Etiologia y sensibilidad a antimicrobianos de las infecciones urinarias bajas adquiridas en la comunidad


Etiología y sensibilidad a antimicrobianos de las infecciones urinarias bajas adquiridas en la comunidad

Andreu A, Planells I para el Grupo Cooperativo Español para el Estudio de la Sensibilidad Antimicrobiana de los Patógenos Urinarios. Etiología de la infección urinaria baja adquirida en la comunidad y resistencia de Escherichia coli a los antimicrobianos de primera línea. Estudio nacional multicéntrico. Med Clin (Barc) 2008; 130: 481-486.  R TC (s) PDF (s)

Introducción

Las infecciones urinarias bajas son un problema frecuente en la consulta de atención primaria y que habitualmente se tratan inicialmente de forma empírica, por lo que es importante conocer el espectro de agentes patógenos más frecuente y su sensibilidad a los antimicrobianos.

Objetivo

Estudiar los uropatógenos responsables de las infecciones urinarias bajas adquiridas en la comunidad y la sensibilidad de E. coli a los antimicrobianos de primera línea.

Perfil del estudio

Tipo de estudio: Estudio descriptivo

Área del estudio: Causa

Ámbito del estudio: Comunitario

Métodos

Se incluyeron en el estudio las muestras de orina de pacientes de ambos sexos y de cualquier edad con infección urinaria baja adquirida en la comunidad con sospecha clínica y confirmación microbiológica procedente de 15 laboratorios de microbiologia de hospitales de 9 comunidades autónomas. Se excluyó a los pacientes que habían estado hospitalizados en el último mes y los que habían recibido antibióticos en las últimas 3 semanas. Se considero que un cultivo era positivo si se aislaban 1 ó 2 gérmenes con concentraciones ≥105 UFC/mL o 102-105 UFC/mL si además había piuria o síntomas clínicos. En el caso de que el germen aislado fuese E. coli se registraba la sensibilidad a fosfomicina, ampicilina, amoxicilina-ácido clavulánico, cefixima, cefuroxima axetilo, cotrimoxazol, nitrofurantoína, ácido nalidíxico y ciprofloxacino y la presencia de betalactamasas.

Resultados

Se estudiaron 3.055 muestras procedentes de pacientes con una edad media de 54,3 años y un 80% de mujeres. En el 95% de los casos la concentración fue≥10 5 UFC/mL. El germen más frecuentemente aislado fue E. coli, seguido a mucha distancia de Klebsiella spp., Proteus miriabilis y Enterococcus spp (fig. 1).

Figura 1. Etiología de las infecciones urinarias.

En todos los grupos analizados E. coli fue el germen aislado con mayor frecuencia aunque en varones lo fue menos que en mujeres (fig. 2).

Figura 2. Gérmenes causantes por sexo.

Los antibióticos con menos resistencias en las cepas de E. coli aisladas fueron la fosfomicina, la nitrofurantoína, lacefixima, la amoxicilina-clavulánico y la cefuroxima axetilo (fig. 3).

Figura 3. Porcentaje de cepas de E. coli resistentes a los diferentes antibióticos.

Un 5% de las cepas de E. coli fueron productoras de betalactamasas. El patrón de resistencias fue similar en rasgos generales en ambos sexos y para todos los grupos de edad analizados, aunque para todos los antibióticos analizados, había una tendencia a un incremento de las resistencias con la edad del paciente, que alcanzaron la significación estadística en el caso de las cefalosporinas, el cotrimoxazol, la nitrofurantoína, el ácido nalidíxico y el ciprofloxacino. En los varones también se apreció una tendencia a una mayor tasa de resistencias que fue estadísticamente significativa para la ampicilina, el ácido nalidíxico y el ciprofloxacino.

Conclusiones

Los autores concluyen que las tasas de resistencia detectadas son un problema que obliga a reevaluar el tratamiento empírico de las infecciones urinarias bajas.

Conflictos de interés

Ninguno declarado.

Comentario

Las infecciones urinarias son, tras las respiratorias, las infecciones más frecuentes en atención primaria. Los resultados de este estudio son coherentes con los conocimientos que se tiene actualmente de la enfermedad. Es un problema más frecuente en las mujeres que en los varones. Un 50% de las mujeres presentan alguna infección durante la vida adulta y un 10% tras la menopausia. La gestación multiplica por 15 el riesgo de sufrir una infección. Los gérmenes detectados en este estudio también coinciden con los publicados por otros estudios. El 90% de las infecciones son causadas por E. coli, Klebsiella, Proteus miriabilis y enterococos, siendo con mucho la más frecuente E. coli, que por sí sola supone el 65-85% de las mismas.

El principal problema que plantea al clínico es la selección del antimicrobiano para el tratamiento de las mismas, puesto que en un primer momento no se dispone de los resultados del cultivo ni del antibiograma. A pesar de que en algunos estudios se ha observado que la tasa de respuesta clínica es superior a la de sensibilidad a los antimicrobianos in vitro, parece lógico iniciar el tratamiento por los antibióticos que presentan tasas de sensibilidad >90%. De acuerdo con los resultados de este estudio, cumplirían este criterio la fosfomicina, la nitrofurantoína y los betalactámicos (excepto la ampicilina). Es de destacar la elevada resistencia a algunos de los antimicrobianos más utilizados en atención primaria, como es el caso del ciprofloxacino, que han aumentado de forma importante en los últimos años (fig. 4).

Figura 4. Evoución temporal de la resistencia de E. coli a los diferentes antibióticos.

Bibliografía

  1. Vallano A, Rodríguez D, Barceló ME, López A, Cano A, Viñado B et al. Sensibilidad antimicrobiana de los uropatógenos y resultados del tratamiento antibiótico de las infecciones urinarias en atención primaria. Enferm Infecc Microbiol Clin 2006; 24: 418-425.  R TC PDF RC
  2. Andreu A, Alós JI, Gobernado M, Marco F, De la Rosa M, García-Rodríguez JA para el Grupo Cooperativo Español para el Estudio de la Sensibilidad Antimicrobiana de los Patógenos Urinarios. Etiología y sensibilidad a los antimicrobianos de los uropatógenos causantes de la infección urinaria baja adquirida en la comunidad. Estudio nacional multicéntrico. Enferm Infecc Microbiol Clin 2005; 23: 4-9.  R TC PDF
  3. Casal M. Infección urinaria de vías bajas en la comunidad. Med Clin (Barc) 2008; 130: 494-495.   TC (s) PDF (s)

Autor

Manuel Iglesias Rodal. Correo electrónico: mrodal@menta.net.

Epidemiology and causes of preterm birth


The Lancet 2008; 371:75-84

DOI:10.1016/S0140-6736(08)60074-4

Series, Preterm birth

Prof Robert L Goldenberg email address a Corresponding Author Information,   Jennifer F Culhane PhD a,   Prof Jay D Iams MD b   and   Prof Roberto Romero MD c d

Summary

This paper is the first in a three-part series on preterm birth, which is the leading cause of perinatal morbidity and mortality in developed countries. Infants are born preterm at less than 37 weeks’ gestational age after: (1) spontaneous labour with intact membranes, (2) preterm premature rupture of the membranes (PPROM), and (3) labour induction or caesarean delivery for maternal or fetal indications. The frequency of preterm births is about 12–13% in the USA and 5–9% in many other developed countries; however, the rate of preterm birth has increased in many locations, predominantly because of increasing indicated preterm births and preterm delivery of artificially conceived multiple pregnancies. Common reasons for indicated preterm births include pre-eclampsia or eclampsia, and intrauterine growth restriction. Births that follow spontaneous preterm labour and PPROM—together called spontaneous preterm births—are regarded as a syndrome resulting from multiple causes, including infection or inflammation, vascular disease, and uterine overdistension. Risk factors for spontaneous preterm births include a previous preterm birth, black race, periodontal disease, and low maternal body-mass index. A short cervical length and a raised cervical-vaginal fetal fibronectin concentration are the strongest predictors of spontaneous preterm birth.

Affiliations

a. Department of Obstetrics and Gynecology, Drexel University College of Medicine, Philadelphia, PA, USA
b. Department of Obstetrics and Gynecology, Ohio State University, Columbus, OH, USA
c. Perinatology Research Branch, National Institute of Child Health and Human Development, National Institutes of Health, Bethesda, MD, and Detroit, MI, USA
d. Department of Obstetrics and Gynecology, Wayne State University, Detroit, MI, USA

Corresponding Author InformationCorrespondence to: Prof Robert Goldenberg, Department of Obstetrics and Gynecology, Drexel University College of Medicine, 245 N 15th Street, 17th Floor, Room 17113, Philadelphia, PA 19102, USA

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