Como investigar el uso de medicamentos por los consumidores


Esta disponible el documento de mas de 100 paginas “Como investigar el uso de medicamentos por los consumidores” de Anita Hardon, Catherine Hodgkin y Daphne Fresle. Edicion conjunta de de la OMS y la Universidad de Amsterdam . Febrero 2005 (ahora en la version en idioma castellano).

El documento original esta disponible en:

http://www.who.int/entity/medicines/publications/WHOEDMPAR2004.2spa.pdf

una version un poco mas liviana (500 kb)  en Fundacion Femeba
http://www.femeba.org.ar/fundacion/quienessomos/Novedades/uso_medicamentos_comunidad_oms_es.pdf

Martin Canas
GAPURMED
La Plata (Argentina)
macanas@netverk.com.ar

Escepticemia: Segun un estudio


Gonzalo Casino

La medicina vista desde Internet y pasada por el saludable filtro del escepticismo.

Gonzalo Casino

Según un estudio

Sobre el totum revolutum de la investigación y los trabajos a medida

Nada parece respaldar tanto la veracidad de un mensaje como el aval de un estudio. La muletilla “según un estudio” es moneda corriente en las informaciones periodísticas de salud y cada vez más en los mensajes publicitarios de productos en los que el valor salud es importante (por desgracia, periodismo y publicidad se mezclan y confunden a menudo). La palabra estudio tiene las espaldas tan anchas y tan amplias las tragaderas que lo mismo sirve para designar una encuesta de medio pelo que una rigurosa investigación científica, un intrascendente análisis estadístico que un ensayo clínico. Pero lo cierto es que aludir vagamente a “un estudio” no dice nada si no se añaden a continuación los datos esenciales de dicho trabajo. Y de esta imprecisión y calculada ambigüedad se aprovechan, obviamente, los trabajos más chapuceros, que no sólo se utilizan para publicitar los supuestos beneficios de un producto sino que encuentran además eco en algunas informaciones periodísticas, para mayor desgracia y desconcierto del consumidor.

Esta situación es especialmente llamativa en los productos alimenticios. La importancia que tiene la dieta en la salud, la demonización de algunos nutrientes (el colesterol, sin ir más lejos) o la santificación de otros (las vitaminas, por ejemplo) y la obsesión con las calorías y el sobrepeso, entre otras circunstancias, son el terreno abonado para que los fabricantes de alimentos se afanen por colocar a sus productos la etiqueta de saludable (algunos, como los bodegueros de EE UU, lo consiguieron). Hay estudios para avalar los beneficios de alimentos tan dispares como el vino y las nueces, los cereales de desayuno y el agua mineral carbonatada. Y todo parece indicar que si una empresa o lobby están dispuestos a financiar “un estudio” siempre será posible obtener un mensaje de salud favorable a sus intereses comerciales. Pero la actual inflación de estudios a medida empieza a ser tóxica, más que nada porque el mensaje que llega a la ciudadanía no suele considerar el peso de las pruebas científicas, y bajo el señuelo de “un estudio” se proclaman todo tipo de recomendaciones y afirmaciones, muchas de ellas sin confirmar.

Una de las últimas recomendaciones, basada obviamente en un estudio, es la de consumir helados por su riqueza en proteínas y su acción contra el estrés. El estudio en cuestión invoca razones nutricionales, sensoriales y de bienestar. Pero, ¿qué alimento fresco o elaborado no podría asimismo recomendarse por alguna razón nutritiva, sensorial o de bienestar? Lo cierto es que todos los alimentos son recomendables y sanos por el hecho de serlo, y hacer recomendaciones aisladas sin considerar el contexto de una dieta no tiene sentido y no es muy diferente de la simple publicidad. Por desgracia, los médicos carecen del tiempo y los conocimientos nutricionales necesarios para desmontar tantas falacias encubiertas bajo la palabra estudio y, de paso, ayudar a los pacientes-consumidores a tomar decisiones informadas.

Sesgo de publicacion o sesgo de financiamiento? * Sign In to E-Mail or Save This * Print * Reprints * Share o Del.icio.us o Digg o Facebook o Newsvine o Permalink Article Tools Sponsored By By ERIC NAGOURNEY Published: November 13, 2007 Sesgo de publicacion o sesgo de financiamiento?


By ERIC NAGOURNEY

Published: November 13, 2007

Inhalers are an effective treatment for asthma and other respiratory diseases, but they can have adverse side effects. The conclusions of studies on these effects apparently depend in part on who pays for the study.

A review of more than 500 studies has found that independently backed studies of the inhalers, formally known as inhaled corticosteroids, are up to four times as likely to find adverse effects as studies paid for by drug companies. The paper appears in the Oct. 22 issue of The Archives of Internal Medicine.

Even randomized clinical trials — the “gold standard” for clinical research — were two and a half times as likely to find adverse effects if a drug company did not pay for the work. Moreover, when authors of studies with drug company financing did report adverse events, they were less likely than authors of independently backed studies to interpret them as clinically significant. But when the researchers did a statistical analysis that eliminated the effect of study design, the disparities were no longer apparent. This suggests that design features chosen before the study begins might lead to a certain kind of finding about adverse effects.

Reviews of drug-company backed studies of other drugs have found similar results.

Many medical journals now require authors to disclose their financial relationships. The senior author of the review, Dr. F. Javier Nieto, professor of population and health studies at the University of Wisconsin, recommended requiring “that the disclosure is made in the abstract, right up front.”

Resto del articulo en el NYT. Sin desperdicios.

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By ERIC NAGOURNEY

Published: November 13, 2007

Inhalers are an effective treatment for asthma and other respiratory diseases, but they can have adverse side effects. The conclusions of studies on these effects apparently depend in part on who pays for the study.

A review of more than 500 studies has found that independently backed studies of the inhalers, formally known as inhaled corticosteroids, are up to four times as likely to find adverse effects as studies paid for by drug companies. The paper appears in the Oct. 22 issue of The Archives of Internal Medicine.

Even randomized clinical trials — the “gold standard” for clinical research — were two and a half times as likely to find adverse effects if a drug company did not pay for the work. Moreover, when authors of studies with drug company financing did report adverse events, they were less likely than authors of independently backed studies to interpret them as clinically significant. But when the researchers did a statistical analysis that eliminated the effect of study design, the disparities were no longer apparent. This suggests that design features chosen before the study begins might lead to a certain kind of finding about adverse effects.

Reviews of drug-company backed studies of other drugs have found similar results.

Many medical journals now require authors to disclose their financial relationships. The senior author of the review, Dr. F. Javier Nieto, professor of population and health studies at the University of Wisconsin, recommended requiring “that the disclosure is made in the abstract, right up front.”

Resto del articulo en el NYT. Sin desperdicios.