En recién nacidos lactados al pecho es dudoso que un suplemento proteico sirva para frenar el ascenso de la bilirrubina durante la primera semana de vida


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Gourley GR, Li Z, Kreamer BL, Kosorok MR. A Controlled, Randomized, Double-Blind Trial of Prophylaxis Against Jaundice Among Breastfed Newborns. Pediatrics. 2005; 116: 385–91.

 

Revisores:
Albert Balaguer Santamaría. Unidad Neonatología y Servicio de Pediatría. Hospital Universitari Sant Joan. Universitat Rovira i Virgili. Reus (Tarragona). albert.balaguer@urv.net
Pilar Aizpurua Galdeano. ABS 7 La Salut. Badalona (Barcelona). 19353pag@comb.es

Términos clave en inglés: aspartic acid/administration & dosage; glucuronidase/antagonists & inhibitors; jaundice, neonatal/prevention & control
Términos clave en español: ácido aspartico: administración y dosificación; glucuronidasa: antagonistas e Inhibidores; ictericia neonatal: prevención y control

Fecha de recepción: 1 de febrero de 2006
Fecha de aceptación: 10 de febrero de 2006

Resumen estructurado:

Objetivo: evaluar, en recién nacidos (RN) alimentados al pecho, si la administración oral de inhibidores de la beta-glucuronidasa durante la primera semana de vida reduce los niveles de bilirrubina (Bi) (objetivo primario) y aumenta la excreción de Bi fecal (objetivo secundario) sin afectar negativamente a la lactancia materna (LM).

Diseño: ensayo clínico controlado y aleatorizado de intervención preventiva.

Emplazamiento: consulta hospitalaria y domicilio de familias de Winsconsin (USA).

Población de estudio: RN reclutados a través de gestantes de un único hospital.Criterios de inclusión: RN a término, sano, de raza blanca y con previsión de ser alimentado con LM exclusiva. El tamaño muestral se calculó para detectar una diferencia de 2 mg/dl en la Bi entre los grupos de estudio.

Intervención: sesenta y nueve RN fueron asignados aleatorizadamente para recibir: LM exclusivamente –19 RN–, suplemento de L ácido aspártico (Lasp) –17 RN–, de hidrolizado enzimático de caseína (HEC) –16 RN– o proteina sérica/caseína 60/40 (PS/C) –17 RN–. Los tres tipos de suplementos se administraron en forma líquida, a lo largo del día, en 6 tomas de 5 ml durante la toma al pecho o inmediatamente al acabarla. Los dos primeros tienen efecto inhibidor de la beta-glucuronidasa, el tercero, no. Los padres e investigadores ignoraban el suplemento administrado.

Medición del resultado: evaluación diaria durante la primera semana de vida de la Bi transcutánea medida con dos aparatos distintos (objetivo primario) y pigmentos biliares (Bi y mono y diglucoronato de Bi) contenidos en el total de las deposiciones (objetivo secundario). El seguimiento incluyó también la estimación de la ingesta de LM por método de doble pesada efectuada por los padres el 6º y 7º día y el peso del RN al finalizar el estudio. Posteriormente, se evaluaron, mediante encuesta retrospectiva, diferentes parámetros referentes a la introducción de suplementos y abandono de LM.

Resultados principales: en los 64 RN que finalizaron el estudio, el análisis mostró que los tres grupos suplementados (incluyendo el grupo de PS/C, que teóricamente no tiene efecto inhibidor enzimático) tuvieron niveles menores de Bi transcutánea que los de LM exclusiva entre los días 3 a 7. Concretamente, en el 4º día, que fue el de pico máximo de Bi, el descenso fue de un 75,8% para el grupo Lasp, 69,6% para el grupo HEC y 69,2% para el grupo PS/C, respecto la media del grupo LM (es decir: cifras entre 2-3 mg/dl más bajas en los tres grupos que el valor medio de 8,53 mg/dl que obtuvo el de LM exclusiva).

Respecto a la excreción de pigmentos biliares en las heces, los grupos que recibieron Lasp y PS/C presentaron valores de excreción totales significativamente mayores que el de LM. El control a la semana de vida con valoración de peso y estimación de ingesta de LM y el seguimiento posterior para evaluar duración de LM exclusiva e introducción de suplementos no mostró diferencias entre los cuatro grupos.

Conclusión: el uso de determinados suplementos líquidos conteniendo proteínas podría reducir los niveles de Bi alcanzados durante la primera semana de vida en RN con LM y sin otros factores de riesgo.

Comentario crítico:

Justificación: a pesar de todos sus beneficios, la LM es un factor de riesgo para la ictericia neonatal. En los últimos años se ha descrito en países occidentales un repunte de los casos de kernícterus que se ha relacionado con una actitud menos enérgica con la ictericia neonatal. Una parte de ellos tenían la LM exclusiva como único antecedente1.

Ya que la beta-glucuronidasa promueve la circulación enterohepática aumentando los niveles de bilirrubinemia, se postula que inhibidores de dicha enzima podrían limitar su ascenso.

Validez o rigor científico: el estudio presenta algunos problemas metodológicos que podrían llegar a cuestionar, al menos en parte, su validez. A pesar de parecer correctamente aleatorizado, no se especifica si la secuencia de aleatorización fue oculta. Asimismo hay datos acerca de la homogeneidad basal de los grupos que, por su posible influencia sobre el desarrollo de ictericia1, deberían haberse detallado: por ejemplo, hermanos previos con ictericia, presencia de hematomas, diabetes gestacional, etc. Aunque el manejo de los RN a lo largo del estudio, al margen de la intervención, parece idéntico, algunos aspectos como el número de tomas diarias (cuyo aumento actúa como factor protector) no se describe adecuadamente. Pero el punto más problemático está en aceptar que se trata de un diseño doble ciego, como indican los autores: aunque los 3 grupos que recibieron suplemento podían ser comparables y estaban cegados, el que recibió únicamente LM no pudo ser cegado (al menos para los padres) ni resultaba estrictamente comparable (no recibía 30 ml diarios de líquido extra). Por lo tanto, los resultados diferentes de este grupo, no pueden ser atribuidos con seguridad a las sustancias activas administradas. De hecho, inesperadamente, la PS/C (sin actividad antiglucuronidasa conocida) resultó ser tan efectiva como las otras dos.

Dado el escaso número de pérdidas en el seguimiento, el análisis de los resultados por protocolo que efectúan los autores, no altera esencialmente los resultados encontrados. Por último, los autores concluyen que la recepción de suplementos no alteró la continuidad de la LM. Sin embargo, es posible que el pequeño número de participantes, las pérdidas y un posible efecto placebo expliquen la ausencia de diferencias.

Relevancia clínica: encontrar una sustancia que, sin interferir en la LM, previniera la ictericia significativa, podría ser útil en RN con factores de riesgo o con Bi en ascenso. Sin embargo el presente estudio no permite obtener conclusiones definitivas.

Por otro lado, el valor medio de Bi encontrado en el pico del día 4 en el grupo de LM exclusiva (8,53 mg/dl) está muy por debajo del riesgo de kernicterus en RN a término sanos; y el descenso observado en los grupos de ensayo (entre 2-3 mg/dl) aunque es estadísticamente significativo, no parece clínicamente relevante.

Aplicabilidad en la práctica clínica: éste debería considerarse como un estudio piloto en la búsqueda de una sustancia capaz de prevenir hiperbilirrubinemia significativa en pacientes de riesgo. Algunos aspectos metodológicos no permiten asegurar que el efecto obtenido fue debido a la sustancia activa (quizás agua o suero fisiológico podrían haber tenido el mismo)2. Y aunque la intervención estudiada produjera un menor ascenso de la Bi en niveles bajos, no es seguro que actuara igual sobre niveles altos (cuando realmente sería útil). La elaboración de un estudio que incluyera un brazo sometido a placebo líquido, podría clarificar más las incógnitas abiertas.

De momento lo razonable parece seguir las recomendaciones de las sociedades científicas que incluyen el fomento de la LM (con el número de tomas suficiente) y un control clínico adecuado que tenga en cuenta los factores de riesgo de ictericia relevante bien identificados hasta el momento.

Bibliografía:

  1. American Academy of Pediatrics Subcommittee on Hyperbilirubinemia. Management of hyperbilirubinemia in the newborn infant 35 or more weeks of gestation. Pediatrics. 2004; 114: 297-316.
  2. Mehta S, Kumar P, Narang A. A randomized controlled trial of fluid supplementation in term neonates with severe hyperbilirubinemia. J Pediatr. 2005;147: 781-5.

Como citar este artículo:

Balaguer Santamaría A, Aizpurua Galdeano P. En recién nacidos lactados al pecho es dudoso que un suplemento proteico sirva para frenar el ascenso de la bilirrubina durante la primera semana de vida. Evid Pediatr. 2006; 2:2.

La lactancia materna no es protectora contra asma y alergia


Para evaluar si la lactancia materna exclusiva y prolongada disminuye el riesgo de asma y alergia en la niñez hasta la edad de 6.5 años, investigadores en Montreal y Belarus llevaron a cabo un estudio anidado randomizado en 31 hospitales maternos de Belarus y sus policlínicas afiliadas, involucrando a 17046 parejas madre-hijo, siguiendo a 81.5% hasta la edad de 6.5 años.

Ellos encontraron: “La intervención experimental condujo a un gran incremento en lactancia materna exclusiva a 3 meses (44.3% vs 6.4%) y una prevalencia significativamente mayor de lactancia materna en todas las edades hasta e incluyendo los 12 meses. El grupo experimental no tuvo disminución en riesgos de síntomas y diagnósticos alérgicos o en pruebas cutáneas positivas. De hecho alérgicos, luego de la exclusión de tres lugares (3 experimentales y 3 controles) con tasa sospechosamente altas de pruebas cutáneas positivas, los riesgos aumentaron significativamente en el grupo experimental para cuatro de los cinco antígenos.”

Los investigadores concluyeron: “Estos resultados no apoyan un efecto protector de lactancia materna exclusiva y prolongada sobre asma o alergia.”

¿Quizás es el tipo de leche?

BMJ 2007;335:815 (20 Octubre), doi:10.1136/bmj.39304.464016.AE © 2007 BMJ Publishing Group.

Efecto de lactancia materna prolongada y exclusiva sobre el riesgo de alergia y asma: ensayo anidado randomizado. Michael S Kramer, Lidia Matush, Irina Vanilovich, Robert Platt, Natalia Bogdanovich, Zinaida Sevkovskaya, Irina Dzikovich, Gyorgy Shishko, Bruce Mazer, para Promotion of Breastfeeding Intervention Trial (PROBIT) Study Group. Correspondencia a: M S Kramer michael.kramer@mcgill.ca

Con breves sesiones de educación sanitaria pueden aumentarse las tasas de lactancia materna exclusiva


Referencia: Su LL, Chong YS, Chan YH, Chan YS, Fok D, Tun KT, et al. Antenatal education and postnatal support strategies for improving rates of exclusive breast feeding: randomised controlled trial. BMJ. 2007;335:596.

Revisores:
María Aparicio Rodrigo, CS Entrevías, Área 1, Madrid (España). Correo electrónico: maparicio.gapm01@salud.madrid.org.
Albert Balaguer Santamaría. Unidad de Neonatología y Servicio de Pediatría. Hospital Universitari Sant Joan. Universitat Rovira i Virgili, Reus-Tarragona (España). Correo electrónico: albert.balaguer@urv.net

Términos clave en inglés: breast Feeding: statistics & numerical data; patient education: methods; postnatal care: methods; pregnancy outcome; prenatal care: methods;social support; randomized controlled trial
Términos clave en español: lactancia materna, estadísticas; métodos de educación a los pacientes; cuidados postnatales; resultados del embarazo; cuidados prenatales; ayuda social; ensayo clínico aleatorizado controlado

Fecha de recepción: 6 de noviembre de 2007
Fecha de aceptación: 9 de noviembre de 2007

Resumen estructurado

Objetivo: investigar si la educación en relación a la lactancia materna (LM) antes del parto o el soporte a la LM postnatal, de forma independiente, mejora las tasas de lactancia materna exclusiva (LME) durante el primer semestre de vida del recién nacido (RN) frente a la atención hospitalaria rutinaria de la puérpera.

Diseño: ensayo clínico aleatorizado y controlado.

Emplazamiento: un hospital terciario en Singapur.

Población de estudio: cuatrocientas cincuenta embarazadas controladas en las consultas externas hospitalarias, con más de 34 semanas de gestación en el momento del parto, con intención de ofrecer LM al RN y sin enfermedades que contraindicasen la misma. Se excluyeron los embarazos múltiples y otros embarazos de alto riesgo. Las madres se distribuyeron de forma aleatoria, mediante un sistema de asignación informático, en tres grupos: G1, formado por 151 madres que recibieron la atención obstétrica habitual, que incluía clases opcionales de preparación al parto con información sobre alimentación; G2, que incluyó 150 madres que, además de la atención obstétrica habitual, recibieron una sesión antenatal sobre LM (vídeo de 16 minutos de duración, y entrevista opcional de 15 min. con educador) y G3, que incluyó a 149 madres que, además de la atención obstétrica habitual, recibieron dos sesiones postnatales sobre LM (30 minutos de duración cada una) a los 2-3 días y a los 7-14 días postparto.

Medición del resultado: se tomó como variable principal el número de madres con LME al alta hospitalaria, a las dos y seis semanas postparto (datos recogidos, mediante un cuestionario estandarizado que rellenó la madre, en casa o en la consulta) y a los tres y seis meses postparto (datos recogidos mediante entrevista telefónica). Como variable secundaria se analizó el número de madres con algún aporte de LM en los mismos periodos de tiempo.

Resultados principales: un porcentaje significativamente superior de madres que recibieron educación postnatal (G3) proporcionó LME en relación con el grupo control (G1) a las dos semanas (riesgo relativo [RR]: 1,82; intervalo de confianza del 95% [IC 95%]: 1,14-2,90 y número necesario de pacientes a tratar [NNT] :6, IC 95%: 4-17); a las seis semanas, (RR: 1,85; IC 95%: 1,11-3,09 y NNT: 7; IC 95%: 4-24); a los 3 meses (RR: 1,87; IC 95%: 1,03-3,41 y NNT: 9, IC 95%: 5-60) y a los 6 meses (RR: de 2,12; IC 95%: 1,03-4,37 y NNT: 11; IC 95%: 6-80). También se encontró un porcentaje significativamente superior de madres con LME en el grupo que recibió educación antenatal (G2) frente al control (G1) a las seis semanas (RR: 1,73; IC 95%: 1,04-2,90 y NNT: 8; IC 95%: 5-41), a los 3 meses (RR: 1,92; IC 95%: 1,07-3,48 y NNT: 9; IC 95%: 5-43) y a los seis meses postparto (RR 2,16; IC 95%: 1,05-4,43 y NNT: 10; IC 95%: 6-60). No se encontraron diferencias significativas en este aspecto entre el grupo con educación prenatal y el grupo con educación postnatal (G2 y G3).
Al analizar las madres que proporcionaron algún aporte de LM, incluyendo casos con LME, solo se encontraron diferencias significativas entre las madres con educación postnatal (G3) y el grupo control (G1) a las seis semanas de vida (RR 1,19; IC 95%:1,05-1,36; NNT: 8; IC 95%: 5-26), y entre el grupo de educación postnatal (G3) y el grupo de educación prenatal (G2), también a las seis semanas de vida (RR: 1,16;IC 95%: 1,02-1,31; NNT: 9 (IC 95%: 5-60).

Conclusión: el apoyo educativo a las madres en relación con la LM, tanto si se realiza antes como después del parto, mejora la proporción de madres que mantiene la LME a los seis meses de vida del RN. Una educación postnatal de dos sesiones podría ser más efectiva que una única sesión prenatal para conseguir esta mejoría.

Conflicto de intereses: no declarado.

Fuente de financiación: Grupo Nacional para el Cuidado de la Salud (Singapur).

Comentario crítico

Justificación: organismos como la Asociación Española de Pediatría1, la Organización Mundial de la salud2 o la Academia Americana de Pediatría3 recomiendan la LME durante los seis primeros meses de vida. Sin embargo, el cumplimiento de estas recomendaciones es escaso. Estudios recientes apuntan hacia la educación para la promoción de la LM como el factor más influyente en el mantenimiento de la misma. Hasta el momento había evidencia sobre su efecto sobre el mantenimiento en el tiempo o sobre el número de madres que inician la LM4, pero no sobre el efecto sobre las tasas de LME a los seis meses que es lo que se propone determinar este estudio.

Validez o rigor científico: se trata de un estudio bien diseñado. La asignación de grupos se hizo de forma aleatorizada con adecuada ocultación de la secuencia. Los tres grupos fueron similares en cuanto a raza, edad materna, paridad, nivel educativo, empleo, ingresos, baja maternal, estructura familiar, experiencia previa con LM (aunque no se especifica con qué grado de éxito) y asistencia a las clases de preparación antenatal (que fue baja: media de 7%). Los datos fueron procesados de forma correcta por evaluadores cegados. Hubo un número de madres perdidas para el seguimiento considerable (18%), aunque no superaron el 20% convencionalmente admitido. El porcentaje de pérdidas, correctamente especificado, fue similar en los tres grupos. Además de los resultados ya expresados evaluados según intención de tratar, se realizó un análisis de sensibilidad asumiendo la peor de las posibilidades (abandono de la LM en todas las madres perdidas para el seguimiento) que mostró unos resultados similares a los anteriores, salvo la desaparición de las diferencias significativas entre G3 y G1 a los tres y seis meses. Desconocemos la influencia ejercida por otros profesionales sanitarios en los seis meses posteriores al parto.

Interés o pertinencia clínica: se demuestra que con medidas sencillas, como unas sesiones formativas breves (antes o después del parto) se puede aumentar de forma notable la adhesión a la LM. La comparación a los seis meses del parto de los porcentajes de LME (G1: 9%, G2 y G3: 19%) y de cualquier LM (G1: 34%, G2: 43% y G3: 40%), dan una idea clara del posible beneficio de ambas intervenciones, que resulta muy similar. Hay que destacar que las intervenciones comparadas fueron muy distintas. Así, en G2 se trataba de una sola sesión aparentemente comunitaria que incluía video, mientras que en G3 se trató de dos sesiones separadas en el tiempo y probablemente individuales, aunque este extremo no se especifica. En conjunto, cada madre en G3 recibía aproximadamente el doble de tiempo y probablemente personalizado. Si se asume una práctica equivalencia en los resultados, se deduce que la intervención formativa efectuada en el periodo pre-parto parece más eficiente en términos de tiempo y personal dedicado.

Aplicabilidad en la práctica clínica: este estudio confirma el valor de la educación para la promoción de la LM con objeto de conseguir que ésta se prolongue el máximo posible en el tiempo. En este sentido, dos sesiones separadas después del parto pueden ser algo más efectivas que una sola en el preparto. Sin embargo, sin olvidar la importancia de las medidas post-parto en las que los pediatras debemos seguir insistiendo, parece que las sesiones previas al parto podrían resultar más eficientes en términos de personal y tiempo de dedicación.
Con todo, con las intervenciones descritas, las tasas de LM conseguidas a los seis meses (alrededor de un 40%) aunque son superiores a las nuestras (7-30% de LM a los seis meses)1, son distantes de las de los países con mejores resultados como Escandinavia (más del 70%)5, lo que sugiere que además de esta intervención son necesarias otras de tipo sanitario, social y político.

Bibliografía

  1. Pallás Alonso CR. Promoción de la lactancia materna. Actividades preventivas y de promoción de la salud recomendadas para la infancia y la adolescencia.Grupo de Trabajo PrevInfad de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap) y a su vez del Programa de Actividades Preventivas y de Promoción de la Salud (PAPPS-semFYC) [en línea] [consultado: 8-XI-2007]. Disponible en: http://www.aepap.org/previnfad/pdfs/previnfad_lactancia.pdf
  2. Ross J, Piwoz E. Exclusive breastfeeding recommendation unchaged. Bull World Health Organ. 2005 Nov; 83 (11): 878.
  3. Gartner LM, Monton J, Lawrence RA, Naylor AJ, O´Hare D, Schanler RJ, et al. American Academy of Pediatrics Section on BreastFeeding. Breastfeeding and the use of human milk. Pediatrics 2005; 115: 496-506.
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  5. Michaelsen KF Nutrition and growth during infancy. The Copenhagen Cohort Study. Acta Paediatr. 1997; 86:1-36.

Cómo citar este artículo

Aparicio Rodrigo M, Balaguer Santamaría A. Con breves sesiones de educación sanitaria pueden aumentarse las tasas de lactancia materna exclusiva. Evid Pediatr. 2007;3:93.

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Relaciones entre pediatras y las compañías fabricantes de leche artificial infanti


Traduccion del Del Boletín semanal del Centro de Recursos de la red IBFAN de
América Latina y el Caribe Año 4 – N° 167. 23 de Agosto de 2006


Realizado por el Area de Comunicaciones de Lacmat para Ibfan-Alc
1979 – 2006 —- 27 años en defensa de la Lactancia Materna —-

L T Weaver. Relaciones entre pediatras y las compañías fabricantes de leche artificial infantil Arch. Dis. Child 2006;91;386-387 .doi:10.1136/adc.2004.069062

La leche materna es la mejor opción pero no siempre está disponible. Es posible que la colaboración entre los/as pediatras y los fabricantes de leche artificial se traduzca en alternativas seguras a la leche materna.

La lactancia materna es parte de un proceso de nutrición del/a recién nacido/a desde el útero hasta el destete. La OMS recomienda que la madre amamante al/a lactante durante al menos seis meses y posteriormente introduzca alimentos complementarios como ser la leche de vaca o la leche artificial. Algunos/as lactantes prematuros o con enfermedades específicas y problemas de índole quirúrgica requieren una alimentación especial desde el
día en que nacen, en especial cuando la leche materna extraída no está disponible. Algunas madres escogen no amamantar a sus hijos/as y pueden proporcionales un sucedáneo de la leche materna segura.

Sería lindo pensar que no existe necesidad alguna de proporcionar alimentos artificiales, que todas las madres albergarán en sus vientres a lactantes saludables que ellas  amamantarán con éxito y que serán destetados/as de manera segura mediante la utilización de alimentos complementarios. Pero no vivimos en un mundo ideal. Vivimos en un mundo complejo y en constate cambio, el cual incluye elecciones, posibilidades y duros contrastes entre ricos y pobres. La malnutrición y los problemas de crecimiento afectan a muchos/as lactante en los países en vías de desarrollo durante esta etapa de transición,

1; la lactancia materna exclusiva desde el nacimiento es un componente central de las estrategias internacionales destinadas a reducir la morbi-mortalidad infantil temprana.

2. No obstante ello, existen distintas opiniones acerca de la duración óptima de la lactancia

3 y el momento de la introducción de los alimentos complementarios, y si éstos deben ser iguales para todos/as los/as lactantes del mundo. Reconociendo la importancia de una orientación sensata durante este crítico período, el UNICEF y la OMS han publicado reseñas

4 y recomendaciones.

5  HISTORIA DE LA ALIMENTACIÓN INFANTIL
Damos por sentado la existencia de leches artificiales seguras y nos olvidamos del terrible destino de los/as lactantes que no fueron amamantados/as en el pasado. En 1790, el hospital de maternidad de Dublín daba cuenta de una mortalidad del 99% de los/as lactantes que no eran amamantados por sus madres, y el ”deseo de leche materna” era la causa principal. Hans Sloane había demostrado, en 1741,que la alimentación ”seca’ con sucedáneos como ser la leche de vaca y otras bebidas significaba una sentencia de muerte y que recurrir a una nodriza rara vez resultaba una mejor opción. Los/as médicos/as a cargo del cuidado del/a recién nacido hacían reiterado hincapié en la importancia de la lactancia materna y
advertían acerca de las terribles consecuencias de proporcionar alternativas.

6 La alta tasa de mortalidad infantil de alrededor de 150 muertes cada 1.000 nacidos vivos que se mantuvo en toda Europa durante el siglo diecinueve estaba asociada al marasmo, la deficiencia nutricional y la diarrea, y se centraba en la alimentación de los/as lactantes. En Derby, por ejemplo, a comienzos del siglo veinte la tasa de mortalidad infantil era tres veces más elevada con la alimentación artificial que con la alimentación natural. Continue reading Relaciones entre pediatras y las compañías fabricantes de leche artificial infanti

Papel protector de la lactancia materna en las infecciones de la infancia: análisis crítico de la metodología de estudio


Papel protector de la lactancia materna en las infecciones de la infancia: análisis crítico de la metodología de estudio

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Autor:
José María Paricio Talayero. Servicio de Pediatría. Hospital Marina Alta, Denia. Alicante (España). Diplomado en Diseño y Estadística en Ciencias de la Salud. Comité de Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría. Correo electrónico: pariciojm@terra.es

Términos clave en inglés: breast feeding; gastroenteritis; respiratory tract infections; hospitalization
Términos clave en español: lactancia materna; gastroenteritis; infecciones del tracto respiratorio; hospitalización

Fecha de recepción: 10 de Agosto de 2007
Fecha de aceptación: 22 de Agosto de 2007

Immunisation is preventive medicine par excellence. If a new vaccine became available that could prevent 1 million or more child deaths a year, and that was moreover cheap, safe administered orally, and required no cold chain, it would become an immediate public health imperative. Breastfeeding could do all this and more, but it requires its own “warm chain” of support –that is, skilled care for mothers to build their confidence and show them what to do, and protection from harmful practices. If this warm chain has been lost from the culture, or is faulty, then it must be made good by health services.
………………..

Policy makers need to understand that provision of a warm chain for breastfeeding is a valuable as provision of a cold chain for vaccines and likewise requires adequate resources.
A warm chain for breastfeeding.1
The Lancet, 1994; 344: 1239-41.

 

Duración óptima de la lactancia materna exclusiva


Duración óptima de la lactancia materna exclusiva (Revisión Cochrane traducida)

Kramer MS, Kakuma R

 

Fecha de la modificación significativa más reciente: 21 de noviembre de 2001. Las revisiones Cochrane se revisan regularmente y se actualizan si es necesario.

RESUMEN EN TÉRMINOS SENCILLOS

La lactancia materna exclusiva durante seis meses no retarda el crecimiento del niño, sino que reduce las infecciones gastrointestinales, demora el regreso de la fertilidad y ayuda a la madre a perder peso

Con frecuencia, luego de tres o cuatro meses se introducen otros alimentos para bebés con lactancia materna exclusiva por considerarse que la lactancia resulta nutricionalmente inadecuada. Sin embargo, la revisión de estudios clínicos y otros estudios determinó que la lactancia materna exclusiva durante seis meses presenta ventajas en relación con la alimentación mixta luego de tres a cuatro meses en países desarrollados y en vías de desarrollo. Entre estas ventajas se incluyen la menor incidencia de infecciones gastrointestinales, la demora en el regreso de la fertilidad y la pérdida de peso de la madre. No se ha mostrado ninguna reducción de otras infecciones o enfermedades alérgicas. El crecimiento de bebés con lactancia materna exclusiva durante seis meses no se ve afectado, aunque pueden existir niveles de hierro más bajos.

 

RESUMEN

Antecedentes:

Si bien los beneficios de la lactancia son ampliamente reconocidos, las opiniones y recomendaciones sobre la duración óptima de la lactancia materna exclusiva se encuentran marcadamente divididas. Gran parte del debate se ha centrado en el denominado “dilema del destete” en los países en vías de desarrollo: la opción entre el conocido efecto protector de la lactancia materna exclusiva contra la morbilidad infecciosa y la insuficiencia (teórica) de la leche materna para satisfacer por sí sola las necesidades de energía y micronutrientes del lactante a partir de los cuatro meses de edad. El debate sobre la conveniencia de recomendar la lactancia materna exclusiva de cuatro a seis meses versus “alrededor de seis meses” recientemente se ha convertido en un debate acalorado y áspero.

Objectivos:

El objetivo principal de esta revisión fue evaluar los efectos de la lactancia materna exclusiva durante seis meses sobre la salud, el crecimiento y el desarrollo del niño y la salud materna versus la lactancia materna exclusiva durante tres a cuatro meses con lactancia mixta (introducción de líquidos o alimentos sólidos complementarios a la lactancia) hasta los seis meses. Un objetivo secundario consistió en evaluar los efectos de la prolongación de la lactancia materna exclusiva (más allá de los seis meses) sobre la salud del niño y la madre versus la lactancia materna exclusiva por seis meses seguida de una lactancia mixta de allí en adelante.

Estrategia de búsqueda:

Se llevaron a cabo dos búsquedas independientes de literatura, que juntas comprenden las siguientes bases de datos: MEDLINE (a partir de 1966), Index Medicus (anterior a 1966), CINAHL, HealthSTAR, BIOSIS, Resúmenes de CAB, EMBASE-Medicina, EMBASE-Psicología, Econlit, Index Medicus para la Región Mediterránea Oriental de la OMS (Index Medicus for the WHO Eastern Mediterranean Region), Index Medicus Africano (African Index Medicus), Literatura de Latinoamérica y el Caribe (Lilacs), Revisiones EBM-Best Evidence, Base de Datos Cochrane de Revisiones Sistemáticas (Cochrane Database of Systematic Reviews) (La Biblioteca Cochrane Número 3, 2000) y Registro Cochrane de Estudios Clínicos Controlados (Cochrane Controlled Trials Register) (La Biblioteca Cochrane Número 3, 2000). No se impusieron restricciones de idioma. Las dos búsquedas arrojaron un total de 2.668 citas únicas. Los contactos con expertos en el área aportaron estudios publicados y no publicados adicionales.

Criterios de selección:

Seleccionamos todos los estudios clínicos controlados internamente y los estudios observacionales que comparaban los resultados en la salud infantil o materna de la lactancia materna exclusiva durante 6 o más meses versus la lactancia materna exclusiva durante un mínimo de tres a cuatro meses con continuación de lactancia mixta hasta los seis meses como mínimo. Los estudios se estratificaron según el diseño (estudios clínicos controlados versus estudios observacionales), el origen (países en vías de desarrollo versus países desarrollados) y el tiempo determinado para la administración de los grupos de alimentación comparados (de tres a siete meses versus un tiempo más prolongado).

Recopilación y análisis de datos:

Dos revisores evaluaron en forma independiente la calidad del estudio (aplicando criterios de evaluación a priori) y extrajeron los datos.

Resultados principales:

Mediante la búsqueda de literatura se identificaron veinte estudios independientes que cumplían con los criterios de selección: nueve provenientes de países en vías de desarrollo (dos de los cuales eran estudios clínicos controlados realizados en Honduras) y 11 de países desarrollados (todos estudios observacionales). Ninguno de los dos estudios clínicos recibieron calificaciones de calidad metodológica altas pero, a pesar de ello, ambos fueron superiores a cualquiera de los estudios observacionales incluidos en esta revisión. Los estudios observacionales eran de calidad diversa; además, sus diseños no experimentales no pudieron excluir las fuentes potenciales de los sesgos de confusión y selección. Las definiciones de lactancia materna exclusiva varían considerablemente entre los distintos estudios. Ni los estudios clínicos ni los estudios observacionales sugieren que los lactantes que siguen alimentándose exclusivamente de leche materna durante seis meses presentan déficit en el aumento de peso o talla, aunque sería necesario contar con tamaños muestrales más grandes para descartar diferencias modestas en el riesgo de desnutrición. Los datos son contradictorios en relación con el estado del hierro pero, al menos en ciertos lugares de países en vías de desarrollo donde las reservas de hierro de los recién nacidos pueden estar por debajo del nivel óptimo, sugieren que la lactancia materna exclusiva sin un aporte complementario de hierro durante seis meses podría comprometer el estado hematológico. Según el análisis observacional de un estudio aleatorizado de gran número de pacientes realizado en Bielorrusia, los lactantes que siguen con lactancia materna exclusiva durante seis meses o más parecen correr un riesgo significativamente menor de experimentar uno o más episodios de infección gastrointestinal. No se ha podido demostrar una reducción significativa en el riesgo de asma y eccema atópicos u otros resultados atópicos en estudios de Finlandia, Australia y Bielorrusia. Los datos de los dos estudios clínicos hondureños sugieren que la lactancia materna exclusiva durante seis meses se asocia con una reanudación tardía de la menstruación y una pérdida de peso postparto más rápida en la madre.

Conclusiones de los revisores:

No encontramos evidencia objetiva del “dilema del destete”. Los lactantes con lactancia materna exclusiva durante seis meses experimentan menos morbilidad por infecciones gastrointestinales que aquellos que reciben lactancia mixta a partir de los tres o cuatro meses. No se ha demostrado la existencia de déficit de crecimiento entre los lactantes de países en vías de desarrollo o desarrollados con lactancia materna exclusiva por un período de seis meses o más. Por otra parte, las madres de dichos lactantes tienen una amenorrea de la lactancia más prolongada. Si bien los lactantes aún deben considerarse en forma individual para que no se ignore el crecimiento insuficiente u otros resultados adversos y se brinden intervenciones apropiadas, la evidencia disponible no muestra ningún riesgo evidente en recomendar, como política general, la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida en lugares que pertenezcan a países en vías de desarrollo y países desarrollados. Se recomienda realizar estudios aleatorizados de gran número de pacientes en ambos tipos de lugares para descartar efectos de pequeña magnitud sobre el crecimiento y para confirmar los beneficios sanitarios reportados de la lactancia materna exclusiva durante seis meses o más.

Esta revisión debería citarse como: Kramer MS, Kakuma R. Duración óptima de la lactancia materna exclusiva (Revisión Cochrane traducida). En: La Biblioteca Cochrane Plus, número 3, 2007. Oxford, Update Software Ltd. Disponible en: http://www.update-software.com. (Traducida de The Cochrane Library, 2007 Issue 3. Chichester, UK: John Wiley & Sons, Ltd.).