Relación entre la obesidad, la obesidad abdominal y la mortalidad


Pischon T, Boeing H, Hoffmann K, Bergmann M, Schulze MB, Overvad K et al. General and Abdominal Adiposity and Risk of Death in Europe. N Engl J Med 2008; 359: 2105-2120. R TC PDF

Introducción

La mayor parte de los estudios sobre la relación entre la obesidad y la mortalidad han utilizado el IMC. Sin embargo, se ha demostrado que la obesidad abdominal es un mejor indicador del riesgo de numerosas enfermedades crónicas, pero existen pocos estudios que hayan analizado su relación con la mortalidad.

Objetivo

Estudiar la relación entre la obesidad y la obesidad abdominal y la mortalidad en Europa.

Perfil del estudio

Tipo de estudio: Estudio de cohortes

Área del estudio: Pronóstico

Ámbito del estudio: Comunitario

Métodos

Se invitó a participar en el estudio EPIC (European Prospective Investigation into Cancer and Nutrition) a casi 520.000 personas de 25 a 70 años de edad reclutados en la población general en 10 países europeos. En la visita inicial se les tomaron medidas antropométricas (altura, peso, circunferencia de la cintura y de la cadera) y se les pasó un cuestionario sobre antecedentes médicos y estilos de vida, que incluía preguntas sobre la actividad física y el consumo de alcohol.

Se excluyó del análisis a las personas de las que se desconocía su estado vital al final del estudio, que presentaban alguna enfermedad crónica (cardiovascular o cáncer) y aquellas de las que no se disponía de la altura, el peso o la circunferencia de la cintura o de la cadera al inicio del mismo o estos datos tenían valores poco probables. El IMC se clasificó en los siguientes grupos:

El estado vital y la causa de muerte se obtuvo, según los países del Registro Civil o mediante seguimiento activo de los pacientes.

Resultados

Se incluyeron en el estudio 359.387 personas (fig. 1) a las que se siguió una media de 9,7 años. La edad media al inicio fue de 51 años y un 65% eran mujeres. Los participantes con un mayor IMC tenían una mayor edad media, un menor nivel educativo y era menos probable que fuesen fumadores. Se dio una correlación positiva con el consumo de alcohol en varones, pero fue negativa en las mujeres. La correlación con el IMC fue superior para la circunferencia de la cintura que para la RCC.

Figura 1. Flujo de los participantes.

Durante este tiempo murieron 14.723 individuos. Las causas de muerte se recogen en la figura 2.

Figura 2. Principales causas de muerte.

Se encontró una relación no lineal entre el IMC y el riesgo de muerte, tanto en el análisis crudo como en el ajustado, con excesos de mortalidad tanto para los IMC muy bajos como para los más altos (fig. 3). Los menores riesgos se dieron para el IMC de 25,3 en varones y de 24,3 en mujeres. Cuando no se ajustaban por el IMC, la relación de la mortalidad total con la circunferencia de la cintura y la RCC mostraba una distribución similar.

Figura 3. Riesgo relativo ajustado (RRA) de muerte en función del IMC (comparado con 23,5 a <25).

En el análisis ajustado incluyendo el IMC, tanto la circunferencia de la cintura como la RCC mostraron una relación lineal con la mortalidad total (fig. 4).

Figura 4. Riesgo relativo ajustado (RRA) de muerte en función de la circunferencia de la cintura y de la RCC.

Dentro de los diferentes subgrupos de IMC, los quintiles superiores de la circunferencia de la cintura y de la RCC se asociaron a una mayor mortalidad que los quintiles inferiores y su adición al IMC mejoró la capacidad predictiva de éste. La relación entre las medidas de adiposidad abdominal y la mortalidad fueron más intensas en las personas con IMC bajo que en las que tenían un IMC elevado.

Conclusiones

Los autores concluyen que tanto el IMC como las medidas de adiposidad central se asocian a un mayor riesgo de mortalidad, por lo que recomiendan la utilización de ambas en la predicción del riesgo de muerte.

Conflictos de interés

Ninguno declarado. Financiado por becas de numerosas instituciones públicas de varios países europeos.

Comentario

En los últimos años ha habido una polémica muy activa sobre cuál es la medida de adiposidad preferible para utilizar en la práctica clínica. El IMC es un índice de adiposidad muy sencillo que se ha venido utilizando durante décadas y que ha mostrado una buena correlación con el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas como la HTA, la diabetes, las enfermedades cardiovasculares y el cáncer y con la mortalidad. Sin embargo, en los últimos años se había criticado algunos defectos de esta medida, como el hecho de que era incapaz de distinguir entre la masa magra y la masa grasa y la distribución de ésta. Éstos hechos lo hacía sensible a determinados sesgos como la posibilidad de causalidad inversa de modo que los pacientes con enfermedades crónicas o con situaciones que se asocian a un menor peso y a una mayor mortalidad (como el tabaquismo) podían afectar a su capacidad predictiva.

Todo ello, unido al hecho de que los índices de adiposidad central también mostraban una capacidad predictiva importante, parecía que inclinaban la balanza a favor de estas últimas medidas, en especial la circunferencia de la cintura por su sencillez. Sin embargo, los resultados de este estudio, muy valiosos por el elevado número de personas incluidas y el seguimiento de casi 10 años, apuntan en el sentido de que se deben valorar tanto el IMC como el perímetro abdominal. Tal vez la mayor utilidad de éste sería en personas sin sobrepeso, en fumadores y en personas de edad avanzada, en los que en éste estudio se ha encontrado una mayor relación entre la mortalidad y las medidas de adiposidad central que con el IMC. En otros estudios también se han detectado resultados similares.

Bibliografía

  1. Haslam DW, James WPT. Obesity. Lancet 2005; 366: 1197-1209. R TC (s) PDF (s)
  2. Hu FB. Obesity and Mortality: Watch Your Waist, Not Just Your Weight. Arch Intern Med 2007; 167: 875-876. TC (s) PDF (s)
  3. Zhang X, Shu XO, Yang G, Li H, Cai H, Gao YT, Zheng W. Abdominal Adiposity and Mortality in Chinese Women. Arch Intern Med 2007; 167: 886-892. R TC (s) PDF (s)

Autor

Manuel Iglesias Rodal. Correo electrónico: mrodal@menta.net.

Relación entre la obesidad, la obesidad abdominal y la mortalidad


Pischon T, Boeing H, Hoffmann K, Bergmann M, Schulze MB, Overvad K et al. General and Abdominal Adiposity and Risk of Death in Europe. N Engl J Med 2008; 359: 2105-2120. R TC PDF

Introducción

La mayor parte de los estudios sobre la relación entre la obesidad y la mortalidad han utilizado el IMC. Sin embargo, se ha demostrado que la obesidad abdominal es un mejor indicador del riesgo de numerosas enfermedades crónicas, pero existen pocos estudios que hayan analizado su relación con la mortalidad.

Objetivo

Estudiar la relación entre la obesidad y la obesidad abdominal y la mortalidad en Europa.

Perfil del estudio

Tipo de estudio: Estudio de cohortes

Área del estudio: Pronóstico

Ámbito del estudio: Comunitario

Métodos

Se invitó a participar en el estudio EPIC (European Prospective Investigation into Cancer and Nutrition) a casi 520.000 personas de 25 a 70 años de edad reclutados en la población general en 10 países europeos. En la visita inicial se les tomaron medidas antropométricas (altura, peso, circunferencia de la cintura y de la cadera) y se les pasó un cuestionario sobre antecedentes médicos y estilos de vida, que incluía preguntas sobre la actividad física y el consumo de alcohol.

Se excluyó del análisis a las personas de las que se desconocía su estado vital al final del estudio, que presentaban alguna enfermedad crónica (cardiovascular o cáncer) y aquellas de las que no se disponía de la altura, el peso o la circunferencia de la cintura o de la cadera al inicio del mismo o estos datos tenían valores poco probables. El IMC se clasificó en los siguientes grupos:

El estado vital y la causa de muerte se obtuvo, según los países del Registro Civil o mediante seguimiento activo de los pacientes.

Resultados

Se incluyeron en el estudio 359.387 personas (fig. 1) a las que se siguió una media de 9,7 años. La edad media al inicio fue de 51 años y un 65% eran mujeres. Los participantes con un mayor IMC tenían una mayor edad media, un menor nivel educativo y era menos probable que fuesen fumadores. Se dio una correlación positiva con el consumo de alcohol en varones, pero fue negativa en las mujeres. La correlación con el IMC fue superior para la circunferencia de la cintura que para la RCC.

Figura 1. Flujo de los participantes.

Durante este tiempo murieron 14.723 individuos. Las causas de muerte se recogen en la figura 2.

Figura 2. Principales causas de muerte.

Se encontró una relación no lineal entre el IMC y el riesgo de muerte, tanto en el análisis crudo como en el ajustado, con excesos de mortalidad tanto para los IMC muy bajos como para los más altos (fig. 3). Los menores riesgos se dieron para el IMC de 25,3 en varones y de 24,3 en mujeres. Cuando no se ajustaban por el IMC, la relación de la mortalidad total con la circunferencia de la cintura y la RCC mostraba una distribución similar.

Figura 3. Riesgo relativo ajustado (RRA) de muerte en función del IMC (comparado con 23,5 a <25).

En el análisis ajustado incluyendo el IMC, tanto la circunferencia de la cintura como la RCC mostraron una relación lineal con la mortalidad total (fig. 4).

Figura 4. Riesgo relativo ajustado (RRA) de muerte en función de la circunferencia de la cintura y de la RCC.

Dentro de los diferentes subgrupos de IMC, los quintiles superiores de la circunferencia de la cintura y de la RCC se asociaron a una mayor mortalidad que los quintiles inferiores y su adición al IMC mejoró la capacidad predictiva de éste. La relación entre las medidas de adiposidad abdominal y la mortalidad fueron más intensas en las personas con IMC bajo que en las que tenían un IMC elevado.

Conclusiones

Los autores concluyen que tanto el IMC como las medidas de adiposidad central se asocian a un mayor riesgo de mortalidad, por lo que recomiendan la utilización de ambas en la predicción del riesgo de muerte.

Conflictos de interés

Ninguno declarado. Financiado por becas de numerosas instituciones públicas de varios países europeos.

Comentario

En los últimos años ha habido una polémica muy activa sobre cuál es la medida de adiposidad preferible para utilizar en la práctica clínica. El IMC es un índice de adiposidad muy sencillo que se ha venido utilizando durante décadas y que ha mostrado una buena correlación con el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas como la HTA, la diabetes, las enfermedades cardiovasculares y el cáncer y con la mortalidad. Sin embargo, en los últimos años se había criticado algunos defectos de esta medida, como el hecho de que era incapaz de distinguir entre la masa magra y la masa grasa y la distribución de ésta. Éstos hechos lo hacía sensible a determinados sesgos como la posibilidad de causalidad inversa de modo que los pacientes con enfermedades crónicas o con situaciones que se asocian a un menor peso y a una mayor mortalidad (como el tabaquismo) podían afectar a su capacidad predictiva.

Todo ello, unido al hecho de que los índices de adiposidad central también mostraban una capacidad predictiva importante, parecía que inclinaban la balanza a favor de estas últimas medidas, en especial la circunferencia de la cintura por su sencillez. Sin embargo, los resultados de este estudio, muy valiosos por el elevado número de personas incluidas y el seguimiento de casi 10 años, apuntan en el sentido de que se deben valorar tanto el IMC como el perímetro abdominal. Tal vez la mayor utilidad de éste sería en personas sin sobrepeso, en fumadores y en personas de edad avanzada, en los que en éste estudio se ha encontrado una mayor relación entre la mortalidad y las medidas de adiposidad central que con el IMC. En otros estudios también se han detectado resultados similares.

Bibliografía

  1. Haslam DW, James WPT. Obesity. Lancet 2005; 366: 1197-1209. R TC (s) PDF (s)
  2. Hu FB. Obesity and Mortality: Watch Your Waist, Not Just Your Weight. Arch Intern Med 2007; 167: 875-876. TC (s) PDF (s)
  3. Zhang X, Shu XO, Yang G, Li H, Cai H, Gao YT, Zheng W. Abdominal Adiposity and Mortality in Chinese Women. Arch Intern Med 2007; 167: 886-892. R TC (s) PDF (s)

Autor

Manuel Iglesias Rodal. Correo electrónico: mrodal@menta.net.


Iñigo Aizpurua, del CEVIME (Centro Vasco de Información de Medicamentos), nos informa que esta disponible un nuevo número del INFAC volumen 16 nº 6, cuyo tema es Manejo de la obesidad en Atención Primaria

La tabla acompanhante de suplementos deteticos antiobesidad esta disponible en :
http://www.osanet.euskadi.net/r85-20361/es/contenidos/informacion/infac/es_1223/adjuntos/infac_vol_16_%206_tabla.pdf

Fuente: Martin Cañas – Lista Atencion Primaria –


Iñigo Aizpurua, del CEVIME (Centro Vasco de Información de Medicamentos), nos informa que esta disponible un nuevo número del INFAC volumen 16 nº 6, cuyo tema es Manejo de la obesidad en Atención Primaria

La tabla acompanhante de suplementos deteticos antiobesidad esta disponible en :
http://www.osanet.euskadi.net/r85-20361/es/contenidos/informacion/infac/es_1223/adjuntos/infac_vol_16_%206_tabla.pdf

Fuente: Martin Cañas – Lista Atencion Primaria –

Guia Diagnostica y Terapeutica de Obesidad


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Este guia constituye la primera Evaluación sobre Obesidad realizada en el año 2006. En este momento estamos en revisión de la misma, y esperamos terminarla antes de fin de mes. De todos modos, las modificaciones son minimas asi que podrán disfrutarla, o no, sin mayores cambios. Esperamos les sea útil.

Relacion entre IMC y cancer


Relación entre el IMC y el riesgo de cáncer

Renehan AW, Tyson M, Egger M, Heller RF, Zwahlen M. Body-mass index and incidence of cancer: a systematic review and meta-analysis of prospective observational studies. Lancet 2008; 336: 569-578.  R TC (s) PDF (s)

Introducción

En numerosos estudios, el exceso de peso se ha relacionado con un incremento del riesgo de desarrollar determinados tumores. Sin embargo, la diversidad de localizaciones, tipos de estudios y medidas de resultado utilizadas dificultan la comparación de los datos.

Objetivo

Rervisar la relación entre el IMC y la fuerza de la asociación con determinados tumores e investigar las diferencias respecto al sexo y distintos grupos étnicos.

Perfil del estudio

Tipo de estudio: Metaanálisis

Área del estudio: Causa

Ámbito del estudio: Comunitario

Métodos

Se llevó a cabo una búsqueda en Medline, Embase, las listas de referencias de los trabajos localizados y otras fuentes bibliográficas relevantes para localizar los estudios de cohortes (y los de casos y controles anidados dentro de éstos), publicados en cualquier idioma, en los que se investigaba la relación entre el IMC y la incidencia de 20 tipos diferentes de tumores en 15 localizaciones diferentes (colorrectal, gastroesofágico, hepatobiliar, leucemia, pulmonar, melanoma, mieloma, linfoma no hodgkiniano, leucemia, pancreático, renal, tiroideo, prostático, mamario, endometrial y ovárico.

Los criterios de inclusión fueron que se midiese el IMC al inicio del estudio, se registrase la incidencia de nuevos tumores en el seguimiento, que proporcionasen medidas de estimación del riesgo para al menos 3 categorías de IMC. Se excluyeron las publicaciones que no eran informes completos, los que sólo proporcionaban datos de mortalidad (en vez de incidencia) y los estudios sobre lesiones preneoplásicas. En función de su origen étnico, se clasificaron a los participantes como norteamericanos (>80% blancos), europeos-australianos, afroamericanos, asiáticos y multiétnicos.

Resultados

Cumplieron los criterios de inclusión 141 artículos que aportaron datos de 76 estudios con 221 conjuntos de datos que supusieron más de 133 millones de personas-año de observación y 282.173 casos incidentes de cáncer. Más de la mitad de los trabajos y los de mayor tamaño se habían publicado a partir de 2004.

Los IMC elevados se asociaron a un mayor riesgo de presentar cáncer en numerosas localizaciones en ambos sexos (adenocarcinoma de esófago, tiroides, colon, riñón, mieloma y leucemia), así como en algunos tumores propios de la mujer (endometrio y mama en la postmenopausia). En cambio, el exceso de peso se asoció a un menor riesgo de cáncer de pulmón y de carcinoma escamoso de esófago. En estos casos, es posible que esta asociación se deba en gran parte al efecto de confusión del tabaco, que se asocia a un menor peso y a un mayor riesgo de estos tipos de tumores.

Tabla 1. Riesgo relativo para diferentes tipos de tumores por cada 5 kg/m2 de IMC.
Varones Mujeres
Adenocarcinoma de esófago 1,52 (1,33 a 1,74) 1,51 (1,31 a 1,74)
Tiroides 1,33 (1,04 a 1,70) 1,14 (1,06 a 1,23)
Colon 1,24 (1,20 a 1,28) 1,09 (1,05 a 1,13)
Renal 1,24 (1,15 a 1,34) 1,34 (1,25 a 1,43)
Hígado 1,24 (0,95 a 1,62) 1,07 (0,55 a 2,08)
Melanoma 1,17 (1,05 a 1,30) 0,96 (0,92 a 1,01)
Mieloma 1,11 (1,05 a 1,18) 1,11 (1,07 a 1,15)
Recto 1,09 (1,06 a 1,12) 1,02 (1,00 a 1,05)
Vesícula 1,09 (0,99 a 1,21) 1,59 (1,02 a 2,47)
Leucemia 1,08 (1,02 a 1,14) 1,17 (1,04 a 1,32)
Páncreas 1,07 (0,93 a 1,23) 1,12 (1,02 a 1,22)
Linfoma no hodgkiniano 1,06 (1,03 a 1,09) 1,07 (1,00 a 1,14)
Próstata 1,03 (1,00 a 1,07)
Gástrico 0,97 (0,88 a 1,06) 1,04 (0,90 a 1,20)
Pulmón 0,76 (0,70 a 0,83) 0,80 (0,66 a 0,97)
Escamoso de esófago 0,71 (0,60 a 0,85) 0,57 (0,47 a 0,69)
Endometrio 1,59 (1,50 a 1,68)
Mama (postmenopausia) 1,12 (1,08 a 1,16)
Ovario 1,03 (0,99 a 1,08)
Mama (premenopausia) 0,92 (0,88 a 0,97)

En los análisis de subgrupos, las asociaciones ente el IMC y el riesgo de cáncer fueron más fuertes para los varones que para las mujeres para el cáncer colorrectal y a la inversa para el cáncer renal. La mayor parte de las asociaciones fueron pareceidas para las diferentes áreas geográficas, pero para el cáncer de mama en la premenopausia se encontró una relación directa con el IMC para los estudios llevados a cabo en países asiáticos e inversa para el resto de las regiones geográficas. En los países asiáticos la relación entre el IMC y el cáncer de mama en la postmenopausia también fue mas fuerte que en las otras regiones.

Conclusiones

Los autores concluyen que el IMC elevado se asocia a un mayor riesgo de sufrir determinados tumores y que esta asociación puede variar entre los dos sexos y para personas de diferentes orígenes étnicos.

Conflictos de interés

Uno de los autores ha recibido honorarios de varios laboratorios farmacéuticos. Financiado parcialmente por una beca de la British Medical Association.

Comentario

En este estudio se confirma el hallazgo de estudios previos de que la presencia de obesidad se asocia a un mayor riesgo de desarrollar determinado tipo de tumores. El hecho de que para el mismo sólo se hayan utilizado los datos de estudios prospectivos limita la posibilidad de determinados sesgos como el del recuerdo selectivo. Por otro lado, el que sólo se hayan utilizado datos de incidencia permite limitar el efecto de otros factores como el peor pronóstico que presentan los obesos para determinados tipos de tumores, que pueden afectar a los estudios que se llevan a cabo con datos de mortalidad.

Una limitación de este estudio es que el análisis estadístico da como resultado un incremento de riesgo por cada unidad de IMC, pero es posible que el incremento de riesgo no sea lineal, puesto que en algunos estudios previos el exceso de riesgo de tumores se concentró en los pacientes con obesidades mórbidas. Por otro lado, tampoco permite analizar si, como en el caso de las enfermedades cardiovasculares, determinados tipos de obesidad, como la abdominal, se asocian a un mayor riesgo.

El hecho de que se dé esta asociación estadística no prueba por sí solo que esta relación sea causal. Irían a favor de una relación de este tipo la especificidad del efecto y el hecho de que en los estudios de intervención sobre la obesidad se detectase en las personas asignadas al grupo intervención una reducción de la incidencia de tumores malignos. Sin embargo, los estudios publicados de este tipo suelen tener unos efectos modestos y acostumbran a tener unos seguimientos no demasiado largos. No obstante, en un ensayo clínico llevado a cabo en pacientes con obesidad mórbida tratados mediante cirugía bariátrica en los pacientes asignados al grupo intervención la mortalidad fue inferior que en los asignados al grupo control y entre las enfermedades que presentaron una reducción importante de la mortalidad (próxima a la mitad) se encontraban los tumores.

Bibliografía

  1. Hu FB, Stampfer MJ, Manson JE, Grodstein F, Colditz GA, Speizer FE, Willett WC. Trends in the incidence of coronary heart disease and changes in diet and lifestyle in women. N Engl J Med 2000; 343: 530-537.  R TC PDF

Autor

Manuel Iglesias Rodal. Correo electrónico: mrodal@menta.net.

Se logra remisión de diabetes tipo 2 con banda gástrica


La banda gástrica supera por mucho a la terapia convencional para alcanzar remisión de diabetes mellitus tipo 2, de acuerdo a un estudio preliminar, patrocinado por la industria, publicado en JAMAInvestigadores australianos aleatorizaron 60 pacientes obesos (con IMC de 30-40), con diabetes mellitus tipo 2 para recibir banda gástrica ajustable laparoscópica o la “mejor” terapia convencional. Al evaluar 2 años después, 73% de los pacientes que tuvieron cirugía había alcanzado remisión contra sólo 13% de los pacientes con terapia convencional. De manera similar, la pérdida de peso promedió 20% con la cirugía y sólo 1.4% con terapia convencional.

Los editoriales, reconociendo la experiencia del equipo de cirujanos australianos, dijeron que sus excelentes resultados pueden no ser reproducidos en otra parte. Y reconocen que la aplicación general de estos descubrimientos falta ser determinada. Sin embargo, si observaron que las guías de tratamiento para diabetes no mencionan la cirugía para nada, aún para pacientes muy obesos. Se hace la invitación para que los médicos reconsideren el papel de la cirugía para tratar diabetes

Artículo en JAMA

Efecto de la obesidad en la infancia y la adolescencia sobre el riesgo de cardiopatía isquémica en la vida adulta


Baker JL, Olsen LW, Sørensen IA. Childhood Body-Mass Index and the Risk of Coronary Heart Disease in Adulthood. N Engl J Med 2007; 357: 2329-2337. R TC PDF

Introducción

En los países occidentales está aumentando la proporción de niños y adolescentes con sobrepeso. Este exceso de peso se asocia a la presencia de factores de riesgo cardiovascular en este grupo de edad que se podría traducir en una mayor probabilidad de eventos coronarios en la edad adulta.

Objetivo

Estudiar si el exceso de peso en la infancia incrementa el riesgo de cardiopatía isquémica en la vida adulta.

Perfil del estudio

Tipo de estudio: Estudio de cohortes

Área del estudio: Causa

Ámbito del estudio: Comunitario

Métodos

Para este estudio se utilizaron los datos de una cohorte de personas nacidas entre 1930 y 1976 a las que se les practicó una revisión escolar anual obligatoria que incluía la talla y el peso. A partir del año 1945 se registraba también el peso al nacer. Con los valores de IMC de los años 1955-1960 se elaboraron las tablas que se utilizaron como referencia. A partir de los IMC de los niños se calculó el IMC normalizado (z).

Los datos de este registro se enlazaron mediante un identificador único con con las causas de muerte que constaban en el Instituto Nacional de Estadística y con las altas hospitalarias. A partir de estas bases de datos se identificaron las personas que habían sufrido un evento coronario, que se clasificó en mortal y no mortal.

Resultados

Se dispuso de los datos de 276.835 personas que suponían más de 5 millones de personas-años. Como es habitual en la infancia, el IMC aumentó con la edad. Se registraron 12.029 eventos coronarios no mortales y 4.104 mortales. Tanto unos como los otros fueron más frecuentes en varones que en mujeres. El valor de la z aumentó con la edad (1,96 kg a los 7 años y 5,60 kg a los 13 años).

El riesgo de sufrir un evento coronario aumentó con cada unidad de IMC normalizado tanto en niños como en niñas, fue superior en el sexo masculino que en femenino y aumentó de forma lineal con la edad entre los 7 y los 13 años (fig. 1). Se encontró la misma relación para los eventos mortales y para los no mortales.

Se encontró una relación inversa entre el peso al nacer y el riesgo de sufrir un evento coronario, pero la inclusión de este dato en el modelo no cambió de forma importante los resultados.

 

Conclusiones

Los autores concluyen que el IMC elevado durante la infancia se asocia a un mayor riesgo de cardiopatía isquémica en la edad adulta. La asociación es más importante en los niños que en las niñas y tiende a aumentar con la edad.

Conflictos de interés

Ninguno declarado.

Comentario

La obesidad es el trastorno metabólico más frecuente en la infancia y la adolescencia. En los últimos años estamos asistiendo a un incremento importante de su prevalencia, por lo que es importante prever cuáles serán las consecuencias de este fenómeno a largo plazo. La obesidad en la infancia y la adolescencia se asocia a un mayor riesgo de ser obeso en la vida adulta, a trastornos psicológicos (por baja autoestima, rechazo de la propia imagen corporal y rechazo social de los niños obesos), a la presencia de factores de riesgo cardiometabólicos y a trastornos ortopédicos (genu valgo, pie plano).

En este estudio, además, se ha encontrado una relación directa entre los valores elevados de ICM con el riesgo de cardiopatía coronaria en la vida adulta. Entre los puntos fuertes de este estudio se encuentran el gran tamaño de la muestra y su representatividad, dado que se incluyen prácticamente todos los niños de Dinamarca desde los años 30 del siglo pasado independientemente de su nivel socioeconómico. El principal inconveniente es que, al basarse en registros preexistentes, no se ha podido analizar la relación del sobrepeso con otros posibles factores de confusión (allimentarios, metabólicos, actividad física, etc.)

En estudios previos no se había logrado establecer una clara relación entre el sobrepeso en la infancia y el riesgo de cardiopatía isquémica en la vida adulta, dado que aunque se había detectado una tendencia, los estudios no habían tenido suficiente poder estadístico. Además, la relación era tanto más importante cuanto mayor era la edad de los niños. La explicación a este fenómeno puede ser doble: por un lado, se encuentran más cerca de la edad adulta (se ha demostrado que los adolescentes obesos tienen mayor riesgo de ser adultos obesos que los niños obesos de menor edad) y, por otro lado, a medida que avanzaba la edad de los niños se incrementaba la dispersión de los valores de IMC, por lo que una z de desviación a estas edades suponía mayor peso que a edades más tempranas.

En cualquier caso, a partir de los datos de este estudio se puede concluir que la obesidad en la infancia y en la adolescencia es un marcador de riesgo de cardiopatía isquémica en la vida adulta, por lo que se refuerza todavía más la necesidad de intervenir sobre este problema en esta etapa de la vida.

Bibliografía

  1. Serra Ll, Ribas L, Aranceta J, Pérez C, Saavedra P, Peña L. Obesidad infantil y juvenil en España. Resultados del estudio enKid (1998-2000). Med Clin (Barc) 2003; 121: 725-732. R TC (s) PDF (s)
  2. Gunnell DJ, Frankel SJ, Nanchahal K, Peters TJ, Smith GD. Childhood obesity and adult cardiovascular mortality: a 57-y follow-up study based on the Boyd Orr cohort. Am J Clin Nutr 1998; 67: 1111-1118. R PDF
  3. Ballabriga A, Carrascosa A. Obesidad en la infancia y adolescencia.En: Ballabriga A, Carrascosa A (Eds.). Nutrición en la infancia y adolescencia. Madrid: Ediciones Ergon. 2006. PDF
  4. Lawlor DA, Martin RM, Gunnell D Galobardes B, Ebrahim S, Sandhu J et al. Association of body mass index measured in childhood, adolescence, and young adulthood with risk of ischemic heart disease and stroke: findings from 3 historical cohort studies. Am J Clin Nutr 2006; 83: 767-773. R TC PDF

Autor

Manuel Iglesias Rodal. Correo electrónico: mrodal@menta.net.

Unos estudios advierten sobre medicamentos contra la obesidad: Rimonobant


PARÍS (AFP) — En momentos en que la cantidad de personas con sobrepeso sigue aumentando en todo el mundo, dos estudios científicos lanzaron serias advertencias sobre los medicamentos que dicen luchar contra la obesidad, en particular el Rimonabant.Vendido en Europa con el nombre de Acomplia, el Rimonabant estaría vinculado a un riesgo creciente de efectos psiquiátricos, según un artículo que el sábado publicará la revista médica británica The Lancet.

La publicacion de este estudio se produce días después de que un despacho de abogados estadounidense presentará un recurso colectivo (‘class action’) contra Sanofi-Aventis pues reprocha al laboratorio el haber difundido entre inversores informaciones “engañosas” sobre ese medicamento que en Estados Unidos se vende bajo el nombre de Zimulti.

Analizando los resultados de cuatro pruebas que involucraron a más de 4.000 pacientes, el equipo del profesor Arne Astrup, del departamento de Nutrición humana, de la Universidad de Copenhague, mostró que los pacientes que recibían Rimonabant (20 mg por día) tenían un 40% más de riesgo de sufrir efectos secundarios que aquellos que recibieron un placebo.

Los pacientes que consumieron Rimonabant tenían un riesgo creciente de verse obligados a interrumpir el tratamiento debido a disturbios depresivos (2,5 veces más que los que recibieron el placebo) y a cuadros de ansiedad (tres veces más).

“Nuestros trabajos sugieren que el consumo de 20 mg/día de Rimonabant aumenta el riesgo de efectos psiquiátricos, como cambios de humor y ansiedad”, estiman los investigadores, antes de subrayar que las personas con antecedentes depresivos o enfermedades psiquiátricas habían sido descartadas de las pruebas.

El pasado 13 de junio, expertos sanitarios estadounidenses se pronunciaron contra la comercialización de ese medicamentos en Estados Unidos, al considerar que podía aumentar las ideas suicidas.

El 29 de junio, el laboratorio anunciaba que retiraba su pedido de autorización para la venta del medicamento.

Semanas después en Europa, exactamente el 19 de julio, la Agencia Europea de Medicamentos decidió permitir la venta de ese medicamento con una condición: que no fuera recetado a personas que sufrían una grave depresión o que consumían antidepresivos.

El segundo estudio, difundido en internet, corresponde al British Medical Journal (BMJ) que evalúa la eficacia a largo plazo de tres tratamientos de lucha contra la obesidad. Se trata del Rimonabant, el Orlistat y la Sibutramina.

El equipo del profesor Raj Padwal, de la Universidad de Alberta, en Edmonton (Canadá), demostró que esos tres medicamentos permiten solamente una pérdida de peso modesta, de menos de cinco kilos y que muchos pacientes siguen siendo obesos o padeciendo sobrepeso.

Según estos científicos, el Orlistat permite perder 2,9 kilogramos, la Sibutramina 4,2 kg y el Rimonabant 4,7 kg. También mostraron los efectos secundarios de los tres productos y en particular del Rimonabant: riesgo creciente de disturbios del estado de ánimo como la depresión o la ansiedad.

El profesor Gareth Williams, de la Universidad británica de Bristol, advirtió, en el BMJ, contra los peligros potenciales de autorizar el libre acceso a medicamentos para combatir la obesidad.

“Vender medicamentos contra la obesidad en el mostrador (NDLR: sin receta) perpetuará el mito según el cual la obesidad puede arreglarse simplemente con una píldora y podría socavar los esfuerzos para promover una vida sana, único camino para escapar de la obesidad a largo plazo”.

Más de 1.000 millones de adultos en todo el mundo tiene sobrepeso, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), y al menos 300 millones son obesos.

Cirugía de bypass gástrico asociada con disminución de mortalidad cardiovascular


Cirugía de bypass gástrico asociada con disminución de mortalidad cardiovascular

El bypass gástrico es el procedimiento de cirugía bariátrica más frecuente en USA.
Estos autores siguieron a 7925 pacientes sometidos a procedimientos de bypass gástrico y los aparejaron por edad, sexo e índice de masa corporal con individuos sin esa cirugía. Ellos determinaron tasa de muerte por todas las causas y causas específicas.

El seguimiento fue por una media de 7 años. La mortalidad por todas las causas fue 38 por 10,000 persona-en el grupo bypass y 58 en controles. Muerte por enfermedad coronaria, diabetes y cáncer estaban todas disminuidas, Sin embargo, hubo incremento en muertes por accidentes y suicidios, 1 versus 6 por 10,000 persona-años
Los autores concluyeron: “La mortalidad total a largo plazo después de bypass gástrico estuvo significativamente disminuida, particularmente muertes por diabetes, enfermedad cardiaca y cáncer. Sin embargo, la tasa de muertes por causas diferentes a enfermedad fue mayor en el grupo de cirugía que en el grupo control.”

El bypass gástrico en pacientes con obesidad mórbida está asociado con reducción de mortalidad por todas las causas. El incremento en muertes por accidentes y suicidios merece mayor estudio.


N Eng J Med 23 Agosto 2007;357:753-761. 2007© Massachusetts Medical Society
Mortalidad a largo plazo después de Bypass Gástrico, Ted D. Adams, Richard E. Gress, Sherman C. Smith, R. Chad Halverson, Steven C. Simper, Wayne D. Rosamond, Michael J. LaMonte, Antoinette M. Stroup, y Steven C. Hunt

Categoría T. Endocrine/Metabolic/Nutritional. Palabras claves: obesidad mórbida, cirugía bariátrica, bypass gástrico, mortalidad, estudio caso control
Sinopsis editado por Dr Linda French, Toledo, Ohio. Colocado en Global Family Doctor 4 septiembre 2007.