática. Kuhn sostiene que la historia de la ciencia transcurre a través de crisis o rupturas entre «paradigmas», modelos teóricos con una estructura de análisis y un lenguaje científico común que permiten hacer ciencia sin necesidad de estar discutiendo permanentemente los fundamentos de la investigación. Es decir, modelos conceptuales coherentes basados en supuestos y prácticas, que reconocen estructuras interpretativas, conforman la elaboración de teorías… (Kuhn, 1971)

      El paradigma hegemónico de la salud y la atención a la salud en el mundo occidental es el denominado “Modelo Biomédico”, la construcción social que describe el tipo de respuesta de salud y de medicina que la sociedad desea y decide sostener y recibir. El modelo biomédico es, por tanto, laherramienta teórica y metodológica – y el instrumento ideológico – con que opera la medicina en el proceso salud-enfermedad-atención. Una aproximación al ámbito de la salud que se inscribe inevitablemente, como afirma Lesley Doyal, en el marco del liberalismo económico. (Doyal, 1979)

      Podemos definir el Modelo Biomédico como un abordaje de la salud y la enfermedad desde el individualismo (en contraposición a colectividad) que entiende e interviene sobre el organismo humano como una maquinaria biológica que puede ser objeto de reparación, con una orientación fragmentaria que descontextualiza a la persona de su medio social y ecológico.Es decir, una concepción biologicista y reduccionista de la ciencia, y una dimensión individual y curativa que, por su propia naturaleza, margina tanto a las ciencias sociales como a la promoción, la prevención primaria y las políticas de salud pública.

      Hay que reconocer, sin embargo, que en las sociedades occidentales, la Biomedicina, pese al sustancial incremento de las medicinas paralelas y alternativas, continua siendo la forma de atención con mayor vitalidad y desarrollo, como pone de manifiesto, por ejemplo, la escalada del consumo de medicamentos de la industria químico/ farmacéutica. También es cierto que, hasta la fecha, siempre se han encontrado “soluciones biomédicas” para asegurar una expansión, invariablemente centrada en la biologización (Menéndez, 2005). Por tanto, mas allá de sus conflictos, el biologicísmo mantiene expectativas de éxito con un crecimiento que se desarrolla a dos niveles: las actividades profesionales que se generan (número de profesionales, número camas de hospitalización, número de técnicas y procedimientos, fármacos, etc.) y, por otra parte, a la progresión inducida mediante los procesos de medicalización.

      La “medicalización de la vida” consiste en traer cuestiones propias de la vida diaria al ámbito y la influencia de la medicina, en convertir en enfermedad o en problema de salud no solo episodios vitales, que forman parte de la vida cotidiana, sino también los conflictos derivados de las relaciones personales o sociales. La medicalización conlleva, además, una excesiva valoración de la salud o “salutismo”, como doctrina o militancia absoluta y esclavizante. Supone, por ejemplo, la “patologización” del cuerpo de la mujer, de la maternidad o del parto (que se transforma en un problema quirúrgico), de la menopausia, de la virilidad, del envejecimiento, de la infelicidad… La medicalización de la salud, una consecuencia directa de la globalización (la necesidad de expandir mercados), es un fenómeno muy relevante porque reside, en primer termino, en el control del cuerpo de las personas y, en primer lugar, de las mujeres que han sido el objeto preferente de la medicalización por la coexistencia del dominio patriarcal.

      Pero, en paralelo a la expansión del paradigma, son cada día mas agudas las criticas al modelo biomédico, a su limitada efectividad sobre los problemas de salud, al incremento exponencial de los costes, a la exclusión de la prevención y promoción de la salud (las medidas que han probado mayor costo-efectividad en salud), a una relación que niega al paciente como sujeto o al ciudadano como protagonista de su propia salud, a la persistencia de graves problemas éticos… La medicina, pues, se encuentra hoy en una crisis de identidad respecto de su método y de sus objetivos, como expresa el conflicto de la racionalidad médica (Berlinguer, 1991). Si por un lado la medicina positivista muestra su hibris en la alta tecnología (trasplantes, inmuno-genética, imaginología …), por otro revela su némesis en la falibilidad médica, los límites de la tecnociencia o la inhabilitación del sujeto. Señales de agotamiento, indicativos de problemas crecientes e irresolubles desde el propio modelo biomédico, que hacen necesario aspirar a un nuevo marco conceptual de referencia y a una practica superadora de las limitaciones referidas, capaz de promover una sociedad menos medicalizada y mas saludable.

      Invisibilidad y dogmatismo del paradigma

      La inmensa mayoría de los médicos, y otros profesionales que trabajan en el ámbito de la biomedicina, están razonablemente satisfechos con las ideas establecidas, a menos que un problema especifico exija nuevos instrumentos conceptuales. Es decir, como se ha mencionado anteriormente, el paradigma medico lo conforman un conjunto heterogéneo de conocimientos, prácticas comunes, representaciones convenidas de la realidad, hipótesis de trabajo, etc. Esta miscelánea compleja es articulada a través de determinados supuestos que conforman el suelo desde donde se edifican los discursos de la ciencia medica, lo que Pierre Bourdieu ha denominado la “doxa académica”: las creencias fundamentales que ni siquiera necesitan afirmarse en forma de dogma explicito y consciente de sí mismo” (Bourdieu, 1999) que son aceptadas sin discusión mediante una “adhesión pre-reflexiva a los presupuestos tácitos del campo que es la verdadera censura, la más radical, la más invisible, la que todos admiten, la que está fuera de discusión, lo natural“. Este particular modo de racionalidad, que parecería más propio de las culturas no académicas, se encuentra sin embargo instalado en la dinámica de cualquier disciplina científica, como afirma Bourdieu: “Nada hay más dogmático paradójicamente que una doxa.”

      En consecuencia, los fundamentos epistemológicos que conforman el modelo médico hegemónico que modula la práctica profesional, se transmiten insensiblemente de generación en generación y son recibidos y naturalizados de manera acrítica por los propios médicos, generando un “habitus científico” que se incorpora de manera inadvertida (nunca se aprende de manera consciente o deliberada) desde hace mas de 150 años de medicina científica. El “habito” se instala en la práctica profesional y promueve la reducción de la realidad al segmento que mejor se adapta a sus estrechos dominios. Se crea, de esta forma, una extensa zona de invisibilidad epistemológica recorta el campo de lo real y condena toda mirada foránea a la incomprensión, a la trivialización o a una sordera radical de los conceptos que no encajan (Bourdieu, 1999).

      Los profesionales se sitúan en un universo acotado, con coordenadas preestablecidas y la imposibilidad de reconocer su propia doxosofía como base ineludible de su funcionamiento. Aunque, realmente, las raíces de este habito se encuentran diseminadas en la sociedad mediante un conjunto de representaciones que comparten el imaginario de la Comunidad. De este modo, los nuevos profesionales adoptan un estilo en su práctica y una modalidad de adquirir conocimiento que responden a una demanda social.

      Por tanto, no son los hechos o los sucesos desnudos los que tienen que ser revisados o recalificados, sino el sistema de pensamiento que los hace circular como verdades sólidas y hasta cierto punto inevitables, excluyendo otras perspectivas. Si entendemos la epistemología como el análisis de los fundamentos del conocimiento (un termino que es sinónimo de gnoseología o de teoría del conocimiento, todos del ámbito de la filosofía) es latransformación de la perspectiva epistemológica la única que tiene capacidad para hacer otra lectura distinta de la realidad. Solo así se puede entender, por ejemplo, que la enfermedad es algo más que un fenómeno exclusivamente biológico, que se incorpore sistemáticamente su dimensión social, cultural y subjetiva o que los recursos terapéuticos queden exclusivamente limitados a la farmacología o a la intervención anatómica directa. Cuestiones que se originan en profundas razones epistemológicas.

      Orígenes de la biologización

      Galileo y Descartes son los grandes precedentes del Modelo Biomédico. Descartes en uno de sus textos de fisiología – “De homine” – y especialmente en su obra principal – “Discurso del Método” – formula las bases de la epistemología medica vigente. Descartes considera al cuerpo humano como una máquina susceptible de curación mediante el reemplazamiento o el tratamiento del órgano enfermo. Con esta orientación, la ciencia ha seguido una aproximación analítica de “divide y conquista”, asumiendo que los problemas complejos se pueden resolver dividiéndolos en muestras o unidades mas pequeñas y, por tanto, mas fáciles de manejar. De ahí que este abordaje “de reducir” se haya denominado “reduccionismo”. La ciencia medica ha aplicado el reduccionismo en el diagnostico, la prevención y el tratamiento de las enfermedades, y ha tenido tremendos éxitos pero también grandes limitaciones e insuficiencias (Ahn, 2006).

      Visto en perspectiva histórica, en el siglo XIX las enfermedades infecciosas fueron las principales causantes de la mortalidad, si bien, en la medida en que fue mejorando la alimentación, la tasa de mortalidad fue en descenso. La práctica de la medicina en ese tiempo (Porter, 2004) todavía carecía de un método de investigación y de análisis que vinculase causa y efecto por lo que la responsabilidad de la salud estaba fuera de las personas, en creencias populares y religiosas (en manos de Dios). En las siguientes décadas dos hechos facilitaron la transformación de la medicina:

      Primero, en la disponibilidad de un método científico basado en una epistemología común de causa efecto. Esta perspectiva epistemológica, clave en el modelo biomédico, no alcanza suficiente supremacía para constituirse en paradigma hasta los inicios del siglo XIX. Los trabajos de François Magendie, y posteriormente de su discípulo Claude Bernard fueron decisivos en la ruptura epistemológica con el pensamiento médico anterior y la desvinculación definitiva con toda la tradición hipocrático-galénica y el vitalismo. Es decir, en la historia de la medicina se desarrolla un nuevo paradigma: la medicina experimental, que ha recibido la denominación por parte de la escuela de Heidelberg, de “modelo biomédico” o “científico-natural” y cuyas raíces filosóficas corresponden a la visión cartesiana – newtoniana del mundo, que ha presidido el pensamiento científico de la historia occidental (Stagnaro, 2002). Una aproximación metodológica positivista y reduccionista de la realidad que hizo desaparecer a los médicos filósofos de antaño y que piensa en la enfermedad antes que en el paciente, en los síntomas antes que en las causas, en las causas individuales antes que en las sociales y en las enfermedades orgánicas antes que en los trastornos funcionales.

      El estudio de las relaciones biológicas de causalidad ha tenido como punto de partida los postulados establecidos por Thomas Koch en la etiología de la tuberculosis y el ántrax, posteriormente generalizados al resto de las enfermedades. Los postulados se basaban en la afirmación inequívoca de causalidad, en que la causa fuera a la vez necesaria y suficiente (relación uni-causal y univoca) (Susser, 1996.) Ocurre, sin embargo, que incluso en la patología infecciosa, muchas enfermedades incumplen estos criterios, como ocurre con el Helicobacter pylori, la enfermedad meningocica, la amebiasis o los portadores crónicos asintomáticos de infecciones. De la idea de causa determinante, a través de Sir Austin Bradford Hill, se pasa a la noción de causa contributiva y de probabilidad. Bradford Hill, en 1955, propuso otras bases para superar las insuficiencias de los postulados de Koch, que rápidamente fueron aplaudidas y consensuadas por la comunidad científica internacional. Su primera aplicación exitosa fue probar la asociación causal entre el hábito de fumar y el cáncer de pulmón. Sin duda un gran avance, pero dentro de una estrategia neopositivista y lineal, carente de la necesaria perspectiva de “complejidad”. No se trata de negar la causalidad lineal pero es incuestionable que en la mayoría de las ocasiones la causalidad surge en un marco topológico de redes e interacciones no lineales.

      Más allá de la Medicina, el fundamento epistemológico del paradigma científico es la experiencia, que una vez sometida a control y demostración, permite alcanzar la certeza (o medida de todo conocimiento). Con este supuesto se desarrollaron leyes y ecuaciones predictivas, deterministas y exactas, con la convicción de que todos los fenómenos naturales y las relaciones entre ellos, podían ser descritos por ecuaciones cuantitativas y lineales. En el caso de la Física, esta concepción determinista de causa efecto, entro irreversiblemente en crisis con el principio de incertidumbre de Heisenberg y la irrupción de la Física cuántica.

      Y en segundo lugar, con el desarrollo de programas de Salud Pública que establecieron relaciones entre cuestiones ambientales (calidad del agua por ejemplo) y niveles de salud (higienismo público), que fue el origen de la epidemiología social y la principal contribución del marxismo en el ámbito de la salud, pero que, en ultima instancia, respondía a los mismos postulados epistemológicos. Aunque, en realidad, las políticas higienistas fueron muy efectivas para la salud / enfermedad, mucho más que la medicina asistencial, si bien esta ultima fue ganando en ascendencia hasta conseguir el monopolio de la medicina alopática sobre las instituciones de salud (con el informe Flexner – 1910 – como referencia fundamental). Una elección que probablemente se ha debido a razones políticas, sociales y económicas mas que a razones de salud ((Hansbrouck, 1996).

      La irrupción en el siglo XX de las biotecnologías a través del extraordinario desarrollo de la investigación biológica y de las tecnologías provenientes de otros campos de la ciencia (física, matemáticas, química, informática…) ha sido determinante en la construcción del paradigma médico contemporáneo y en su desarrollo hegemónico (Peña, 2005). La propagación de la tecnología medica se inicia después de la primera Gran Guerra, y rápidamente se situó a la cabeza del crecimiento empresarial con la construcción de una gran industria biomédica regulada por los intereses del mercado, con beneficios con alto valor añadido. La tecnología de los trasplantes, las células madre o la terapia génica son los estandartes de este desarrollo biologicista y comercial que ha marginado otras cuestiones con indudable influencia sobre la salud: la contaminación ambiental, la calidad de vida del desarrollismo, el consumismo o la inseguridad social. Por tanto, la industria tecnológica sanitaria impulsa una dinámica política y económica muy poderosa, que frecuentemente entra en contradicción con el genuino significado de lo que es un servicio de salud.

      Es indudable, no obstante, que el ámbito científico- técnico y el industrialismo no fueron los únicos factores del Modelo Biomédico. Otras causas de orden social, político y cultural también han contribuido poderosamente al proceso de biomedicalización:

      • El influjo de los cambios culturales como el individualismo o el consumismo.
      • El peso especifico de la industria farmacéutica y su capacidad de monopolizar (y sesgar) la investigación sanitaria y la formación continuada de los médicos.
      • El declive del Estado de Bienestar en los países centrales y su deterioro completo de lo poco que existía en los países periféricos, con la consiguiente aparición de recortes e insuficiencias en los presupuestos de salud y mayores espacios para el sector privado.
      • La mercantilización creciente de la medicina, entendida la salud como una mercancía (y no como un derecho y una inversión del Estado) y que, como ya se ha referido, tiene efectos convergentes y sinérgicos con la biomedicalización.

      Rasgosdel modelo biomédico

      La medicina heredera del pensamiento cartesiano ha promovido la escisión del sujeto, la distinción rígida entre lo objetivo y lo subjetivo, la ilusión de una aplicación neutral y objetiva, desprovista de historicidad y modulaciones culturales, que hace posible el mito de la objetividad total, pura e incontaminada. En este modelo biomédico hegemónico se han analizado múltiples rasgos estructurales, entre ellos el biologicismo, la a-sociabilidad, la a-historicidad, el a-culturalismo, el individualismo, la orientación curativa y pragmática, la relación asimétrica y subordinada médico / paciente, la exclusión del saber del paciente, la profesionalización formalizada, la identificación ideológica con la racionalidad científica, la mercantilización de la salud /enfermedad, la tendencia a la medicalización de los problemas, la tendencia a la escisión entre teoría y práctica… Hasta treinta características han sido descritas (Menéndez, 2005) en este modelo positivista, cuyo máximo exponente es el ya reseñado “Informe Flexner”, que ha guiado todo el desarrollo ulterior de la medicina académica occidental en la investigación, la enseñanza y la asistencia. Los rasgos fundamentales del modelo biomédico son los siguientes:

      1. Biologismo y reduccionismo. Sin duda los rasgos estructurales dominantes de la biomedicina, no solo a nivel ideológico / técnico sino también porque constituyen el fundamento científico del diagnóstico y del tratamiento. El biologismo opera con la confianza absoluta de que sus presupuestos se corresponden con la realidad, a pesar de que la ciencia medica asienta sobre hallazgos de un numero relativamente reducido de casos y es común que muchos resultados sean contradictorios. Por ejemplo, un reciente meta-análisis en pacientes de UCI, concluía que la infusión de albúmina aumentaba la mortalidad el 4% con respecto a las soluciones de cristaloides (lo que supuso la exclusión de esta molécula de la practica clínica), pero un estudio posterior, más amplio, no observaba diferencias, incluso la albúmina mostraba mejores resultados en pacientes sépticos aunque peores en traumatismos cráneo-encefálicos… (Singer, 2005) Es decir, la experimentación biológica tiene serias limitaciones, en buena medida porque los estudios se apoyan en un numero reducido de observaciones y por la descontextualización del conocimiento medico.

      Un factor biológico único que contempla el organismo como una colección de componentes que se aíslan individualmente para observar su comportamiento, igual que un mecánico con un coche averiado. La enfermedad se trata identificando el componente individual averiado: para la infección, el agente patógeno; para el cáncer, el tumor; para la hemorragia digestiva, el vaso que esta sangrando… Esta es la practica medica actual que asume que la información de una parte individual atomizada es suficiente para explicar el todo. Pero hay circunstancias en que la interacción compleja entre las partes no se puede predecir por la investigación exclusiva de las partes. Este es el denominador común de los fracasos de la medicina actual (Peña, 2002). La dimensión biológica es, asimismo, el núcleo de la formación profesional del médico. El aprendizaje se basa en contenidos biológicos, excluyendo otros factores. Lo mismo ocurre con la investigación (los avances de la genética ha reforzado aún mas esta tendencia).

      En su aplicación practica, la tendencia biologista explica la prioridad de la atención clínica y hospitalaria, la orientación individualizada o la subordinación de la salud pública a la figura del médico sanitarista, el principal agente de salud, incluso en un marco socioeconómico en el que el estado de bienestar social es el principal proveedor de las políticas públicas de salud. El biologismo es también el criterio fundamental de diferenciación con las otras formas de atención, y aunque en algunas cuestiones puede tomar en consideración aspectos psicológicos y sociales, la tendencia es a subordinarlos o excluirlos en relación con la dimensión biológica.

      Algunos sesgos reduccionistas de la practica medica son evidentes. Por ejemplo, el enfoque de la homeostasis, popularizado por W. Cannon, que ha supuesto uno de los mayores avances teóricos de la Medicina: el principio de preservar la estabilidad y la constancia como respuesta ante cualquier agresión, lo que ha llevado incluso a modificar el concepto de enfermedad que paso a definirse como un fallo de los mecanismos de la homeostasis. Pero este principio se ha visto afectado por la visión reduccionista de devolver los parámetros desviados a su rango normal (hipotiroidismo, diabetes, hipokaliemia…), por la afirmación simplista de la “normalidad”, por una dimensión estática de la realidad…

      Sin embargo, existen pruebas de que restaurar a sus valores normales un parámetro desviado puede ser perjudicial para el sistema en su conjunto(Ahn, 2005), como ocurre con la corrección de los niveles bajos de calcio plasmático en el paciente critico o reducir la hipertensión arterial en las primeras horas de un accidente cerebro-vascular. Por tanto, llevar un parámetro a la “normalidad” puede ser perjudicial para el sistema global, desconsiderando la estabilidad dinámica que muchas veces tiene un comportamiento oscilatorio (como ocurre con los ritmos circadianos) o caótico (como ocurre con las variaciones del ritmo cardiaco.) De donde se deduce que en el modelo de homeostasis es imprescindible incluir la complejidad de los estados dinámicos, de lo contrario, los efectos de los tratamientos pueden no ser efectivos, incluso deletéreos. Continue reading Biomedicina, medicinas alternativas y eubiatría