CT Scans: They are responsible for 2 per cent of all cancers


CT (computed tomography) scans are the cause of up to 2 per cent of all cancers.  The effect could be far worse among children, who are more sensitive to irradiation.

The scans, which seem to especially cause cancers of the lungs and colon, produce a radiation dose similar to that of the atom bombs that were dropped over Hiroshima and Nagasaki in 1945.

Each scan produces a radiation dose of around 15 mSv in an adult, and 30 mSv in a newborn child, and as standard treatment is for two to three scans, the overall dose reaches 45 mSv.  Survivors of Nagasaki and Hiroshima were exposed to doses slightly below 50 mSv.

Around 11 per cent of all CT scans are carried out on children to determine if they have appendicitis, and researchers fear that, even if they do not develop cancer immediately, they are still at greater risk as adults as their radiation load continues to increase.

In the US alone, 62 million scans are performed every year, mainly to check on seizures, chronic headaches and trauma, an extraordinary increase since 1980 when just 3 million scans were performed.

Researchers from Columbia University Medical Center in New York base their cancer estimates on radiation exposure from survivors of the atomic bomb blasts, and from a major study into the health of 400,000 workers in the nuclear industry.
They also reckon that up to a third of all CT scans are unnecessary or could be replaced by safer technology such as ultrasound.

If that’s so, it means that 20 million adults and 1 million children are unnecessarily irradiated every year in the US – and also being exposed to the risk of cancer.

(Source: New England Journal of Medicine, 2007; 357: 2277-84).

Radiaciones y gestion del riesgo


Hace unos dias leia en la prolifica lista MEDFAM un dato (que he usado en la presentación de la sesión sobre gestión del riesgo y que suscitó bastante controversia) sobre la cantidad de radiación recibida tras la realización de 5 TAC abdominales. Esa radiación es equivalente a la radiación media recibida tras la explosión de Hiroshima. Una radiación potencialmente peligrosa especialmente en personas jóvenes. Dejo en la parte inferior un articulo del BMJ donde se hace esta afirmación.
¿Cuantas personas hemos visto preocupadas por su salud y que realizan TACs a troche y moche en consultas privadas (y públicas) buscándose el cáncer que acabará con ellos? Tendríamos que comenzar a dar información sobre que quizás lo que les lleve a la tumba, si siguen por ese camino, es la propia técnica diagnóstica. A veces el peligro proviene de nuestro lado de la mesa.

La gestión de riesgo es un tema del que oiremos hablar cada vez más en nuestro entorno. La magnitud de las cifras nos impondrá un cambio de cultura, en este aspecto de la calidad.

Hoy he recibido un correo de Ernesto Barrera, (moderador de la lista antes mencionada) con un enlace a una pagina del Ministerio de Sanidad de un curso sobre “Seguridad del paciente y prevención de efectos adversos relacionados con la asistencia sanitaria”.
Lo he leído sin detenerme mucho, pero me parece muy bueno y sobre todo hay mucha información para profundizar en el tema (están activos muchos enlaces a bibliografía).

Documento en PDF

Fuente: tomado de Sinestesia Digital 

Los pacientes no usan dosimetro


La inocuidad de muchos métodos diagnósticos suele ser obviada en la literatura médica, a la vez que realzada sus virtudes poco o nada es lo que solemos leer sobre los efectos adversos que oscilan entre los falsos positivos, los falsos negativos, y aún las propias condiciones inherentes al paciente (o aún personas sanas), quienes se encuentren inermes e ignorantes ante los potenciales efectos deletereos que muchos de ellos producen. Este articulo resulta interesante por ser la propia Sociedad de Radiologia Argentina quien advierte sobre los mismos. Mientras todas las guias preventivas del mundo reportan la inutilidad de muchos de estos métodos para el diagnóstico oportuno del cáncer, como en es el caso de la radiografia de tórax, la mamografia, de la cual se está escribiendo mucho. Mayor complejidad tecnologica no implica necesariamente mayor salud, aunque si mayores gastos que recaen invariablemente sobre las mismas comunidades que la demandan, y los médicos solemos responder a estas demandas obviando incluso la propia historia de Marie Curie quien murió de leucemia a consecuencia de las radiaciones recibidas en sus estudios para descubrir nuevos metodos diagnosticos, mostrando quizás por primera vez que no existen átomos de la paz, y que sólo el atomismo reduccionista y positivista puede defender hoy en otras áreas de la ciencia.

Luego de leer esta nota, y ver la cantidad de estudios con que muchos de nuestros pacientes llegan a la consulta, uno se pregunta porque los pacientes no usan dosimetros, quizás porque el marketing de la enfermedad sigue siendo negocio, y porque todavia hay quienes afirman que una persona sana es ” un paciente insuficientemente estudiado” o alegaran que la culpa es la medicina defensiva. Mercantilismo médico al fin.

 

Preocupa en el mundo la exposición a radiografías y tomografías innecesarias

A pesar de que la radiación que emiten los exámenes radiológicos eleva el riesgo de desarrollar cáncer, en los últimos años se multiplicó la cantidad de estudios solicitados. Lo grave, aseguran los especialistas, es que muchas veces son injustificados. Un flamante estudio determinó que entre 1989 y 2006 creció en los Estados Unidos casi un 600% la dosis per cápita de radiación derivada del diagnóstico por imagen. Si bien aquí no hay estadísticas, los expertos señalan que la tendencia es similar. Por eso, en septiembre, la Sociedad Argentina de Radiología emitirá una guía con recomendaciones. Continue reading Los pacientes no usan dosimetro

Chernóbil: contaminación radiactiva durante más de 300.000 años


 

Con motivo de la celebración recientemente del 21 aniversario de la mayor catástrofe nuclear de la historia, ecólogos rusos ha señalado que la contaminación radiactiva en los territorios cercanos a la planta nuclear de Chernóbil, en Ucrania, durará más de 300.000 años.

Al menos cinco millones de personas viven en la actualidad en las zonas contaminadas por la explosión del 26 de abril de 1986 en los territorios de Ucrania, Rusia y Bielorrusia, señaló Alexéi Yáblokov, dirigente del partido ecologista ruso Los Verdes.

Yáblokov ha asegurado que los territorios en un radio de cincuenta kilómetros en torno a Chernóbil no podrán ser habitados nunca. Aunque parece que el nivel de radiación en el suelo es menor, en realidad es cada vez mayor el número de personas contaminadas. Yáblokov explicó que la gente se contamina porque consume alimentos contaminados con radiación que se encuentra en el subsuelo, productos que también llegan a otras regiones. En las zonas contaminadas la mortandad es hasta el 4% mayor que en otras regiones y en los próximos quince años supondrá la muerte de al menos 300.000 personas.

Chernóbil está administrada actualmente por una entidad estatal encargada de su seguridad y de ejecutar un programa para el desmontaje de los reactores y reciclaje del combustible nuclear de tres de sus cuatro reactores. La explosión en el cuarto reactor esparció al medio ambiente al menos 200 toneladas de material nuclear.

Durante estos años el planeta ha estado a salvo de este foco contaminante gracias a la construcción de un especie de sarcófago: una enorme coraza de acero y hormigón para cubrir el cuarto reactor destruido y centenares de toneladas de escombros altamente contaminados de radiación. A este respecto, el presidente ucraniano Víctor Yúschenko ha anunciado recientemente que en el curso de este año comenzarán los trabajos para construir un segundo sarcófago sobre el antiguo, que tras 20 años está muy deteriorado y presenta numerosas grietas y fugas.

Vía | Consumer
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