Economia de la Salud: Algunas formas de analizar los nuevos tratamientos de la hepatitis C


Fuente: http://www.aes.es/boletines/ (Abril 2015).

Dadas las controversias que está desatando la financiación de nuevos medicamentos para el tratamiento de la hepatitis C, el intenso eco producido por los medios de comunicación y las consecuencias que todo ello puede tener a corto y medio plazo en el Sistema Nacional de Salud, en este número del Boletín Economía y Salud hemos querido recabar la opinión de varios profesionales conocedores del tema desde los diferentes ángulos de sus áreas de trabajo. Y lo hemos hecho con el objetivo habitual: poner sobre el tapete información valiosa, útil y fundamentada e intentar espolear un debate razonado, sosegado y, a la postre, enriquecedor. Vaya por delante nuestro más sentido agradecimiento a todos ellos.

El marco sobre el cual hemos pedido la opinión a los colaboradores de este artículo es, de forma resumida, el siguiente.

Como se señala en diversas publicaciones, incluidos los Informes de Posicionamiento Terapéutico, las pruebas científicas de eficacia, seguridad y calidad procedentes de los estudios realizados con los medicamentos recientemente aprobados y considerados en conjunto (como simeprevir, sofosbuvir, ritonavir, paritaprevir, ombitasvir), si bien son bastante positivas, no alcanzan aún un nivel de evidencia que permita extraer conclusiones definitivas: no todos los estudios son ensayos clínicos aleatorizados y doble ciego; los hay incluso sin grupo control. El tiempo de seguimiento es limitado. No todos los subgrupos de pacientes incluidos en ellos, teniendo en cuenta la historia natural de la enfermedad, están representados y el tamaño muestral de los subgrupos incluidos es reducido. Tampoco se han empleado todos los comparadores idóneos a juzgar por las combinaciones de medicamentos aprobadas, y el objeto de evaluación son combinaciones de medicamentos, con lo que esto significa.

Aunque la carga viral sostenida parece ser una buena variable sustitutiva, algunos indican que debe cerrarse la brecha de conocimiento entre su uso y el efecto real que cada uno de los medicamentos pueda tener a medio y largo plazo en la modificación de la historia natural de la enfermedad.

Se sabe que solo una fracción baja de pacientes infectados por el virus C -aunque muy influida por ciertas conductas de riesgo y la coinfección por el VIH- desarrollarán cirrosis y hepatocarcinoma, lo cual puede justificar tratar solamente a pacientes en etapas avanzadas de la enfermedad, máxime habida cuenta de la confluencia de un alto número de infectados en estadios tempranos y el elevadísimo alto coste de los medicamentos.

El que estemos esperando a la confirmación de la eficacia y seguridad a medio y largo plazo de estos nuevos medicamentos no significa que carezcan de ellas. El tiempo lo dirá, si y solo si se instala y despliega un sistema de farmacovigilancia postcomercialización robusto durante años. El trueque entre autorizar prematuramente medicamentos con margen de incertidumbre sobre su eficacia y seguridad y no hacerlo a la espera de pruebas suficientes es harto complejo y tiene consecuencias en sus dos alternativas. En casos como este, tal vez haya llegado ya la hora de sustituir un sistema de aprobación estático y binario (se aprueba o no se aprueba) por la aprobación adaptativa, un sistema de aprobación dinámico cuyas decisiones cambian en función de la información que se vaya recabando tras su autorización preliminar y condicionada a la obtención de información rigurosa bajo un sistema de farmacovigilancia y de efectividad comparada sin resquicios. ¿Se puede garantizar hoy que dispondremos de sistemas cercanos a éstos?

Los mecanismos que se están empleando para la fijación de su precio son imprevisibles. No conocemos las razones de coste-efectividad incremental -ni la incertidumbre asociada a ellas- de cada medicamento en cada indicación, con cada combinación y con sus respectivas alternativas terapéuticas. El desconcierto dinámico con los precios (imprevisibilidad, los cambios que induce en ellos la aparición de nuevos medicamentos, el carácter casi efímero que pueden tener como consecuencia las estimaciones de coste-efectividad) complica aún más estas estimaciones. Sí se ha estimado, por el contrario, su alto impacto presupuestario con las indicaciones aprobadas, de la forma aproximada que ha permitido el conocimiento menos incompleto de los pacientes en estadios más avanzados de la enfermedad que el de los infectados recientes y en etapas iniciales de su evolución natural. En este caso, el peso del binomio coste-efectividad/impacto presupuestario parece situarse, y a diferencia de otros medicamentos, en su alto impacto presupuestario. Si estuviesen basados en valor, ¿estarían justificados los precios con que salen al mercado? ¿Qué desplazan? ¿Cuál es su coste de oportunidad?

Si se tienen en cuenta, por un lado, las nuevas autorizaciones de otros grupos de medicamentos, como los del cáncer o los huérfanos, a menudo con poca información sobre eficacia y seguridad, su altísimo coste y su valor terapéutico añadido bajo, insignificante en algunos casos, y, por otro, las formas como se está decidiendo financiar los medicamentos en España a medida que se autorizan y al ritmo al que se autorizan, ¿cuál es el riesgo de crear silos con ellos? ¿Se puede estar estimulando una competitividad malsana entre asociaciones de pacientes con diferentes enfermedades?, o, peor aún, ¿hay riesgo de priorizar más sobre la base de los mensajes de los medios de comunicación que en resultados?

¿Hay conjuntos de opciones regulatorias más eficientes, solventes y sostenibles aplicables en el Sistema Nacional de Salud, que, como el conjunto conformado por el diálogo tripartito, la aprobación adaptativa, los contratos de riesgo compartido, las aproximaciones a los precios basados en valor, utilizan otros países? ¿Y si la vida sigue igual? ¿Se está ofreciendo información completa, rigurosa y contrastada a la sociedad sobre estos nuevos medicamentos?

Pasen, lean y, si lo desean, opinen, utilizando el formulario que aparece al final de cada contribución. Las respuestas a tantas preguntas no son inequívocas ni claras ni permanentes, pero sí ayudan a plantear más claramente los modos de abordarlas.

Carlos Campillo Artero
Editor


Novedades en la hepatitis C. Cada vez más cerca de la erradicación de la enfermedad

Miquel Bruguera
Hospital Clínic, Barcelona
Email: BRUGUERA@clinic.ub.es

La hepatitis C es la primera causa de enfermedad hepática grave, cirrosis y trasplante hepático en nuestro país y en los de nuestro entorno geográfico. La preocupación por la hepatitis C es relativamente reciente por diversas razones. El virus no se descubrió hasta finales de 1989, la mayoría de infecciones agudas pasan desapercibidas y al paciente se le diagnostica en una fase muy avanzada de la enfermedad, quizás 30 años tras el contagio o de manera fortuita en fase asintomática. No nos dimos cuenta de la gravedad potencial de la enfermedad hasta los años sesenta del siglo pasado, cuando había transcurrido mucho tiempo desde que la infección se diseminó como consecuencia de maniobras médicas, como las transfusiones o el uso de materiales de inyección no desechables, y a causa de la epidemia de drogadicción intravenosa de los ochenta en nuestro país, lo que produjo que la cifra de enfermos con cáncer de hígado y con cirrosis descompensada que necesitaban trasplante de hígado fuese aumentando progresivamente. Con medidas de higiene hemos reducido la incidencia de la enfermedad, aunque nunca habíamos tenido tantos enfermos graves a consecuencia de la infección.

Actualmente sabemos que la enfermedad causada por el virus de la hepatitis C progresa siempre, más lentamente si la infección se ha adquirido en la juventud, en las mujeres y en los abstemios, o con mayor rapidez a cirrosis en los que consumen alcohol y en los coinfectados por el VIH.

Hasta hace un par de años, el tratamiento que hemos administrado, basado en interferón, había conseguido curar la infección en no más del 50% de los casos tratados y causaba efectos adversos muy notables. En los dos últimos años, varias compañías farmacéuticas han puesto en el mercado moléculas sintéticas con una acción antivírica directa, muy bien toleradas y con las cuales el tratamiento es más corto. Con estos fármacos se consigue la curación de la enfermedad crónica, lo cual permite en la mayoría de los casos, si los pacientes se tratan antes de que desarrollen cirrosis, una regresión de las lesiones, y la recuperación de la integridad del hígado en casi un 100% de los no cirróticos y entre un 80 y un 90% de los que tienen cirrosis sin necesitar interferón.

El único inconveniente grave de estos medicamentos es su precio, un hecho que ha determinado que la autorización de su uso en la práctica clínica se haya retrasado demasiados meses en relación con su autorización técnica, una situación que ha cambiado hace apenas un mes por la presión mediática y de las asociaciones de pacientes. El precio de un tratamiento es realmente elevado, pero se contrapone con los beneficios para el enfermo y el sistema, que se ve aligerado de una carga asistencial muy pesada y costosa cuando la enfermedad alcanza su etapa final y por la mayor actividad económica que realizan los que dejan de estar enfermos.

La incapacidad de sintetizar una vacuna que evite la infección nos ha dejado como único método de lucha contra el virus de la hepatitis C su eliminación con medicación específica en los que ya están infectados. Se deberá conseguir que las compañías farmacéuticas involucradas no aspiren a obtener ganancias abusivas y contribuyan generosamente a ampliar la capacidad de luchar contra el virus de los que carecen de recursos para adquirir los medicamentos si queremos erradicar la infección.


Los nuevos medicamentos para el tratamiento de la hepatitis C

Mercedes Martínez Vallejo
Consejera Técnica
Subdirección General de Calidad de Medicamentos y Productos Sanitarios Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad
Email: mmartinezva@msssi.es

 

Mis primeros recuerdos sobre los nuevos tratamientos para la hepatitis C datan del año 2010 y la impresión que tengo es más tendenciosa que basada en la economía de la salud y en la evidencia científica, en lo que se refiere al acceso al mercado de estos nuevos fármacos.

Si bien los resultados eran relevantes en términos de respuesta viral sostenida, por encima del 60% y cercano al 100%, según el principio activo, no se disponía de datos maduros sobre variables de resultado final relacionadas con supervivencia o mortalidad, ni con evitación de eventos. Otro hecho paradójico era la duración limitada del tratamiento: tres, seis o doce meses, lo que ampliaba el nivel de incertidumbre sobre el resultado final.

Por otro lado, el coste aspirado resultaba desmesurado y el impacto que podría provocar teniendo en cuenta la epidemiología de la enfermedad, inasumible o asfixiante para un sistema sanitario público.

Tampoco lo recuerdo como una innovación disruptiva, como se quiere hacer creer ahora, ya que desde el punto de vista químico, la molécula es un inhibidor de proteasa viral, mecanismo de actuación ya descubierto hace muchos años, eso sí, para otro virus distinto, aunque con ciertas similitudes, el virus de la inmunodeficiencia humana.

Lo que sí me impresionó fue advertir “el prestigio de la hiperespecialización” en medicina, y conocer la fluctuación de las más de quinientas empresas biotecnológicas en el mundo, en el mercado de valores NASDAQ.

Para mí estos recuerdos son la antesala de las vivencias actuales con los nuevos tratamientos para la hepatitis C. Me preocupa el hecho de que alguien pueda llegar a confundir el valor social de un medicamento con la esgrima de un colectivo afectado puesto por pantalla.

Disponemos ya de nueve fármacos aprobados para precio y financiación en nuestro Sistema Nacional de Salud. Cuanto menos, el escenario será propicio a medio y largo plazo para los ejercicios económicos en relación con variaciones de precios, mecanismos de compensación, estrategias coste-efectividad y para la evaluación de resultados. Cuanto más, el beneficio que obtengan con los nuevos tratamientos los pacientes afectados, que ojalá se maximice, pues se trata del principal objetivo. La carga socio-sanitaria de la enfermedad transmisible es elevada, no sólo desde el punto de vista individual, sino también colectivo, por las externalidades negativas que genera.


Francesc Cots
Parc de Salut Mar, Barcelona
Email: fcots@parcdesalutmar.cat

 

Asumo que estamos ante una más de las muchas revoluciones que han provocado cambios en la distribución de la enfermedad que debe ser atendida en un hospital. Al igual que el SIDA en su momento, e incluso los ingresos por úlcera gástrica relacionada con Helicobacter Pylori, ha reducido el número de contactos hospitalarios gracias a tratamientos farmacológicos combinados que han modificado la historia natural de la enfermedad, la medicación para hepatitis C cambiará drásticamente el número de pacientes atendidos en los próximos años.

En este caso el juego se dirime en la contraposición del coste del nuevo tratamiento frente a su efectividad medida como el coste ahorrado en el tratamiento de la evolución de la enfermedad, en forma de cirrosis, hepatocarcinoma y trasplante hepático; y todo ello con una calidad de vida mucho mejor. Pero ¿lo tenemos todo en cuenta? Cuando se trata de una revolución terapéutica como la que se avecina, debemos tener en cuenta también el volumen de oferta estructural que debe ser reformulada en un tiempo muy corto. Y con ello me refiero a que un colectivo profesional importante verá claramente reducida su cartera de servicios: se reducirán los trasplantes de forma notoria, la evolución a cirrosis también se reducirá, el volumen de actividad para ajustar y seguir el tratamiento actual de Interferón combinado no tendrá tampoco nada que ver con la situación futura. Estamos ante una caída importante de la actividad ambulatoria de los hepatólogos (visitas, pruebas y hospitales de día) y también de los ingresos para la mayor parte de la cartera actual de servicios de la subespecialidad de hepatología.

La pregunta es: si no se reduce la oferta instalada a la misma velocidad que se reduce la demanda gracias a los nuevos tratamientos farmacológicos, ¿podemos restar en el ACE el coste de los tratamientos evitados? Y ello nos lleva a la segunda pregunta: ¿alguien se atreve a pensar que la contratación y organización profesional de una subespecialidad como la hepatología se comportará como un coste variable cuyo coste medio se mantiene cuando se reduce la actividad? Si algo tenemos claro en nuestro sistema hospitalario es que el personal y, aún más, una organización profesional, es un coste fijo y, por lo tanto, con un coste medio creciente como respuesta a una reducción de la actividad.

En nuestro país, la propia especialidad ha censado unos 600 especialistas y aproxima en 75.000 las altas anuales de su especialidad. Según la AEEH (AEEH, 2015), la causa de enfermedad basal fundamental para el ingreso hospitalario por causa hepática es el virus de la hepatitis C (VHC), con o sin coma hepático, y la cirrosis hepática alcohólica. Los GRD 202 y 205 por causa alcohólica generan no más del 24% de los ingresos actuales. Por lo tanto, entendiendo el posible crecimiento de causas de enfermedad hepática por causas distintas al VHC y una parte de no respondedores a los nuevos tratamientos, la situación que entiendo puede producirse supone la reducción del 50% de los ingresos hospitalarios totales. Y todo ello con un impacto directo en el umbral temporal que nos afecta. En este caso, y una vez analizada la alta complejidad de los GRD de estos pacientes, llegamos a una estimación de una estructura instalada similar a la de un hospital de 500 camas de alta complejidad. Su coste estaría en un rango que va de los 150 a los 200 millones de € si se concentrara toda esta actividad en un único centro y teniendo en cuenta los costes asociados a este mix de patologías que podemos encontrar en www.rechosp.org (RECHOSP, 2015). Que la enfermedad disminuya en los términos esperados (hablamos de una nueva revolución terapéutica con impacto súbito en los próximos meses), supone que este coste fijo aflorará inmediatamente como un desequilibrio que debe ser tenido en cuenta por cualquier estudio de impacto presupuestario que se quiera realizar con la intención de ayudar a la viabilidad del sistema sanitario. El problema es que no conozco muchos (o ninguno) que se hayan realizado con esta finalidad.

A corto plazo, el desequilibrio está servido. También es cierto que a medio plazo existe alguna baza que da una salida natural a la situación. La extensión de los cribados de CCR, la obesidad con su afectación hepática y las tasas de alcoholismo, mantendrán el otro 50% de la actividad de la subespecialidad.

En conclusión, debe tenerse en cuenta que el ahorro que se prevea debe contar con el contrapunto de la rigidez de la estructura laboral y de especialidades médicas en nuestro país. Y que si se empieza ya la re-especialización de parte de los hepatólogos de nuestros hospitales en profesionales más generalistas de la especialidad, a la larga, se podrá encontrar un punto de equilibrio.

AEEH (2015). Libro blanco de la hepatología en España. Madrid, Asociación española para el estudio del hígado.

RECHOSP (2015) (página web). Red española de costes hospitalarios (https://www.rechosp.org/rech/cms/es/jsf/index.jsp)


Pere Ventayol
Jefe de sección
Miembro del Grupo coordinador en posicionamiento terapéutico
Servicio de Farmacia, Hospital Universitari Son Espases, Palma de Mallorca
Email: pventayol@gmail.com

 

Dos momentos son fundamentales en la “vida” del medicamento: aquel en que se decide su precio y aquel en que se establece cuál es su lugar en la terapéutica. Si tenemos en cuenta el caso específico del tratamiento de la hepatitis C, ello adquiere una dimensión que requiere una profunda reflexión.

La difícil situación que ha originado la crisis en el contexto de la economía global ha obligado a los gobiernos de la mayoría de países con sanidades públicas a desarrollar, reforzar e implantar medidas encaminadas a maximizar la eficiencia de las tecnologías sanitarias financiadas por estos mismos. El desarrollo por parte del gobierno español del RDL 16/2012 de 20 de abril recogía tanto la financiación selectiva, como el hecho de basar esta decisión en la evaluación económica (relación coste-efectividad e impacto presupuestario) a través de la Comisión interministerial de precios de los Medicamentos (CIPM), dependiente de la Dirección General de Cartera Básica de Servicios y Farmacia (DGCBSF).

Sin embargo, casi 3 años más tarde, la verdad que aflora es que sigue sin conocerse ni explícita ni implícitamente cuál es el método empleado para la fijación de precios a nivel nacional.

Este tema, no exento de controversia, parece ser que al menos de forma teórica se basa en la aportación de la empresa fabricante al Producto Interior Bruto, el informe de posicionamiento terapéutico (IPT) establecido por el Grupo Coordinador de Posicionamiento Terapéutico (GCPT) y, finalmente, el dosier de valor, entendiéndose por este último el informe farmacoeconómico liberado por el laboratorio licitante para justificar el precio (financiado por el sistema público) pretendido para el medicamento.

Sin embargo, la falta de participación activa, bien por parte del Ministerio de Sanidad a través de la DGCB o el CIPM en el establecimiento de criterios explícitos, por ejemplo, basados en los años de vida ajustados por calidad (AVAC), o bien en una categorización de la aportación de los medicamentos en base a su valor añadido, o ambos, brilla por su ausencia. De igual forma, parece no existir una relación directa entre los IPT liberados (a cuentagotas) por parte del GCPT y la asignación de precios, puesto que estos últimos son liberados independientemente de la existencia de un IPT consensuado por todas las CCAA y, por tanto, definitivo en su fase técnica de valoración de criterios básicos como eficacia, seguridad y, en menor grado, conveniencia.

Así pues, parece que, en ausencia de criterios o de una estructura a nivel micro, meso o macro capaz de valorar o criticar el precio solicitado en función de los datos aportados, el único requisito que marca o fija la determinación de un precio por parte del Ministerio de Sanidad obedece principalmente a la capacidad que tenga el mercado de soportar ese precio y a mantener la determinación de asignar el precio por la técnica de escandallo, en función de los precios asignados en otros países vecinos europeos, como ha venido haciéndose hasta el momento.

En el caso de la hepatitis C, la tormenta perfecta se ha alcanzado en vísperas de un mandato político que parece llegar a su fin, no exento de críticas debidas a los recortes en los pilares básicos sobre los que se fundamenta el estado de bienestar, una presión iniciada por parte de pacientes afectados, mediáticamente sostenida y reforzada y, finalmente, la existencia de un verdadero “rally” de agentes antivirales de acción directa y sus combinaciones libres de interferón, a un coste global que pone en jaque la financiación de los actuales sistemas de salud debido a su alto impacto presupuestario. La existencia de un plan estratégico sobre el tratamiento de la hepatitis C orientado a conocer la magnitud de la infección, establecer una estrategia de tratamiento, articular la organización y el seguimiento y finalmente la investigación y el desarrollo, en el cual no se hace mención alguna sobre las posibilidades de financiación de la misma, y para cuyo fin paralelamente se ha articulado una línea de crédito de 720 millones de euros a 10 años con objetivo finalista, aunque sea sin penalizar en intereses o en el ya abultado déficit de las Comunidades Autónomas, agota la capacidad de asombro, y hace que pongamos en marcha nuestras reservas de estupefacción.


Hepatitis C: new mechanisms required to pay for “cures”?

Jorge Mestre-Ferrandiz
Director of Consulting
Email: jmestre-ferrandiz@ohe.org

Sarah Karlsberg Schaffer
Economist
Office of Health Economics, London
Email: sschaffer@ohe.org

The advent of treatments coming closer to “curing” hepatitis C has opened up an important debate on the “economics of cures”. New drugs that represent effective cures for or significant improvements in the treatment of certain (chronic or infectious) illnesses can provide a life time of health gain for patients. However, high value leads to high demand, which poses budget challenges to payers even if treatments are cost-effective or cost-saving in the long term. In other words, an (un)affordability issue arises because the costs are borne immediately by payers and, through co-payments, by patients, whereas the benefits for those patients, and for society generally, accrue over a lifetime.

In the US private insurance market, the problem is exacerbated by the fact that many people switch insurance providers throughout their lifetimes. As a result, the insurer that pays the price for a cure may be different to the insurer that reaps the long-term benefits of lower health care costs later on, further distorting incentives to provide coverage for cures.

Understanding the concerns of health care payers is crucial to moving forward with developing policy solutions so that the patient and societal benefits of curative therapies can be realised. The question is not whether to pay, but how to pay (Philipson and von Eschenbach, 2014). If breakthrough treatments for Alzheimer’s disease or diabetes, for example, become available, payers worldwide are likely to be faced with similar affordability issues to those associated with the launch of recent hepatitis C treatments. Another notable therapeutic area is gene therapy, where advancements have the potential to significantly improve outcomes for individuals affected by inherited disorders, such as haemophilia and cystic fibrosis.

It is therefore timely and important to explore potential payment mechanisms to address the budget impact issue and possible ways for payers to internalise long-term savings. It is key that payers/health care systems send the right signals to companies investing in research and development. For years, payers have voiced disappointment at incremental innovation, arguing that they want breakthroughs. However, much of the reception for breakthroughs in hepatitis C treatments has been negative.

Various potential solutions to fund curative therapies have been proposed:

  • “Annuities”: payment in instalments, possibly continuing beyond the treatment period and related to outcomes achieved, rather than paying the full price up-front (Gottlieb and Carino, 2014).
  • Credit market solutions: akin to mortgages and student loans, where the government (or another third party) issues loans to payers (Philipson and von Eschenbach, 2014).
  • Health currency: “HealthCoins”, whose value depreciates over time, could be traded among insurers as patients switch between them. The aim is to compensate one payer for covering the cost of a cure that benefits another through the improvement of the patient’s health (specific to US) (Basu, 2015).

In choosing between these three (or other) options, we need to:

  • ensure there are appropriate long-term R&D incentives,
  • balance the short-term payer affordability issue,
  • without excessive bureaucracy.

We (and others) are working on exploring the options.

Basu A (2015). Financing cures in the United States. Expert Rev Pharmacoecon Outcomes Res;15(1):1-4

Gottlieb S, Carino T (2014). Establishing new payment provisions for the high cost of curing disease. Washington DC, American Enterprise Institute Research(http://www.aei.org/publication/establishing-new-payment-provisions-for-the-high-cost-of-curing-disease/; accessed 31 March 2015).

Philipson T, von Eschenbach AC (2014). Medical breakthroughs and credit market. Forbes 07/09/14
(http://www.forbes.com/sites/tomasphilipson/2014/07/09/medical-breakthroughs-and-credit-markets/; accessed 29 March 2015)


Hepatitis C, negociaciones de precios y otras inflamaciones

Beatriz González López-Valcárcel
Universidad de Las Palmas de Gran Canaria
Email: beatriz.lopezvalcarcel@ulpgc.es

Ricard Meneu
Fundación Instituto de Investigación en Servicios de Salud
Email: ricard.meneu@gmail.com

La aparición para tratar la hepatitis C de Sovaldi, considerada una innovación disruptiva de alta eficacia y limitados efectos adversos, ha desencadenado una llamativa atención mediática y social hacia una enfermedad de la que hasta entonces ni había registro de pacientes, ni propuestas de cribados poblacionales. En plena inflamación social, conviene contemplar el caso con las lentes de la economía de la salud.

Sovaldi ha llegado el primero en una apretada carrera con al menos otros cuatro medicamentos con eficacia y toxicidad similares pisándole los talones (Kolchinski, 2015). Esta mera amenaza debería ser un arma potentísima en la negociación de precios y financiación, dado el interés por hacer caja antes de ser destronado. Asistimos a un virulento juego de estrategia entre las compañías oligopolistas y los compradores de los servicios nacionales de salud, con un poder monopsónico grande pero frágil. El negociador público podría amenazar con esperar un poco hasta nuevas comercializaciones, negociar precios secretos -para evitar el contagio de un precio bajo- y revisables. Por su parte, las farmacéuticas azuzarían a los pacientes y la sensibilidad social. Pero la opinión pública no culpará del mismo modo a las empresas por sus precios abusivos que al gobierno por “desamparar” pacientes.

Alguna obviedad clara sobre el ratio de coste-efectividad incremental (ICER), también de esos antivirales, es que depende del precio que se pague por ellos, así como que depende, y mucho, del estadio de la enfermedad. Cuando está debutando, sin deterioro hepático (F0) y pueden pasar una o dos décadas hasta que la fibrosis hepática empeore significativamente, la opción más coste-efectiva posiblemente sea esperar. Porque las alternativas del análisis coste-efectividad no son tratamiento “viejo” vs “nuevo” ahora, sino tratamiento nuevo ahora o dentro de unos años, cuando el precio haya caído y la efectividad haya aumentado.

Porque aun peor que pagar precios disparatados por AVAC ganado pueden ser las consecuencias de la decisión de “asilar” la hepatitis C, creando un fondo de financiación específico finalista, pues la opción del silo es extremadamente peligrosa. Al erigir a la hepatitis C por encima del resto de problemas de salud y reservar partidas específicas del presupuesto público para transferir a determinados fabricantes, se está creando un pésimo precedente, como demuestra la velocidad con que vendedores de tecnología médica y otros grupos de interés ya han empezado a demandar silo propio.

Ahora que el Reino Unido empieza a reconsiderar sus silos para el cáncer (Cooper, 2015), en España se soslaya la evaluación económica de las nuevas tecnologías sanitarias. Además, a diferencia del cáncer (regla de rescate, en los tratamientos oncológicos hay que actuar contrarreloj), en la hepatitis C el juego es a favor del reloj; según el plan estratégico, en torno al 20% de los que entran en contacto con el virus se curan espontáneamente, y en España podría haber medio millón de personas con anticuerpos. Una mina para las farmacéuticas, admirables por su capacidad para convertir una determinada enfermedad en la quintaesencia de los problemas de salud del país y merecedora de silo propio.

Los antivirales directos tienen un gran potencial de ganancia de salud y posiblemente sean coste-efectivos para determinadas indicaciones, pero necesitamos más que nunca buenos negociadores públicos y coordinación, para que las urgencias inducidas no lleven a medidas que empeoren la salud. Ni la nuestra ni la ya bastante delicada del sistema sanitario.

Cooper C (2015). Cancer drugs fund: life-extending drugs to be denied to NHS patients in England as fund overspends. The Independent 12/01-15(http://www.independent.co.uk/life-style/health-and-families/health-news/cancer-drugs-fund-lifeextending-drugs-to-be-denied-to-nhs-patients-in-england-as-fund-overspends-9973957.html)

Kolchinski P (2015). Hepatitis C Commercial Game Theory. Xconomy 01-01-15 (http://www.xconomy.com/national/2015/01/01/hepatitis-c-commercial-game-theory/)


Antoni Gilabert Perramon
Gerente de Farmacia y del Medicamento
Servei Català de la Salut
Email: tgilabert@catsalut.cat

El acceso a la innovación farmacológica y su sostenibilidad es uno de los retos que deben afrontar todos los sistemas públicos de salud. En este sentido, los nuevos medicamentos para el tratamiento de la hepatitis C son actualmente el paradigma de este reto. Para ello, cualquier abordaje que tienda al reduccionismo y a tirar de las fórmulas tradicionales difícilmente va a poder aportar soluciones. Instalarse únicamente en el deseo de tratar a los pacientes no es garantía de éxito. Se hace necesario adoptar los mecanismos pertinentes para que este acceso sea real y a la vez posible. Es decir, el reto es el “cómo” más que el “qué”. Y la pregunta debería ser: ¿Cómo podemos mejorar los resultados en salud de los tratamientos de la hepatitis C de la forma más coste-efectiva?

En mi opinión, la fórmula para resolver la pregunta tiene tres pasos que deben darse en este orden: 1) definir claramente los criterios de uso de cada uno de los tratamientos para cada una de los genotipos y grados de fibrosis a partir de una evaluación basada en la eficacia y seguridad comparada que incluya el análisis coste-efectividad incremental, así como su impacto presupuestario, 2) establecer un sistema de registro y seguimiento de los tratamientos que permita monitorizar la efectividad en condiciones reales de uso, y 3) asegurar los recursos económicos para hacer frente a los tratamientos que cumplan los dos elementos anteriores introduciendo nuevas formas de financiación que huyan del coste unitario para centrarse en un pago por resultados que permita compartir el riesgo tanto financiero como de éxito terapéutico.

Insisto en el orden de los elementos, ya que éste es clave para poder garantizar el concepto de inversión de los recursos destinados, en lugar de contemplarlo como un gasto. “Los gastos se recortan, las inversiones se financian”. Por lo tanto, para invertir hay que asegurar, primero, los criterios de uso y, después, los resultados en salud de forma que podamos conocer la efectividad real de los tratamientos y poder rendir cuentas a partir de la relación coste-efectividad resultante en términos de retornos de inversión a todos los ciudadanos que con sus impuestos financian el sistema sanitario.

A partir de ahí, podremos abordar el siempre difícil tema de los recursos económicos, su origen y su distribución. En este sentido, personalmente soy partidario de un sistema de financiación de la sanidad basado en aportar los recursos en función del impacto presupuestario de las nuevas incorporaciones en la cartera de prestaciones según su relación coste-efectividad, más que de generar fondos finalistas para un determinado tratamiento o enfermedad. Dicho esto, el abordaje financiero debe ser multifactorial, combinando las estrategias de precio con los acuerdos de riesgo compartido, tanto financieros como basados en resultados clínicos. Pero, sobre todo, respetando las reglas de juego de un SNS donde quien paga son las CCAA y, por lo tanto, es a ellas a quien deben revertir las condiciones de financiación acordadas. De otro modo podríamos llegar a una situación paradójica en la cual “uno invita, otro paga y el que invita se queda el cambio”.


La precariedad de los instrumentos de incorporación de medicamentos y fijación de precios del SNS al desnudo

Salvador Peiró
Área de Investigación en Servicios de Salud
Centro Superior de Investigación en Salud Pública, Valencia
Email: peiro_bor@gva.es

 

Los nuevos tratamientos para la hepatitis C (HC) han hecho más cosas que “curar” pacientes e incrementar el gasto. Han puesto al desnudo la precariedad de los mecanismos de incorporación de nuevos medicamentos y el establecimiento de sus precios en el SNS. También, la extrema torpeza (e insensibilidad ante la enfermedad y el dolor) de sus dirigentes, que sólo han respondido a la combinación de presión mediática y cercanía electoral. Y con una solución parcial y a corto plazo.

Pero quizá, lo importante es dar pistas de por dónde seguir. Empezando por los comités de expertos. Imprescindibles. Y no sólo para la HC. Mejor convocarlos antes que después de generar una situación caótica. Planes. Por supuesto. Hace muchos años que deberíamos tenerlos (y para muchas cosas). Pero hay que recordar que un plan no es sólo un algoritmo de tratamiento. Incluye las estrategias de protección de riesgos, de prevención primaria, de cribado (¿selectivo? ¿a qué grupos? ¿cómo?). Y la producción del conocimiento científico para que esos planes estén basados en algo más que opiniones.

Modificar los mecanismos de estimación del valor de un medicamento y de fijación de su precio. Por supuesto. Pero esto no va de ahora. Ni de HC. Ni se ha solucionado con un crédito de 700 millones. Necesitamos organismos con alta capacidad científica, con reglas claras, razonables, trasparentes. Basadas en la efectividad marginal, la razón coste-efectividad y el impacto presupuestario. También aquí habrá que producir el conocimiento necesario para tomar estas decisiones. Decisiones que también requieren participación ciudadana y de los pacientes. Y, también, desarrollar mecanismos que mejoren la posición del comprador ante un oferente monopolista. Incorporar las incertidumbres existentes a estas negociaciones (riesgos compartidos). Cambiar cuando el conocimiento lo aconseje (aprobaciones adaptativas). Siempre, negociar mejor. También, entrar alguna vez en ese sistema de financiación autonómico que enfrenta a quienes aprueban nuevas incorporaciones y sus precios con quienes tienen que afrontar su coste (en un sistema exhausto tras años de “austeridad”), generando agendas ocultas que retrasan el acceso a tratamientos efectivos.

Y algo de responsabilidad. La forma en que socialmente hemos “solucionado” el problema de los nuevos tratamientos para la HC no es una solución. O sólo es una solución para los pacientes con HC (que sin duda importa) y para los querían salir del barrizal en que ellos solos se habían metido. Pero sólo sirve hasta el siguiente nuevo fármaco.
Los comentarios sobre la noticia:

toni (toni / 23/04/2015 19:14:37)
Con resultado de fibroscan de 15 kpa, f4, porque no se me da el tratamiento?

 

Ventanas abiertas (Eusebi Castaño / 21/04/2015 09:11:15)
Deliciosa lectura. Aire fresco para ventilar después de un invierno pesado. Sólo queda esperar que quienes se lo tendrían que leer se lo lean. Enhorabuena a editores y autores.

 

Momentos de oportunidad (Pep Fusté / 09/04/2015 16:34:40)
Enhorabuena por la iniciativa de tratar el tema en el Boletín y recopilar estas aportaciones que deberían ayudar a serenar la toma de decisiones (que no dilatar).
Pero la oportunidad del caso no debe marchitarse en el momento actual (cuantos tratamos, quien paga y quien corre/asume el riesgo sobre las incertidumbres), sino que debemos mantener suficiente motivación para la evaluación ex-post: con registros, con resultados, con costes, con impacto organizativo… para saber negociar mejor, dinamizar los procesos de toma de decisión y trasladar los riesgos futuros convenientemente en los momentos presentes.

La hepatitis C y la crisis en España por la falta de acceso público a nuevos medicamentos


Un poco confuso este video, dónde en principio se cuestionan varios aspectos de la fisiopatologia de la enfermedad, la prevalencia del problema, la efectividad de los medicamentos, los métodos diagnósticos, para luego reclamar por el coste de los mismos, y su acceso universal. Pero sin dudas pone de relieve, el problema al que se está enfrentando el mundo entero, ante éste virus descubierto en 1989, y gracias a la prensa.  (hay muchos más videos en youtube de la fatalidad de esta enfermedad), nos encontramos ante una pandemia, tan grave, o más que el propio SIDA.
Published on Jan 19, 2015

Pedro Riba – Luces en la Oscuridad

Manuel Martín, Doctor en Medicina, especializado en medicina familiar y comunitaria, máster en salud Pública y presidente de la Federación de Asociaciones p ara la Defensa de la Sanidad Pública. En España, unas 50.000 personas están diagnosticadas de hepatitis C, aunque se calcula que hay unas 800.000 personas infectadas por el virus. En este sentido, en el país existe una crisis social provocada por la aparición de un nuevo tratamiento contra el virus de la Hepatitis C, y que el Ministerio de Sanidad ha aprobado a un precio claramente excesivo y al que no pueden acceder miles de personas afectadas.

Situación del Ebola en España


ebola
Via: Gaceta Sanitaria

A la vista de la situación generada por la aparición de un caso de Ébola en España, Juan Gérvas ha decidido adelantar su colaboración habitual a fin de responder, desde un punto sanitario, científico e, incluso, político a las preguntas que están en la calle. 

1. ¿Es “nuevo” el virus del Ébola? No.

El virus del Ébola no es “nuevo”, sino “viejo” compañero del sufrimiento, el dolor y la muerte en África. Su nombre viene del río Ébola, en la República Democrática del Congo (antiguo Zaire) donde se identificó. El primer brote documentado ocurrió en 1976.

2. ¿Ha traspasado el virus del Ébola las “barreras entre especies”? Sí.

El virus del Ébola es huésped habitual en varios murciélagos de las selvas tropicales. Desde este “reservorio” el virus puede contagiar a monos y otros simios, antílopes, puercoespines y otros animales, y contagiar al ser humano a través de la manipulación de vísceras, sangre y restos de los animales enfermos. El contagio entre humanos se da por el contacto íntimo con sangre, heces, material de vómitos, orina, leche materna y otros fluidos, especialmente si hay lesiones de la propia piel. A través del semen se puede contagiar el virus del Ébola hasta dos meses después del inicio de la enfermedad. En general, el virus del Ébola es poco contagioso y no se ha encontrado íntegro en el sudor pero puede persistir unas horas en superficies contaminadas con fluidos. El virus del Ébola se elimina con limpieza meticulosa e higiene y antisepsia habitual. El contagio se evita con medidas apropiadas para tomar contacto seguro con los enfermos.

3. ¿Cuáles son los síntomas de la infección por el virus del Ébola? Los del “trancazo”.

El virus del Ébola produce un brusco “trancazo” típico, dolor de huesos y articulaciones, con decaimiento y con fiebre y dolor de garganta, que se sigue después de vómitos, diarrea, tos, erupciones cutáneas, hemorragias internas, afectación de hígado y riñones, deshidratación y muerte (en algunos casos). Los síntomas se producen entre 2 y 21 días después del contagio.

4. ¿Es alta la mortalidad por el virus del Ébola? Sí.

Desconocemos cómo se comportará el virus del Ébola en regiones no africanas ni tropicales.

La mortalidad depende del brote, de la persona y del virus. Contribuyen a la mortalidad en África las carencias sanitarias y nutricionales (a la pobreza y al hambre). La mortalidad va del 50 al 90%. Por ahora, no hay vacuna ni tratamiento específico para el virus del Ébola, sólo mantenimiento vital del paciente. Hay variedades del virus del Ébola en Filipinas y en China, que contagian a cerdos y monos y pasan a humanos sin daños. En todo caso, el virus del Ébola africano mata “poco” en conjunto, por su baja contagiosidad, y la mortalidad general en África sigue siendo básicamente por diarreas, desnutrición y otros problemas de carencias, por pobreza (y corrupción política y empresarial). Desconocemos cómo se comportará el virus del Ébola en regiones no africanas ni tropicales.

5. ¿Hay otros virus parecidos al Ébola? Sí.

En 1967 hubo un brote de fiebre vírica hemorrágica muy parecido a los posteriores brotes del Ébola. Fue a partir de unos monos infectados traídos a Europa (en Marburgo, Alemania). Posteriormente ha habido brotes de fiebre hemorrágica de Marburgo en varios países africanos (Sudáfrica, Kenia y otros, especialmente grave el de Angola).

6. ¿Sirve la ayuda al desarrollo de África para combatir el virus del Ébola? Sí.

Las ayudas de caridad son sólo paliativas. El virus del Ébola produce gran mortalidad, pero es poco contagioso y para su control se precisa de un sistema sanitario que funcione en el seno de una sociedad capaz de dar respuesta a las emergencias. Todo ello falta en África después de siglos de expolio por las “potencias occidentales”. Es hora de la justicia, no de la caridad.

7. El problema del Ébola ¿es mundial o local? Mundial.

La infecciones saltan entre especies y saltan entre países. Es “poner puertas al campo” el intentar “blindar un país”. Lo que afecta a África afecta a Europa, y al mundo. El virus del Ébola ha sido desde el principio un problema mundial, por el daño en África y por su expansión. En este mundo global, más que nunca, “nada no es ajeno”.

La decisión de traer a los enfermos fue política, sin fundamento sanitario alguno

8. ¿Cuál es la “causa de la causa” del Ébola en España? Una decisión política.

Es digno de elogio el sentimiento de solidaridad con quienes sufren, y de ahí la necesidad de justicia en África, no el traer a los españoles infectados de Ébola en África. La decisión de traer a los enfermos fue política, sin fundamento sanitario alguno (se podría, incluso, haber llevado a África el material y el personal necesario de forma que se ofreciese atención de calidad a españoles y naturales del país). Cabe preguntarse por el fundamento político de la decisión, incluso por el cálculo electoral y rentabilidad en votos, y precisamos explicaciones acerca de la “causa de la causa” (la decisión política).

9. En Madrid, ¿se desmanteló el hospital de infecciosos y la Dirección General de Salud Pública y se debilitó el sistema público de salud? Sí.

Las enfermedades infecciosas son “compañeras” del ser humano, y lo serán por siempre. De hecho, evolucionan y “se adaptan” a las vacunas, los antibióticos y la higiene. Es arrogante e ignorante desmantelar el único hospital de infecciosos de Madrid, y eliminar la Dirección General de Salud Pública (que se encarga de cuestiones que afectan a las poblaciones, como epidemias de enfermedades infecciosas). Atenta la ética y ciencia el debilitar el sistema público de salud, guiado por los intereses de empresas privadas. Estas decisiones son del gobierno de la Comunidad de Madrid, con Esperanza Aguirre e Ignacio González de presidentes. La “causa” del Ébola es el virus, la “causa de la causa” la decisión política de traerlo a Madrid, y la “causa intermedia”, el desmantelamiento de los servicios sanitarios públicos.

10. ¿La cultura de la seguridad impide los errores humanos? No.

Culpar a los profesionales que yerran es expresión de una pésima cultura de la seguridad

Hay toda una cultura de la seguridad en el sistema sanitario que promueve prácticas que evitan o minimizan los daños a pacientes y profesionales. Por ejemplo, para atender a los pacientes con Ébola se precisan hasta dos semanas de formación específica en lo que respecta al contagio y cómo evitarlo. Se requiere también tiempo, pues ponerse el traje de protección puede llevar diez minutos, y veinte el quitárselo. La cultura de la seguridad es de la organización, del conjunto, y es la única forma de evitar o minimizar errores. El error humano que lleva al contagio es el evento final de una cadena de sucesivos errores y de relajación de las normas. Culpar a los profesionales que yerran es expresión de una pésima cultura de la seguridad. En el caso del Ébola en Madrid hubo una verdadera “incultura” de seguridad cuyo última expresión son las declaraciones de la Ministra de Sanidad (Ana Mato) prometiendo seguridad a tontas y locas, sin fundamento científico ni análisis de la cadena de errores, y que termina en el Presidente del Gobierno (Mariano Rajoy) sin explicar la “causa de la causa” (la decisión política). Por comparar, ¿se puede uno imaginar lo que sería la reacción de Ana Mato y Mariano Rajoy si el Ébola hubiera llegado por un negro del Gabón que hubiera saltado la valla de Melilla? Conviene recordar que la Secretaria General del Ministerio de Sanidad, Pilar Fargas, adujo como una de las cinco razones para no temer el Ébola en España “Sin riesgo en la frontera con Ceuta y Melilla” (pensó en el norte de África sin darse cuenta de que su política ha hecho bueno el mal dicho de que “África empieza en los Pirineos”).

11. ¿Tiene España experiencia en crisis de salud pública? Sí.

En España hay una larga historia contemporánea de crisis de salud pública (aceite tóxico-de colza, pandemia de gripe A, “vacas locas”, asma por polvo de soja en Barcelona, el Prestige y la descontaminación de las playas, neumonías por legionela, salmonelosis por pollos precocinados, ola de calor del verano de 2003, etc). En España ha habido crisis bien y mal gestionadas. Entre las mal gestionadas, la de la pandemia de gripe A. Entre las bien gestionadas, la de samonelosis por pollos precocinados. En una crisis de salud pública hay 1/ alarma, por algún hecho, 2/ emergencia, pues exige tomar medidas extraordinarias de inmediato, 3/ percepción del riesgo de afectación colectiva y 4/ incertidumbre en el manejo del riesgo individual.

Lamentablemente, son erróneos los pasos iniciales en la crisis del Ébola, y puede tener enormes costes para España. No es sólo el daño a las personas enfermas y a sus familiares y amigos, sino la afectación de toda la sociedad, incluso de sectores vitales para España, como el turismo.

12. Ante el virus del Ébola ¿se puede y debe ser prudente y tener calma? Sí.

En la gestión de las crisis en España los errores y daños proceden especialmente de la escasa relevancia concedida a la salud pública

Es absurdo pensar que “toda fiebre es Ébola hasta que se demuestre lo contrario”. Lo más frecuente es que la fiebre se deba a infecciones respiratorias altas, habituales en el invierno, y que se previenen con higiene de manos y buenos alimentos (la vacuna de la gripe es inútil, los antibióticos en general también). Con sentido común, se puede hacer vida normal y afrontar los catarros y trancazos invernales como siempre. Sólo si hubiera duda razonable de contagio de Ébola por algún mecanismo lógico sería prudente el consultar con el médico de cabecera. Por otra parte, conviene evitar creer en bulos, noticias y rumores esotéricos que carecen de lógica y no se deben transmitir. Los hechos son simples y no hace falta dar pábulo a versiones sin sentido. Además, la percepción de la aceptabilidad y la gestión de los riesgos son construcciones sociales y por ello todos somos importantes (individuos, comunidades, sanitarios, especialistas en salud pública, periodistas y políticos), sin olvidar el papel de los grupos de interés (a veces de presión pues “a río revuelto, ganancia de pescadores”). En la gestión de las crisis en España los errores y daños proceden especialmente de la escasa relevancia concedida a la salud pública y de la excesiva dependencia de los aparatos políticos de los partidos (muy corruptos y fácilmente corrompibles).

13. ¿Hay que pedir responsabilidades por el Ébola en España? Sí.

Con tranquilidad, sin agitación, sin miedo ni pánico, con serenidad, hay que pedir responsabilidades. Hay que exigir el análisis de la cadena de errores que llevó al contagio y un informe sobre cómo evitar su repetición. Hay que pedir dimisiones, y en su caso llevar al juzgado a los responsables de los delitos. Conviene la constitución de un grupo de gestión de la crisis, con no-expertos, con profesionales sanitarios clínicos, de ética, de comunicación, de sociología y antropología, y con legos. Por otra parte, hay que exigir una regeneración política, pues conviene recordar que los problemas de España siguen siendo el desempleo, la pobreza, la corrupción con impunidad, el descrédito de las instituciones, la negación de atención a grupos e individuos, el deterioro del sistema educativo, la debilidad de la ayuda a familias y a la dependencia y otros que nos hacen débiles frente al virus del Ébola.

FUENTES PRINCIPALES

– Recursos de interés y noticias actualizadas sobre virus Ebola en web de información epidemiológica (Netvibes)
http://ow.ly/Cq4AU

-La colección de artículos del New England Journal of Medicine, de acceso gratuito
http://www.nejm.org/page/ebola-outbreak

-El material del Center for Disease Control, de acceso gratuito
http://www.cdc.gov/vhf/ebola/ http://www.cdc.gov/vhf/ebola/spanish/preguntas.html

-7 Agosto. Traer a Pajares, decisión “política” ¿Alguien puede garantizar al cien por cien que el virus no se va a escapar?.
http://buenoparalasalud.com/daniel-bernabeu-medico-radiologo-de-la-paz-y-presidente-de-la-asociacion-de-medicos-y-titulados-superiores-de-madrid/#sthash.NH8zpqtm.dpuf

-Ébola. El error cero no existe; ¿nos arriesgamos? tranquiliza Ana Mato ¿sentimos un subidón de confianza y seguridad?
http://repunomada.blogspot.com.es/2014/08/dilemas-en-torno-al-ebola-y-la.html

-Guía básica del Ébola. OMS, en español y sensata.
http://www.ideal.es/sociedad/salud/201408/04/guia-basica-ebola-20140804171302-rc.html

-De risa, si no fuera para llorar. 5 razones para no temer al Ébola en España. Pilar Farjas, Ministerio de Sanidad.
http://www.abc.es/sociedad/20140820/abci-espana-riesgo-ebola-201408192234.html

-La crisis del Ébola debe ser tratada como crisis mundial, no local. Asociación Médica Mundial.
http://www.wma.net/en/40news/20archives/2014/2014_23/index.html

-La Comunidad de Madrid eliminó la Dirección General de Salud Pública en 2008, sin explicaciones ni consideraciones, bajo Esperanza Aguirre y el PP.
http://www.madrimasd.org/blogs/salud_publica/2008/04/09/88689

-Ébola. La idolatría de los protocolos, la cultura de la seguridad y el error “humano”. No culpemos a las víctima.
http://vicentebaos.blogspot.com.es/

-Carta de un médico español experto en ébola desde Sierra Leona.
http://www.huffingtonpost.es/jota-echevarraa/carta-de-un-medico_b_5950690.html

Nos medicamos más, nos medicamos mal


Fuente: El Pais.

Estamos rodeados de medicamentos. La mitad de los botiquines de los hogares españoles contienen entre 10 y 20 fármacos y el gasto farmacéutico de este enero ha crecido un 6,19% respecto al de 2007, según datos del Ministerio de Sanidad y Consumo. El análisis de los ríos, donde va a parar el agua de los hogares, ofrece otra excelente radiografía: en ella se encuentran elevadas concentraciones de residuos de antibióticos, antiinflamatorios, antidepresivos y otros psicofármacos. El consumo de estos últimos se ha triplicado en España en la última década, según Sanidad.

La mitad de los botiquines caseros tiene entre 10 y 20 fármacos
Un 9% de los pacientes necesitaría medicación pero no va al médico
Las mujeres consumen el 75% de los somníferos y los tranquilizantes

Está claro que el entorno se ha medicalizado. ¿Se utilizan los medicamentos de forma racional y eficaz? Teniendo en cuenta que un 36% de los casos que se atienden en los servicios de urgencias de los hospitales españoles se deben a un mal uso de los medicamentos, la respuesta es que en muchas ocasiones no. Son los resultados preliminares de un ambicioso estudio en el que participan nueve hospitales de toda España (el Virgen de las Nieves de Granada, el Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla, el Reina Sofía de Córdoba, el Carlos Haya de Málaga, el hospital General de Asturias de Oviedo, el de Cruces de Bilbao, el Gregorio Marañón de Madrid, el hospital Clínic y el de Sant Pau de Barcelona).

“Un medicamento tiene que ser necesario, efectivo y seguro”, afirma Isabel Baena, coordinadora del proyecto e investigadora del grupo de investigación en atención farmacéutica de la Universidad de Granada. Muchos de los problemas relacionados con los medicamentos se deben tanto al exceso como a la falta de medicación. “Hay muchos pacientes que necesitarían medicación pero que no van al médico, cerca de un 9%. Luego tenemos un 1% que toma un medicamento que sobra, a veces por automedicación, otras por una mala prescripción médica”, explica Baena.

La ineficacia de los medicamentos está detrás de las razones por las que algunos pacientes acuden a urgencias. “Es muy frecuente que el paciente no tome la pauta entera, y también que no siga las dosis adecuadas, porque no hace caso al médico o porque el mismo facultativo no ha prescrito la dosis adecuada”, explica Baena. La inefectividad también se puede deber a la interacción con otros medicamentos, que anulan el efecto deseado. De hecho, los pacientes más afectados por esta situación son los enfermos crónicos que toman más de cinco medicamentos.

También existe una pequeña fracción de inefectividad que entra dentro de la normalidad, puntualiza María José Faus, directora del Máster en Atención Farmacéutica de la Universidad de Granada: “A algunas personas les ocurre que, por sus características propias, el medicamento no les hace efecto. No hay ni un solo medicamento que funcione al cien por cien, la máxima efectividad se sitúa en el 85%, o sea que ese margen de inefectividad existe aunque el tratamiento se siga bien”.

Los ancianos son quienes más acuden a urgencias por tener problemas con los medicamentos. Toman muchos, un arsenal para algunos difícil de gestionar. Además, los desórdenes corporales que acompañan a la vejez contribuyen a generar desajustes en las dosis. “Pueden tener alterada la función renal o hepática y no eliminan los medicamentos de la misma forma”, explica Ester Durán, farmacéutica del Servicio de Farmacia del hospital Gregorio Marañón de Madrid, que también participa en el proyecto.

Según el estudio, el 75% de estos malos usos que acaban con un viaje a urgencias se podrían evitar. ¿Sobre quién recaen las responsabilidades? “El paciente pasa por diferentes puntos del sistema sanitario que permitirían identificar estos problemas y desde los que se podría actuar”, afirma Baena. Las responsabilidades se reparten a partes iguales entre los tres eslabones de la cadena sanitaria: médicos, farmacéuticos y el propio paciente. “Un médico te receta una cosa, y puede que otro te recete otra. Si no hay alguien que ordene esta medicación, difícilmente se puede resolver el problema”, apunta Faus. “Para evitar estos problemas serían necesarios profesionales dedicados a realizar un seguimiento farmacoterapéutico de los pacientes, se trata de buscar complicidades y aliados”.

Ordenar la medicación de los pacientes enfermos puede contribuir a mejorar la situación. Pero también será necesario revisar los botiquines de los hogares españoles. Según un estudio del grupo Urano, más de la mitad de los botiquines españoles guardan más de 10 medicamentos. “La composición del botiquín suele reflejar, en cierto modo, la estructura del mercado farmacéutico”, explica José González, farmacéutico y uno de los responsables del estudio. Los analgésicos y antipiréticos son el grupo terapéutico más frecuente, presentes en el 89% de los hogares, seguidos por los antiinflamatorios no esteroides, en el 53%, y los antibióticos, en el 46%. En el caso de estos últimos, uno de cada tres se ha comprado sin receta. Según la Red Española de Atención Primaria (REAP), un 10,8% de los medicamentos que necesitan receta se acaba vendiendo sin ella. También muchos quedan aparcados en el botiquín como resto de un tratamiento no finalizado, para acabar siendo utilizados por otros miembros de la familia sin acudir al médico.

José Martínez Olmos, secretario general del Ministerio de Sanidad y Consumo, reconoce que “estamos en una sociedad donde el medicamento tiene una valoración social muy alta, como algo capaz de curarlo todo, de solucionar los problemas de salud, y a veces al médico le cuesta explicar a la persona que su problema no se soluciona con fármacos, sino con cambios en estilos de vida”. Afirma que “los únicos medicamentos que no están de más en un botiquín son los que se anuncian por televisión y que por tanto no requieren receta; el resto sobra”.

España no desentona en el contexto internacional. La Organización Mundial de la Salud, que considera una prioridad establecer políticas para el uso racional de los medicamentos, estima que cerca de la mitad de las medicinas se recetan, se dispensan o se utilizan de una forma inadecuada. Los antibióticos, cuyos excesos generan resistencias y existe el peligro de que se vuelvan inefectivos, son el grupo de medicamentos que más ha preocupado y el que más campañas ha originado, lo que ha permitido reducir su consumo en un 10% en el año 2007.

Sin embargo, habrá que dedicar esfuerzos a otras especialidades, como los antiinflamatorios o los antidepresivos. El consumo de psicofármacos, es decir, antidepresivos, antipsicóticos, antiepilépticos y ansiolíticos e hipnóticos, se ha triplicado en España en la última década. Josep Basora, vicepresidente de la Sociedad Española de Medicina de Familia (SEMFYC), explica que un 28% de los pacientes que se visitan en los centros de atención primaria presentan signos y síntomas antidepresivos, aunque tan sólo la mitad se diagnostica como depresión mayor. Para este especialista, el problema es que “se han medicalizado enfermedades que no eran más que cosas de la vida cotidiana”. Las mujeres son el 75% de los consumidores totales de somníferos o tranquilizantes, según datos del segundo informe sobre salud y género. “Ante situaciones inespecíficas expresadas por las mujeres, donde no existe una patología clara, médicos y médicas tienden a prescribir psicofármacos”, según responsables del Ministerio de Sanidad y Consumo.

En el caso de los antiinflamatorios, el medicamento más frecuente en los hogares españoles, no hacer un buen uso puede afectar a “las personas que sufren continuamente migrañas, y que al no tomar bien el medicamento pueden acabar sufriendo un efecto rebote”, explica Basora. Para Javier Rivera, vicepresidente de la Sociedad Española de Reumatología, la mayoría de antiinflamatorios y analgésicos se aplican realmente cuando hay dolor. “Sólo hemos detectado algunos abusos con el Tramadol, un analgésico que creemos que se está utilizando más de lo necesario ante problemas pequeños, como dolores de cabeza, y que puede causar problemas digestivos, dolores de cabeza y un estado de aturdimiento”.

Evolución de la atencion farmaceutica, ¿dónde estamos?


El autor hace un recorrido de la evolución de la atención farmacéutica en España desde los años 90 hasta el documento de consenso recientemente aprobado por el Foro de Atención Farmacéutica.
Joaquín Herrera Carranza. Profesor de Farmacia en la Universidad de Sevilla 25/02/2008

La evolución de la AF, al menos en España, está marcada principalmente por su base teórica más que ser una consecuencia directa de su implantación generalizada, que todavía estamos lejos de alcanzar. Cierto es que desde los inicios (años 90) del intento, oportuno y necesario, de adaptación del modelo pharmaceutical care, cargado de un indiscutible simbolismo de lo que podría ser una atractiva forma de entender y enfocar una nueva Era de la Farmacia, en una década y media han ido apareciendo en el panorama farmacéutico español una auténtica catarata de ideas, propuestas, iniciativas y conceptos innovadores.

Alguien alguna vez tendrá que hacer un estudio y análisis riguroso de las razones que impidieron la entrada de las ideas renovadoras de la farmacia clínica en la oficina de farmacia. No ha ocurrido lo mismo con la AF que ha tenido desde sus albores los brazos abiertos de la farmacia comunitaria. La aceptación de la AF en España, aunque todavía en la praxis minoritaria, ha sido un proceso, a mi modo de ver, ejemplar y ejemplarizante. Sin embargo, en estos momentos se nota una cierta parálisis que, supongo, será transitoria, cuando se aclaren ciertas cuestiones (dictamen europeo, industria farmacéutica) que pesan sobre la Farmacia.

Nuevas iniciativas

La aprehensión (captación y aceptación subjetiva de un contenido de conciencia, DRAE) del pharmaceutical care, con todo su significado y simbolismo, ha introducido en la farmacia española, en el discurrir de unos pocos años, una pléyade de ideas, propuestas, iniciativas y conceptos complejos (no se tiene en cuenta el orden cronológico de aparición en el escenario metodológico): cadena terapéutica del medicamento, problemas relacionados con los medicamentos (múltiples intentos de definición y clasificación), seguimiento farmacoterapéutico personalizado, episodio de seguimiento, oferta del servicio, entrevista personal inicial y de continuación con el paciente, monitorización del paciente, estado de situación, fases de estudio, evaluación de resultados, indicación farmacéutica, AF domiciliaria, protocolos, registros de datos y actuaciones, incumplimiento, cumplimiento y adherencia al tratamiento, farmacia asistencial, resultados negativos asociados a la medicación, dispensación activa, incidentes relacionados con la medicación, acontecimientos adversos, etc.

En 2001, el Documento de Consenso vino a poner orden y ofrecer una visión lógica en los aspectos conceptuales básicos (problemas relacionados con la medicación, seguimiento farmacoterapéutico e indicación farmacéutica), aunque en la actualidad sobrepasado por la aparición de conceptos novedosos y emergentes (incidentes relacionados con la medicación, errores de medicación, resultados negativos asociados a la medicación, etc.). En este tiempo, la metodología aplicada a la praxis profesional se ha perfeccionado y permite disponer de una ancha plataforma de posibilidades, al menos como punto de partida, para la iniciación e, incluso, el diseño de trabajos de investigación, imprescindibles en la creación de un corpus doctrinal sólido, que pueda ser debatido en los foros sanitarios de discusión.

Previamente a todo ello, se contaba ya desde 1997 (¡todo un lujo y privilegio!; la enfermería ahora demanda amparo legal para las prescripciones que realiza), tras la entrada en vigor de la Ley de regulación de servicios de las oficinas de farmacia, con el preceptivo amparo legal y marco jurídico: el farmacéutico deberá prestar el servicio básico a la población de “la información y el seguimiento de los tratamientos farmacológicos a los pacientes” (artículo 1.5). Desde el punto de vista ético y deontológico, la norma tiene carácter de imperativo categórico, de obligado cumplimiento.

‘Dispensación informada’

La reciente Ley de Garantías y Uso Racional del Medicamento y Productos Sanitarios dicta que en las oficinas de farmacia los farmacéuticos “velarán por el cumplimiento de las pautas establecidas por el médico responsable del paciente en la prescripción, y cooperarán con él en el seguimiento del tratamiento a través de los procedimientos de AF”; concreta más y amplía sustancialmente el horizonte legal de actuación e intervención del farmacéutico asistencial. Por cierto, que esta nueva Ley del Medicamento, además, ha redimido del mal uso y abuso la nefasta expresión dispensación activa por la más coherente con el ser y la naturaleza de la Farmacia de dispensación informada (la dispensación es el acto profesional que mejor identifica a la Farmacia y, por tanto, como cualquier otro acto profesional de cualquier otra profesión, es intrínsecamente activo, para no incurrir en posible negligencia profesional).

Recientemente se ha aprobado la última ley de nuestras comunidades autónomas: Ley 22/2007, de 18 de diciembre, de Farmacia de Andalucía (Título II, 47 artículos). ¡Ya somos y estamos todos! Empero, ¿dónde estamos? Observo una cierta parálisis en estos momentos.

El entusiasmo de hace unos años no se percibe. El grado de implantación sigue siendo minoritario. El principal usuario de la farmacia comunitaria es el paciente mayor y bueno sería acogerlo bajo el amparo generalizado de todo lo que ofrece la AF y exigen las leyes: dispensación informada personal y a los cuidadores, vigilancia del cumplimiento, prevención, detección y resolución de los problemas de medicación, extensible a los mayores institucionalizados.

Coincidiendo con la redacción de este artículo, el Foro de AF ha dado a conocer un documento de consenso; por tanto sin tiempo material para hacer una primera valoración. Sin embargo, es de esperar, y así lo espero, que este nuevo impulso contribuya, con el concurso de profesionales, expertos, investigadores y docentes, a la implantación, en un tiempo razonable, del mínimo necesario para que el modelo afianzado de farmacia mediterránea español siga siendo, desde el presente y de cara al futuro, ejemplar y ejemplarizante en AF a los pacientes más necesitados del servicio: mayores, crónicos, dependientes, etc.

Seminarios de Innovación en Atención Primaria en 2008


La FUNDACIÓN CIENCIAS DE LA SALUD (FCS) (www.fcs.es) ha aprobado la
propuesta de seguir con los Seminarios de Innovación en Atención Primaria en
2008.

Los Seminarios han contado, además, con ayuda del Ministerio de Sanidad y Consumo en 2005 y 2007.

En los tres años (2005, 2006 y 2007) ha participado en la organización la Fundación para la Formación de la Organización Médica Colegial.

La cuestión elegida pare 2008 es “Innovación en torno a la prevención clínica. Expectativas y realidades”.

Se celebrarán tres seminarios. Los viernes días 7 de marzo, 20 de junio, y10 de octubre.

ORGANIZACIÓN:

Mantendremos un ponente y dos contrapuntos. Pero estos dos últimos pasarán a tener el papel de “clínico” y “gestión-político”. Es decir, el ponente da la visión más general de la innovación; un contrapunto considera qué significa esa visión en la práctica clínica diaria (y da recomendaciones prácticas al  respecto); y otro contrapunto considera la visión del ponente en la práctica  política y gerencial española (y considera cómo introducirlas en la  situación práctica en que nos movemos).

El ponente prepara su texto y lo entrega con tres semanas de adelanto sobre  la fecha de realización del seminario. Los contrapuntos elaboran sus textos  en una semana. Dos semanas antes del seminario se distribuye el material  básico a los asistentes.

Los participantes harán las preguntas antes del taller. Es decir, leen los  textos del ponente y de los contrapuntos y mandan las preguntas que tendrán  que contestar el ponente y los contrapuntos en el seminario, en el taller.
La presentaciones en el taller serían las escritas previamente, pero  orientadas a responder a las preguntas que hayan formulado con antelación  los asistentes.

Los contrapuntos se encargarían de elaborar las recomendaciones prácticas  finales, tras el debate (en unas 500 palabras), que se difundirán como  producto “periodístico”.

En cada seminario podemos considerar una serie de “invitados”, no más de tres (diez minutos de parlamento, de ponencia, aparte de su participación en el debate).

Habrá un “centro de salud invitado” (que puede mandar a tres personas, médico-enfermera-administrativo-paciente, uno de los cuales tendría los diez minutos de participación), y que se sumaría a todo el debate previo; esto dará un sentido práctico. Habrá tres centros “invitados”, uno por seminario: catalán (tercer seminario), extremeño (segundo) y gallego (primer seminario).

Son posibles otros invitados. Por ejemplo, un “periodista” invitado. Por ejemplo, un “político” invitado. Según el contenido del seminario, así los invitados.

Como hasta ahora, seguiríamos pensando en publicar un artículo de cada seminario, en revista científica, más un libro al año con los textos de ponentes y contrapuntos. Sería interesante traducir al inglés al menos dos artículos (para ello ha hecho expresión de interés la Fundación Jordi Gol).
Y grabar en video los talleres, para su difusión en Internet (resumen en YouTube, por ejemplo, y texto ampliado donde se pueda).

TEMA:

“Innovación en torno a la prevención clínica. Expectativas y realidades”. Se trata de considerar qué hay de nuevo en el mundo sobre las prácticas preventivas que se pueden aplicar en la consulta del médico.

Existe un continuo flujo de propuestas de más y más actividades preventivas
que debe hacer el médico en su trabajo diario, pero muchas son irrelevantes
y/o carecen de fundamento científico. Sin embargo, el médico suele aceptar
esa responsabilidad y el paciente exigirla. ¿Cómo seleccionar el grano de la
paja? Este tema permite introducir muchas de las sugerencias de los
participantes en seminarios previos, pues da pie a considerar el punto de
vista del paciente (y de la sociedad), permite hablar de re-diseño de la
actividad, se relaciona con la formación (de pre y postgrado, y continuada),
tiene que ver con la estructura que da apoyo al trabajo del médico de
primaria, se relaciona con la seguridad del paciente, tiene puntos en común
con un profesionalismo (¿qué es ser médico?) que interesa, etc.

SEMINARIOS:

Habrá tres seminarios, uno por cuatrimestre.

1- Viernes 7 de marzo. Innovación en prevención clínica y sistemas
sanitarios. Con ponente, Iona Heath (médico general inglesa); de
contrapuntos, Joan Gené Badía y Antonio Durán, (de la OMS-Europa). El
seminario, en español e inglés, como el de Bárbara Starfield de 2007.
Centrado en lo que se hace en Europa y en su posible aplicación en España.

2-Viernes 20 de junio. Innovación en prevención clínica y priorización de
actividades. Con ponente Juan Gérvas (para comentar las poquísimas
experiencias que existen en el mundo), y contrapuntos Amando Martín Zurro y
Félix Miguel (para analizar el PAPPS).

3- Viernes 10 de octubre. Innovación en prevención clínica y profesionalismo médico. Con ponente Diego Gracia, para poner en contexto qué cambia el énfasis en la prevención, el dar buenas noticias (“su chequeo es normal”, “su niño está sano”, etc) en el ser médico. De contrapuntos Juan Irigoyen [sociólogo, de la Universidad de Granada], y José Ramón Vázquez Díaz.

LUGAR:

La sede de la Organización Médica Colegial (Plaza de las Cortes, 11, Madrid). Invitación previa solicitud (compromiso de asistencia y breve currículo)

HORARIO:

De 09,00 a 15,00 horas.

Coordina los seminarios Juan Gérvas (jgervasc@meditex.es ).

Software: metanalisis


Meta-DiSc

Download

Versión Española

Meta-DiSc is freeware software to perform Meta-analysis of studies of evaluations of Diagnostic and Screening tests. Click here to download a document (PDF) with a description of Statistical Methods implemented.

Meta-DiSc is licenced as freeware and is offered as is. Authors accept no responsibility for any failures that it could occur in the computers where it is installed.

Please refer this software as:
Zamora J, Abraira V, Muriel A, Khan KS, Coomarasamy A. Meta-DiSc: a software for meta-analysis of test accuracy data. BMC Medical Research Methodology 2006, 6:31.

The program has been developed by the Unit of Clinical Biostatistics team of the Ramón y Cajal Hospital in Madrid (Spain). This project has been partially supported by grants FIS PI02/0954, PI04/1055 and FIS G03/090.

Be aware about software updates looking at version number.

The program works in Windows 95, 98, Me, NT, 2000 and XP. To install, click here to download, save it on your disk and run it. The only user installation option is the program folder. The default folder is C:/Program Files/Meta-DiSc.

To uninstall, open the Control Panel and select Add/Remove Programs.

Revista Semergen



La revista “Medicina General/de Familia-SEMERGEN”, es gratuita para los socios con una periodicidad mensual, constituye un medio de formación continuada y un vehículo de comunicación entre los mismos; es la publicación Oficial de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria, y está abierta a la publicación de artículos de todos los médicos de Atención Primaria.

Director: Dr. Juan Sergio Fernández Ruiz
jsfernandezr@semergen.es

Visitar sitio web de la revista >>


La revista “Medicina General/de Familia-SEMERGEN”, es gratuita para los socios con una periodicidad mensual, constituye un medio de formación continuada y un vehículo de comunicación entre los mismos; es la publicación Oficial de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria, y está abierta a la publicación de artículos de todos los médicos de Atención Primaria.

Director: Dr. Juan Sergio Fernández Ruiz
jsfernandezr@semergen.es

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Consumo de Plantas Medicinales en España


Consumo de Plantas Medicinales en España

¿Consumimos los españoles plantas medicinales con fines terapéuticos? ¿Seguimos siendo reacios a ellas y confiamos más en los fármacos de síntesis? La Sociedad Española de Fitoterapia ha publicado un estudio sobre el consumo de plantas medicinales en nuestro país, realizado este año 2007.

Consumo en España

El estudio revela que 1 de cada 3 españoles, es decir un 67% aproximadamente, consume o ha consumido este año plantas medicinales con fines terapéuticos. Son datos que confirman el auge que están viviendo de nuevo las plantas medicinales no sólo en España, sino en todo el mundo. Gran “culpa” de esto la tiene la mujer, ya que de los consumidores antes mencionados, 3 de cada 4 son mujeres (un 71,4 %). Especialmente mujeres con estudios superiores o universitarios. 1 de cada 4 personas que consume plantas medicinales reconoce que lo hace por tradición familiar o de su entorno en el consumo de fitoterapia.

Hábitos de consumo

La frecuencia de consumo es mayor a medida que aumenta la edad, un 57,5% de los consumidores mayores de 51 años ha consumido plantas medicinales en la última semana, frente al 47,1% de los consumidores menores de 35 años y al 53,8% de los consumidores de entre 35 y 50 años.
Respecto al lugar de compra de las plantas medicinales, la mayoría se decanta por la herboristería (84%), una parte importante compra su fitoterapia en la farmacia (45%), sobre todo los más jóvenes y los más mayores. El resto se reparten entre la parafarmacia, el supermercado, el centro de dietética y el naturópata. Es destacable la “fidelidad” del comprador en herboristería, en tanto que la mayoría de otros puntos de venta (los antes mencionados) comparten clientela.

En cuanto las preferencias del lugar de compra según el sexo, destacar que los hombres prefieren la herboristería, mientras que las mujeres se decantan por la farmacia.

Satisfacción con las plantas medicinales

En cuanto a si los españoles estamos o no satisfechos con las plantas medicinales, la respuesta es clara. La gran mayoría, en torno a un 87% de los encuestados, está o muy satisfecho o bastante satisfecho. ¿Le extraña a alguien? Apuntar también que hay mayor grado de satisfacción entre los clientes de farmacias que entre los de herbolarios. El resumen está en el siguiente cuadro.


Por último, un 52,9% de los encuestados afirma haber recibido ayuda siempre del profesional farmacéutico, un 45,6% afirma haberla recibido a veces. En ningún caso se ha respondido “nunca”.

En resumen, el consumo de plantas medicinales en nuestro país goza, nunca mejor dicho, de buena salud. Cada vez más gente confía en la fitoterapia para tratar sus problemas de salud, esto se debe al conocimiento progresivo de la población en las posibilidades que nos ofrecen estos remedios naturales, cuyos efectos secundarios son mínimos y su efectividad sorprendente. Recomiendo pedir siempre consejo al profesional sanitario, en este caso al farmacéutico, ya que él está capacitado para indicarnos que se adapta mejor a nuestras necesidades y que precauciones debemos tomar.

Para leer el estudio completo pulsa aquí.

Presentando otro blog: Salud Comunitaria


“Salud Comunitaria” nace en diciembre del año 2006, cuando después de seis años trabajando en programas de salud pública me reincorporo a la Atención Primaria.
“Salud Comunitaria” surge como un ejercicio personal para no perder contacto con ámbitos relacionados con la salud comunitaria, la salud pública o la promoción de la salud. Así mismo es un intento de recuperar y dejar disponible en la red diversos materiales recogidos a lo largo de esos seis años.

sobre el CV

Rafa Cofiño (Gijón, 1969). Licenciado en Medicina y Cirugía. Especialista en Medicina Familiar (¿y comunitaria?). Trabajé en programas de drogodependencias de 1998-2000 y en programas de salud pública de la Consejería de Salud del Principado de Asturias del 2000-2006. Durante este período coordiné el Programa de Atención a las Personas Afectadas por el VIH-SIDA en Asturias (PAVSA) y la sección de Programas de Prevención (programa de vacunas, tuberculosis, atención al déficit auditivo infantil, detección precoz del cáncer de mama y educación afectivo-sexual)
Actualmente trabajo como médico de familia en el Centro de Salud de La Felguera (Asturias).
Docente en diferentes cursos a lo largo de estos años.
Miembro del Grupo de Atención al Inmigrante de la Sociedad Asturiana de Medicina Familiar y Comunitaria (samfyc) y, muy recientemente, representante de la samfyc en el PACAP.
Hay otra reseña curricular mucho más interesante aquí.

Actualmente gestionando los siguientes blogs no sanitarios:

Contemporáneos.
Fútbol de Poetas.
El cielo desde Asturias.
Tepanahuori.
Antropobestia.
La ñoaranza de Artemio Rulán

Seminario de Innovación en Atención Primaria


Cuarto seminario
Cambios en la organización y demanda derivada en AP
Fecha
Madrid, 16 de noviembre de 2007
Lugar de celebración
Sede de la Fundación para la Formación de la OMC
Ponente
Luis M. García Olmos

Textos


Preguntas 4º seminario


Luis García Olmos

Textos contrapuntos


Salvador Peiró


Juan Simó

Este proyecto fue subvencionado por el Ministerio de Sanidad y Consumo para el fomento de actividades de alto interés sanitario en el 2005

| MÁS INFORMACIÓN

Fuente: FCS

AP al dia: pasando revista


British Medical Journal. Vol. 335. Núm. 7626

Originales

Legg L, Drummond A, Leonardi-Bee J, Gladman JRF, Corr S, Donkervoort M et alOccupational therapy for patients with problems in personal activities of daily living after stroke: systematic review of randomised trials. Págs. 922 R TC PDF

Editoriales

McPherson KM, Ellis-Hill COccupational therapy after stroke. Págs. 894-895 TC (s) PDF (s)

McAlister FADevice therapy in heart failure. Págs. 895-896 TC (s) PDF (s)

Key TDiet and the risk of cancer. Págs. 897 TC (s) PDF (s)

New England Journal of Medicine. Vol. 357. Núm. 18

Originales

Vernooij MW, Ikram MA, Tanghe HL, Vincent AJPE, Hofman A, Krestin GP et al Incidental Findings on Brain MRI in the General Population. Págs. 1821-1828 R TC (s) PDF (s)

Revisiones

Peters-Golden M, Henderson Jr. WR Mechanisms of Disease: Leukotrienes. Págs. 1841-1854 TC (s) PDF (s)

Práctica clínica

Appelbaum PS Assessment of Patients´Competence to Consent to Treatment. Págs. 1834-1840 TC PDF

The Lancet. Vol. 370. Núm. 9597

Originales

Altman D, Granath F, Cnattingius S, Falconer CHysterectomy and risk of stress-urinary-incontinence surgery: nationwide cohort study. Págs. 1494-1499 R TC (s) PDF (s)

Comentario

Bogle R, Wilkins MTreating acute myocardial infarction: something in the wind?. Págs. 1461-1462 TC (s) PDF (s)

Magos ADoes hysterectomy cause urinary incontinence?. Págs. 1462-1463 TC (s) PDF (s)

The Lancet. Vol. 370. Núm. 9598

Originales

McCann D, Barrett A, Cooper A, Crumpler D, Dalen L, Grimshaw K et alFood additives and hyperactive behaviour in 3-year-old and 8/9-year-old children in the community: a randomised, double-blinded, placebo-controlled trial. Págs. 1560-1567 R TC (s) PDF (s)

Editoriales

Time to supersize control efforts for obesity. Págs. 1521 TC PDF

Comentario

Jack AObesity plan lacks foresight. Págs. 1528-1529 TC (s) PDF (s)

Eigenmann PA, Haenggeli CAFood colourings, preservatives, and hyperactivity. Págs. 1524-1525 TC (s) PDF (s)

Seminario

Moon RY, Horne RSC, Hauck FRSudden infant death syndrome. Págs. 1578-1587 R TC (s) PDF (s)

Medicina Clínica. Vol. 129. Núm. 12

Originales

Zamora E, Lupón J, López-Ayerbe J, Urrutia A, González B, Ferrere E et alDiámetro de la aurícula izquierda: un parámetro ecocardiográfico sencillo con importante significado pronóstico en la insuficiencia cardíaca. Págs. 441-445 R TC (s) PDF (s)

Suárez C, Cairols M, Castillo J, Esmatjes E, Sala J, Llobet X, Palma JCControl de factores de riesgo y tratamiento de la aterotrombosis. Registro REACH España. Págs. 446-450 R TC (s) PDF (s)

Editoriales

Manzano L, Cornide-Santos LTamaño de la aurícula izquierda como marcador de disfunción ventricular. Págs. 454-455 TC (s) PDF (s)

Solans R, Pérez-López JUtilidad del Doppler color en el diagnóstico de la arteritis de la temporal. Págs. 456-457 TC (s) PDF (s)

Medicina Clínica. Vol. 129. Núm. 13

Originales

Rojano X, Almeda J, Sánchez E, Fortuny C, Bertrán JM, Mur A et alEvolución de la transmisión vertical del VIH en Cataluña durante el período 1987-2003. Págs. 487-493 R TC (s) PDF (s)

Gabilondo A, Alonso J, Pinto-Meza A, Vilagu G, Fernández A, Serrano-Blanco A et alPrevalencia y factores de riesgo de las ideas, planes e intentos de suicidio en la población general española. Resultados del estudio ESEMeD. Págs. 494-500 R TC (s) PDF (s)

Mateo L, Ruiz J, Olivé A, Manterola JM, Pérez R, Tena X, Prats MTuberculosis osteoarticular: estudio de 53 casos. Págs. 506-509 R TC (s) PDF (s)

Revisiones

Fontseré N, Bonal J, Romero RMétodos para la estimación de la función renal. Págs. 513-518 R TC (s) PDF (s)

Medicina Clínica. Vol. 129. Núm. 14

Editoriales

Coll B, Masana LRiesgo cardiovascular en pacientes infectados por el virus de la inmunodeficiencia humana: ¿son suficientes las tablas de riesgo?. Págs. 532-533 TC (s) PDF (s)

Revisiones

Bermejo PE, Velasco RNuevos fármacos antiepilépticos y dolor neuropático. De la medicina molecular a la clínica. Págs. 542-550 R TC (s) PDF (s)

Artículo especial

Suárez C, Álvarez-Sala L, Mostaza J, Asenjo CCálculo del riesgo cardiovascular. Págs. 534-541 TC (s) PDF (s)

Revista Española de Cardiología. Vol. 60. Núm. 10

Originales

Santiago A, García-Lledó A, Ramos E, Santiago CValor pronóstico del electrocardiograma en pacientes con diabetes tipo 2 sin enfermedad cardiovascular conocida. Págs. 1035-1041 R TC PDF

Gil-Guillén V, Orozco-Beltrán D, Maiques-Galán A, Aznar-Vicente J, Navarro J, Cea-Calvo L et alConcordancia de las escalas REGICOR y SCORE para la identificación del riesgo cardiovascular alto en la población española. Págs. 1042-1050 R TC PDF

Editoriales

Dávila-Román VGValoración del riesgo cardiaco de la cirugía no cardiaca. Págs. 1005-1009 TC PDF

Tejedor-Jorge ANuevos aspectos de la nefropatía por contraste en cardiología. Págs. 1010-1014 TC PDF

Rodríguez-Padial LValor pronóstico del electrocardiograma en la diabetes mellitus: el peligro de «saber demasiado». Págs. 1015-1017 TC PDF

Revisiones

Cruz-González I, Sánchez-Ledesma M, Sánchez PL, Jang IKTrombocitopenia inducida por heparina. Págs. 1071-1082 R TC PDF

Guías de práctica clínica

Ardissino D, Boersma E, Budaj A, Fernández-Avilés F, Fox KAA, Hasdai D et alGuía de Práctica Clínica para el diagnóstico y tratamiento del síndrome coronario agudo sin elevación del segmento ST. Págs. 1070 PDF

Semergen. Vol. 33. Núm. 8

Formación continuada

Díaz-Rodríguez N, Rodríguez A, Castellano-Alarcón J, Antoral MMetodología y técnicas. Ecografía del hombro normal. Págs. 417-424 R TC PDF

Manzanera-Escarti R, Ibáñez-Tarín C, Scoufalos S, Arbesú-Prieto JTerapéutica en Atención Primaria. Terapia cognitivo conductual y medicina de familia en el tratamiento integral de la depresión. Aproximación práctica. Págs. 425-429 R TC PDF

Butlletí d Informació Terapèutica. Vol. 19. Núm. 6

Revisiones

Saltó E, Valverde ATractament famacològic del tabaquisme. Págs. 29-34 PDF

Diabetes care. Vol. 30. Núm. 11

Originales

Erdmann E, Charbonnel B, Wilcox RG, Skene AM, Massi-Benedetti M, Yates J, et al On behalf of the PROactive investigatorsPioglitazone Use and Heart Failure in Patients With Type 2 Diabetes and Preexisting Cardiovascular Disease: Data from the PROactive Study (PROactive 08). Págs. 2773-2778 R TC (s) PDF (s)

White AM, Johnston CSComparison of Accuracy Measures of Two Screening Tests for Gestational Diabetes Mellitus. Págs. 2814-2815 TC (s) PDF (s)

Tortosa A, Bes-Rastrollo M, Sanchez-Villegas A, Basterra-Gortari FJ, Nuñez-Cordoba JM, Martinez-Gonzalez MAMediterranean Diet Inversely Associated With the Incidence of Metabolic Syndrome: The SUN prospective cohort. Págs. 2957-2959 TC (s) PDF (s)

Perspectiva

Bloomgarden ZTType 1 Diabetes and Glucose Monitoring. Págs. 2965-2971 TC (s) PDF (s)

American Family Physician. Vol. 76. Núm. 9

Revisiones

Langan RC, Gotsch PB, Krafczyk MA, Skillinge DDUlcerative Colitis: Diagnosis and Treatment. Págs. 1323-1331 TC PDF

Oyama O, Paltoo C, Greengold JSomatoform Disorders. Págs. 1333-1338 TC PDF

Michels TC, Tiu AYSecond Trimester Pregnancy Loss. Págs. 1341-1346 TC PDF

Páginas para los pacientes

Pregnancy Loss: What You Should Know. Págs. 1347 TC

Ulcerative Colitis: What You Should Know. Págs. 1331 TC

Thorax. Vol. 62. Núm. 11

Originales

West R, Zhou XIs nicotine replacement therapy for smoking cessation effective in the “real world”? Findings from a prospective multinational cohort study. Págs. 998-1002 R TC (s) PDF (s)

Editoriales

Shiffman SNicotine replacement therapy for smoking cessation in the “real world”. Págs. 930-931 TC (s) PDF (s)

Arthritis & Rheumatism. Vol. 56. Núm. 11

Originales

Jüni P, Reichenbach S, Trelle S, Tschannen B, Wandel S, Jordi B et al for the Swiss Viscosupplementation Trial GroupEfficacy and safety of intraarticular hylan or hyaluronic acids for osteoarthritis of the knee: A randomized controlled trial. Págs. 3610-3619 R TC (s) PDF (s)

Atroshi S, Gummesson C, Ornstein E, Johnsson R, Ranstam JCarpal tunnel syndrome and keyboard use at work: A population-based study. Págs. 3620-3625 R TC (s) PDF (s)

European Heart Journal. Vol. 28. Núm. 21

Originales

Parikh NI, Gona P, Larson MG, Wang TJ, Newton-Cheh C, Levy D et alPlasma renin and risk of cardiovascular disease and mortality: the Framingham Heart Study. Págs. 2644-2652 R TC (s) PDF (s)

Revisiones

Neuberger HR, Mewis C, van Veldhuisen DJ, Schotten U, van Gelder IC, Allessie MA, Böhm MManagement of atrial fibrillation in patients with heart failure. Págs. 2568-2577 R TC PDF

Journal of the American Board of Family Medicine. Vol. 20. Núm. 6

Revisiones

Madariaga MG, Jalali Z, Swindells SClinical Utility of Interferon Gamma Assay in the Diagnosis of Tuberculosis. Págs. 540-547 R TC PDF