Calculo del riesgo de osteoporosis


La OMS ha desarrollado la herramienta online Fracture Risk Assessment Tool (FRAXTM) para la valoración del riesgo de fractura de los pacientes. Es una versión beta.

Los algoritmos de FRAXTM da la probabilidad a los 10 años de fractura. El resultado es la probabilidad a los 10 años de fractura de cadera y de fractura mayor osteoporótica (columna, antebrazo, cadera y espalda).

Información obtenida del blog davidrothman.net

Fuente: BiblioGETAFE

Bebidas azucaradas y riesgo de gota


Bebidas azucaradas y riesgo de gota

Choi HK, Curhan G. Soft drinks, fructose consumption, and the risk of gout in men: prospective cohort study. BMJ 2008; 336: 309-312.  R   TC   PDF

Introducción

La gota es la artritis inflamatoria más frecuente en los varones y su prevalencia va en aumento en EEUU. La fructosa aumenta los niveles séricos de ácido úrico y en los últimos años ha aumentado de forma importante el consumo de bebidas azucaradas, por lo que es posible que los dos fenómenos estén relacionados.

Objetivo

Estudiar de forma prospectiva la relación entre el consumo de bebidas azucaradas y de fructosa con la incidencia de gota.

Perfil del estudio

Tipo de estudio: Estudio de cohortes

Área del estudio: Causa

Ámbito del estudio: Comunitario

Métodos

El Health Professionals Follow-up Study es un estudio de cohortes prospectivo que se inició en 1986 y que incluyó a 51.529 profesionales sanitarios varones de 40-75 años. Cada 2 años se les envía un cuestionario para actualizar los datos sobre el estilo de vida y recoger información sobre los nuevos diagnósticos aparecidos en ese periodo de tiempo.

Se incluyó en este análisis a los participantes que completaron las preguntas del cuestionario sobre la ingesta de bebidas azucaradas y que no tenían antecedentes de gota en la evaluación inicial. Cada 4 años se les envía un cuestionario de frecuencia de consumo de alimentos que incluye preguntas sobre la frecuencia de consumo de bebidas azucaradas, bebidas light y zumos de fruta. En el cuestionario bienal también se incluyen preguntas sobre si el participante había recibido un diagnóstico de gota. En caso afirmativo, se les enviaba un cuestionario complementario para saber si reunían los criterios del American College of Rheumathology. La variable de resultado principal fue el diagnóstico nuevo de gota que cumpliese 6 de los 11 criterios de la escala.

La incidencia de gota de cada periodo de 4 años se relacionó con el consumo de bebidas azucaradas declarado en el cuestionario anterior. Éste se clasificó en los siguientes estratos: <1 raciones al mes, de 1 al mes a 1 a la semana, 2-4 a la semana, 5-6 a la semana, 1 al día y ≥2 al día. El consumo de fructosa se clasificó en quintiles de porcentaje del consumo calórico total. Como posibles variables de confusión se analizó el consumo de cafeína y de lácteos, la ingesta calórica, los porcentajes de ésta derivados de las proteínas o los carbohidratos, la ingesta de vitamina C y de alcohol y otras variables no dietéticas.

Resultados

Se incluyeron en el estudio 46.393 participantes (fig. 1) entre los que se diagnosticaron 755 nuevos casos de gota. El consumo de bebidas azucaradas mostró una relación directa con la ingesta de cafeína, fructosa, carnes, lácteos no desnatados y una relación inversa con el consumo de lácteos desnatados y con la edad. En cambio, el consumo de fructosa libre presentaba una relación inversa con el IMC y la ingesta de alcohol, cafeína, carnes y lácteos no desnatados.

El consumo de bebidas azucaradas se asoció a un mayor riesgo de desarrollar gota (fig. 2) que se mantuvo al ajustar el análisis por el consumo de cafeína, pero dejó de ser significativa cuando se ajusto por el consumo de fructosa total. El consumo de bebidas light no mostró ninguna relación con el desarrollo posterior de gota.

El consumo total de fructosa también se relacionó con un mayor riesgo de gota (fig. 3), que se incrementó cuando se ajustó por la ingesta total de azúcares.

También se encontró una relación entre el número de vasos de zumo consumidos y el riesgo de desarrollar gota, de forma que los que consumían ≥2 vasos al día tenían un RR de 1,81 (IC95% 1,12 a 2,93) respecto a los que consumían < 1vaso al mes. El consumo de naranjas y manzanas también se asoció a un mayor riesgo de gota. Los que comían 1 pieza al día tenían un riesgo relativo de 1,64 (IC95% 1,05 a 2,56) respecto a los que comían <1 pieza al mes. En el análisis por subgrupos las asociaciones se mantenían independientemente del IMC, el consumo de alcohol y el consumo de lácteos.

Conclusiones

Los autores concluyen que el consumo de refrescos azucarados y de bebidas ricas en fructosa incrementan el riesgo de desarrollar gota y que es probable que el consumo de frutas también lo haga. En cambio, no se detectó ninguna asociación con las bebidas light.

Conflictos de interés

Ninguno declarado. Financiado por los National Institutes of Health.

Comentario

La gota es un problema clínico frecuente, que afecta a un 1% de los varones y en menor proporción a la mujer (razón varones mujeres 9:1). La hiperuricemia es un factor necesario, pero no suficiente para desencadenar una artritis gotosa. Otros factores que se asocian a un mayor riesgo de gota son la HTA, la utilización de diuréticos, la obesidad y el abuso de alcohol.

El ácido úrico es un producto del metabolismo de las purinas. En otros mamíferos, los niveles séricos de ácido úrico son extremadamente bajos (<1 mg/dL) por la acción de la enzima urato oxidasa, cuyo gen ha mutado en los grandes simios (y en el hombre) convirtiéndola en inactiva. Por lo tanto, no es de extrañar que se haya detectado una asociación positiva entre el consumo de carne y pescado y las cifras de uricemia. Por otro lado, se ha detectado una relación inversa con el consumo de lácteos.

Los hallazgos de este estudio son menos evidentes a priori. Sus resultados parecen sólidos dado el carácter prospectivo del estudio y la coherencia interna de los mismos. Por otro lado, en otros estudios se ha detectado la misma asociación y existe evidencia experimental de que la administración de fructosa eleva los niveles séricos de ácido úrico.

Los incrementos de riesgo detectados son comparables a los que produce el abuso de alcohol, por lo que parece prudente recomendar la reducción del consumo de refrescos azucarados y de zumos de fruta a los pacientes con antecedentes de gota, máxime teniendo en cuenta que su consumo también se asocia a un mayor riesgo de desarrollar un síndrome metabólico.

Bibliografía

  1. Terkeltaub RA. Gout. N Engl J Med 2003; 349: 1647-1655.   TC (s)   PDF (s)
  2. Eggebeen AT. Gout: An Update. Am Fam Physician 2007; 76: 811-812.   TC   PDF
  3. Underwood M. Sugary drinks, fruit, and increased risk of gout. BMJ 2008; 336: 285-286.   TC (s)   PDF (s)

Autor

Manuel Iglesias Rodal. Correo electrónico: mrodal@menta.net.

El riesgo de complicaciones isquémicas mayores en pacientes con antecedentes de infarto agudo de miocardio e isquemia silente es menor en los sometidos a angioplastia que en los tratados con fármacos


 
Erne P, Schoenenberger AW, Burckhardt D, Zuber M, Kiowski W, Buser PT, et al.
Effects of percutaneous coronary interventions in silent ischemia after myocardial infarction: the SWISSI II randomized controlled trial
JAMA 2007; 297: 1985-1991.
PREGUNTA CLÍNICA ¿Qué tratamiento es mejor para la isquemia silente, el médico o el quirúrgico?
ANTECEDENTES

La patología cardíaca continúa siendo la principal causa de mortalidad en los países desarrollados a pesar de todas las mejoras que se han producido en el tratamiento; sin embargo, aunque se ha conseguido aumentar la edad de presentación, la incidencia no ha mejorado. Esto unido a la mayor supervivencia de los pacientes que han sufrido previamente un episodio, hace que la prevalencia vaya en aumento.

No existe evidencia clara que demuestre qué tratamiento es el mejor, y menos aún cuando nos encontramos ante cuadros que cursan de forma asintomática como es la isquemia cardíaca silente, por lo que es primordial estudiar las posibilidades diferentes de tratamiento tanto médico como de cualquier tipo que mejore el pronóstico de los pacientes.
POBLACIÓN ESTUDIADA Y ÁMBITO DE ESTUDIO

Pacientes con infarto en los 3 meses previos que tuviesen elevación o no del S-T capaces de superar una prueba de esfuerzo máximo sin dolor precordial y que presentasen una depresión del S-T mayor de 1 mm y confirmada por pruebas de imagen como enfermedad de 1 o 2 vasos y válidos para realizar una angioplastia percutánea.
DISEÑO DEL ESTUDIO Y VALIDEZ

Ensayo clínico con asignación al azar, sin enmascaramiento, que estudia pacientes con enfermedad de sólo uno o dos vasos. Un total de 96 pacientes fueron asignados a angioplastia percutánea dirigida a obtener una revascularización total o a terapia farmacológica antiisquémica (105 pacientes). Todos los pacientes recibieron 100 mg/día de aspirina y una estatina y fueron sometidos a seguimiento durante 10 años de media.
EFECTOS MÁS IMPORTANTES MEDIDOS

Supervivencia libre de complicaciones cardíacas mayores, definidas como muerte cardíaca, infarto recurrente o síntomas que obligasen a la revascularización.
RESULTADOS PRINCIPALES:

La angioplastia percutánea redujo los eventos anualmente un 6,3 % (IC 95%, 3,7-8,9). También mejoró la fracción de eyección del ventrículo izquierdo (54,4-55,6%), que en el grupo de tratamiento médico no solo no mejoró sino que empeoró (50,6-48,8%).

Tras ajustar por edad, sexo, peso, diabetes, número de vasos lesionados, lesiones de la arteria circunfleja izquierda, fracción de eyección izquierda, y presión diastólica del ventrículo izquierdo, el riesgo relativo de complicaciones fue de 0,33 (IC 95%, 0,20-0,55), pasando de 27 casos en el grupo de 96 pacientes asignados a angioplastia a 67 de 105 en el de tratamiento médico.

También se mejoraron los objetivos secundarios de reinfarto no mortal, revascularización o angina de forma estadísticamente significativa.
CONFLICTOS DE INTERÉS:

El estudio se inició con una beca y ha recibido financiación de la industria, aunque refiere de forma explícita que los patrocinadores no intervinieron en ninguna de las fases del estudio.
RECOMENDACIONES PARA LA PRÁCTICA:

Conclusión

El riesgo de complicaciones isquémicas mayores, en pacientes con antecedentes de infarto agudo de miocardio e isquemia silente, es menor en los sometidos a angioplastia que en los tratados con fármacos.

Comentarios

Pese a que en el trabajo no se emplean escalas de riesgo de reinfarto del tipo de la propuesta por la AHA (1) que nos permita diferenciar de forma más clara la existencia de diferencias entre ambos grupos, es cierto que el procedimiento de aleatorización nos ayuda a suponer que han de ser iguales aunque no tengamos la certeza. De cualquier forma, la diferencia existente entre ambos grupos de tratamiento es lo suficientemente elevada para suponer que puedan existir causas externas que la justifiquen. Otro posible sesgo es el tratamiento médico con inhibidores de la enzima de conversión de la angiotensina (IECA) que mejoran el pronóstico, así como la utilización intensiva de fármacos tipo beta bloqueantes indicados en la patología coronaria; sin embargo, se entiende que los IECA se usaron en ambos grupos y los beta bloqueantes más en el grupo de tratamiento médico, que es el de mayores posibilidades de complicación (2).
BIBLIOGRAFÍA

1. Antman EM, Cohen M, Bernink PJ, et al. The TIMI risk score for unstable angina/non-ST elevation MI: a method for prognostication and therapeutic decision making. JAMA. 2000;284:835-42.

2. Braunwald E, Antman EM, Beasley JW, et al. Guideline update for the management of patients with unstable angina and non-ST-segment elevation myocardial infarction. Circulation. 2002;106:1893-1900.

Revisado por Luis Ávila Lachica. Doctor en Medicina y Cirugía. Centro de Salud Axarquía Oeste. Distrito Axarquía. Miembro del Grupo de Medicina Rural de SEMFyC y del grupo de Diabetes de SAMFyC. Correo electrónico: luis.avilalachica@gmail.com
Fecha de publicación en C@P: 22/02/2008

Riesgo de trombosis tras un traumatismo menor


van Stralen KJ, Rosendaal FR, Doggen CJM. Minor Injuries as a Risk Factor for Venous Thrombosis. Arch Intern Med 2007; 168: 21-26.  R   TC (s)   PDF (s)

Introducción

Los traumatismos inmportantes son un factor de riesgo para la trombosis venosa profunda (TVP), pero se desconoce si los traumatismos menos importantes también aumentan el riesgo de padecerla.

Objetivo

Estimar el riesgo de presentar una TVP tras un traumatismo menor, investigar las características de los traumatismos que incrementan más este riesgo, estimar el riesgo relativo de TVP de diferentes traumatismos menores e identificar los pacientes que presentan un mayor riesgo de padecerla.

Perfil del estudio

Tipo de estudio: Estudio de casos y controles

Área del estudio: Causa

Ámbito del estudio: Comunitario

Métodos

Se invitó a participar a todos los pacientes de 18-70 años atendidos durante 5 años en 6 consultas de control de anticoagulación que atienden a áreas de población bien definidas por un primer episodio de tromboembolismo (TVP o tromboembolismo pulmonar [TEP]). Se excluyó a los pacientes con una expectativa de vida baja. Como controles se eligieron a las parejas de los pacientes y a personas seleccionadas aleatoriamente de la guía telefónica.Como fecha índice se utilizó la fecha del accidente vascular para los casos y la fecha de su inclusión en el estudio para los controles. Se excluyeron de este análisis a los casos (y sus controles) que habían sufrido una intervención quirúrgica, una inmovilización, una hospitalización o reposo en cama durante ≥4 días o que estaban diagnosticados de una neoplasia.

A todos los participantes se les pasó un cuestionario en el que se les interrogaba sobre las intervenciones quirúrgicas, traumatismos, inmovilizaciones con yeso u otros sistemas, altura y peso. En el mismo se les interrogaba sobre las características del último traumatismo que habían sufrido entre la fecha índice y 3 meses antes. A los casos y los controles de la mitad del periodo se les pidió un análisis de sangre para detectar coagulopatías y a los de la otra mitad se les tomó una muestra bucal para análsis del ADN.

Resultados

Se incluyeron en este análisis 2.471 casos y 3.543 controles. La edad media de los participantes era de 43 años y un 53% eran mujeres.Un 31% habían sufrido un TEP, un 59% una TVP y un 10%, ambos eventos.

Habían presentado un traumatismo menor en los 3 meses anteriores a la fecha índice el 11,7% de los casos frente al 4% de los controles, lo que supone una odds ratio de 3,0 (IC95% 2,4 a 2,6). La OR apenas varió cuando se ajustó el análisis por edad, sexo, actividad física e IMC. Las OR también fueron similares independientemente de la edad y el sexo de los individuos.

Los traumatismos menores fueron más frecuentes en los casos en las 4 semanas inmediatamente anteriores a la fecha índice (fig. 1).

El riesgo de trombosis fue superior si el traumatismo fue en la pierna (tabla 1).

  OR (IC95%)
Pierna 5,1 (3,9 a 6,7)
Brazo 0,8 (0,5 a 1,4)
Tronco 0,9 (0,5 a 1,9)
Cabeza 0,3 (0 a 2,4)
Desconocida 3,0 (1,1 a 8,3)

Diferentes tipos de traumatismo se asociaron a un mayor riesgo de TVP (tabla 2). En los pacientes con un traumatismo en la pierna también tenían un mayor riesgo de presentar una TVP del gemelo. Los pacientes que tenían antecedentes familiares de TVP, la OR de trombosis tras un traumatismo en la pierna comparado con una persona sin esos antecedentes familiares ni de traumatismo era de 12,0 (IC95% 5,9-24,7). Para los pacientes con una mutación en el factor V de Leiden el riesgo relativo calculado era de 30.

  OR (IC95%)
Rotura muscular o de ligamentos 10,9 (5,6 a 21,3)
Contusión 2,0 (0,5 a 7,6)
Distensión 3,1 (2,1 a 4,6)
Múltiples tipos 9,9 (3,3 a 29,6)
Otros 6,9 (3,1 a 15,0)
Desconocido 4,6 (2,2 a 9,8)

Conclusiones

Los autores concluyen que los traumatismos menores en las piernas son un factor de riesgo de TVP y que, dada la frecuencia de éstos, pueden ser responsables de un porcentaje significativo de los casos.

Conflictos de interés

Ninguno declarado. Financiado por la Netherlands Heart Foundation, la Dutch Cancer Foundation, y la Netherlands Organisation for Scientific Research.

Comentario

La TVP tiene una incidencia anual en los países desarrollados de aproximadamente un 1 por 1.000. Este cuadro es importante, además de por sus manifestaciones locales, porque aumenta el riesgo de TEP y porque a largo plazo puede provocar un síndrome postflebítico. En las últimas décadas se ha avanzado mucho en el conocimiento de los factores de riesgo de la TVP. Hace más de un siglo Wirchow propuso que la trombosis se ocasionaba por tres tipos de fenómenos: el estasis sanguíneo, los cambios en la pared vascular y los cambios en la composición de la sangre. Los factores más conocidos hasta el momento se relacionan con el primero y el tercero de estos grupos (fracturas, cirugía, embarazo, puerperio, cáncer, otros estados de hipercoagulabilidad, etc.). Sin embargo, se ha prestado menos atención a los factores derivados de la pared vascular.

Los resultados de este estudio orientan hacia que la lesión de la pared vascular puede jugar un papel importante. Así, en este estudio se ha evidenciado un incremento del riesgo de trombosis del triple tras un traumatismo menor en la pierna, que es superior sobre todo en las 4 primeras semanas. El hecho de que se trate de un estudio de casos y controles plantea la posibilidad de que pueda haberse dado un sesgo de recuerdo preferencial entre los casos y los controles, de forma que los casos podrían estar más predispuestos a relacionar un traumatismo previo con el cuadro clínico. El hecho de que se haya detectado una asociación similar tanto en la TVP como en el TEP hace menos probable esta posibilidad, pero no se puede descartar. En cualquier caso, parece que la asociación se de fundamentalmente con los traumatismos de las piernas, lo que hace pensar que la trombosis se debe a un mecanismo local más que a un estado de hipercoagulabilidad. A partir de los resultados de este estudio puede calcularse que un 8% de las TVP podrían deberese a traumatismos menores.

La observación de que los traumatismos sufridos 2 semanas antes tengan un mayor riesgo de TVP que los sufridos en la semana inmediatamente anterior podría explicarse porque los síntomas de la TVP se hayan podido confundir inicialmente con los del traumatismo.El riesgo de trombosis era muy superior en las personas portadoras de mutaciones que provocan una situación permanente de hipercoagulabilidad. Se precisan estudios de intervención para demostrar si estas personas podrían beneficiarse de tandas más o menos cortas de heparina para prevenir una trombosis.

Bibliografía

  1. Heit JA, Silverstein MD, Mohr DN, Petterson TM, O’Fallon WM, Melton LJ III. Risk factors for deep vein thrombosis and pulmonary embolism: a population-based case control study. Arch Intern Med 2000; 160: 809-815.  R   TC   PDF
  2. Rosendaal FR. Venous thrombosis: a multicausal disease. Lancet 1999; 353: 1167-1173.  R   TC (s)   PDF (s)

Autor

Manuel Iglesias Rodal. Correo electrónico: mrodal@menta.net.

La corrección temprana de la criptorquidia se asocia a un menor riesgo de cáncer testicular


Pettersson A, Richiardi L, Nordenskjold A, Kaijser M, Akre O. Age at Surgery for Undescended Testis and Risk of Testicular Cancer. N Engl J Med 2007; 356: 1835-1841.  R   TC (s)   PDF (s)

Introducción

Es conocido que los niños que presentan una criptorquidia tienen un mayor riesgo de presentar un cáncer de testículo (CT) posteriormente, pero se desconoce si se debe a que se trata de testículos anormales de entrada o que la criptorquidia en sí misma es la causa del CT.

Objetivo

Estudiar la relación entre la edad de la corrección quirúrgica de la criptorquidia y el riesgo de desarrollar un CT.

Perfil del estudio

Tipo de estudio: Estudio de cohortes

Área del estudio: Pronóstico

Ámbito del estudio: Comunitario

Métodos

Este estudio se llevó a cabo mediante la relación de los registros suecos de ingresos hospitalarios y de tumores, que incluyen todos los ingresos hospitalarios y tumores del país. Se incluyeron en la cohorte todos los pacientes que habían recibido un diagnóstico de criptorquidia entre 1964 y 1999 a los que se les había practicado una orquidiopexia a una edad <20 años. El periodo de observación se inició a 15 años años de edad o un año después de la orquidiopexia. Se compararon las tasas de incidencia de cáncer testicular observadas con las tasas estandarizadas de la población.

Resultados

La cohorte se constituyó con 16.983 varones que habían sido intervenidos por una criptorquidia. El seguimiento medio fue de 12,4 años. La edad media de la intervención fue de 8,5 años. Se detectaron 56 casos de CT. El número de casos que corresponderían según las tasas de incidencia estandarizadas de la población general sería de 20. A lo largo de los años, la edad de la intervención se fue reduciendo.

La razón de incidencia estandarizada para los que se operaron antes de los 13 años de edad fue de 2,23 (IC95% 1,58 a 3,06) y, para los que se operaron después de esta edad, de 5,40 (CI95% 3,20 a 8,53). La razón de incidencia estandarizada también se redujo con el paso de los años, pero en todos ellos, fue superior para los que habían sido intervenidos antes de los 13 años.

Conclusiones

Los autores concluyen que el tratamiento de la criptorquidia antes de la pubertad disminuye el riesgo de CT.

Conflictos de interés

Ninguno declarado. Financiado por becas del Swedish Cancer Society y el Swedish Research Council, entre otros.

Comentario

La criptorquidia afecta a un 2-5% de los niños varones a término y, a los 12 meses de edad, en un 1% de los niños los testículos aún no han descendido. Estos niños tienen mayor riesgo de desarrollar CT. En un estudio se encontró que aproximadamente un 1,5% de los niños presentaban indicios de CT en el momento de la orquidiopexia, especialmente si presentaban otras malformaciones genitales, los testículos eran intraabdominales o tenían anomalías en el cariotipo. Existen dudas sobre si esta asociación se debe a un efecto deletéreo de la situación ectópica de los testículos o a que se trata de testículos anómalos de entrada. En los casos de cirptorquidia unilateral, en un 20% de los casos los tumores se dan en el testículo con un descenso normal, lo que apoyaría la idea de una anomalía subyacente.

El tratamiento de la criptorquidia se basa en la orquidipexia, con la intención de restaurar la posición correcta de los testículos, preservar la fertilidad y hacer los testículos accesibles a la exploración. En estudios previos, la relación entre la edad a la que se practicó la orquidiopexia y el riesgo de CT han obtenido resultados no concluyentes. En este estudio, los niños en los que se llevó a cabo una orquidiopexia más temprana presentaron un menor riesgo de desarrollar un tumor, lo que apoyaría la idea de que la situación ectópica del testículo podría tener un efecto nocivo sobre el mismo. A la espera de alguna revisión sistemática sobre el tema, los resultados de este estudio irían a favor de un tratamiento temprano del cuadro.

Bibliografía

  1. Cortes D, Visfeldt J, Moller H, Thorup J. Testicular neoplasia in cryptorchid boys at primary surgery: case series. BMJ 1999; 319: 888-889.   TC   PDF
  2. Swerdlow AJ, Higgins CD, Pike MC. Risk of cancer in cohort of boys with cryptorchidism. BMJ 1997; 314: 1507-1511.  R   TC
  3. Herrinton LJ, Zhao W, Husson G. Management of cryptorchism and risk of testicular cancer. Inf Terapéutica del SNS 2003; 157: 602-605.  R   TC   PDF

Autor

Manuel Iglesias Rodal. Correo electrónico: mrodal@menta.net.

Radiaciones y gestion del riesgo


Hace unos dias leia en la prolifica lista MEDFAM un dato (que he usado en la presentación de la sesión sobre gestión del riesgo y que suscitó bastante controversia) sobre la cantidad de radiación recibida tras la realización de 5 TAC abdominales. Esa radiación es equivalente a la radiación media recibida tras la explosión de Hiroshima. Una radiación potencialmente peligrosa especialmente en personas jóvenes. Dejo en la parte inferior un articulo del BMJ donde se hace esta afirmación.
¿Cuantas personas hemos visto preocupadas por su salud y que realizan TACs a troche y moche en consultas privadas (y públicas) buscándose el cáncer que acabará con ellos? Tendríamos que comenzar a dar información sobre que quizás lo que les lleve a la tumba, si siguen por ese camino, es la propia técnica diagnóstica. A veces el peligro proviene de nuestro lado de la mesa.

La gestión de riesgo es un tema del que oiremos hablar cada vez más en nuestro entorno. La magnitud de las cifras nos impondrá un cambio de cultura, en este aspecto de la calidad.

Hoy he recibido un correo de Ernesto Barrera, (moderador de la lista antes mencionada) con un enlace a una pagina del Ministerio de Sanidad de un curso sobre “Seguridad del paciente y prevención de efectos adversos relacionados con la asistencia sanitaria”.
Lo he leído sin detenerme mucho, pero me parece muy bueno y sobre todo hay mucha información para profundizar en el tema (están activos muchos enlaces a bibliografía).

Documento en PDF

Fuente: tomado de Sinestesia Digital 

Los pacientes no usan dosimetro


La inocuidad de muchos métodos diagnósticos suele ser obviada en la literatura médica, a la vez que realzada sus virtudes poco o nada es lo que solemos leer sobre los efectos adversos que oscilan entre los falsos positivos, los falsos negativos, y aún las propias condiciones inherentes al paciente (o aún personas sanas), quienes se encuentren inermes e ignorantes ante los potenciales efectos deletereos que muchos de ellos producen. Este articulo resulta interesante por ser la propia Sociedad de Radiologia Argentina quien advierte sobre los mismos. Mientras todas las guias preventivas del mundo reportan la inutilidad de muchos de estos métodos para el diagnóstico oportuno del cáncer, como en es el caso de la radiografia de tórax, la mamografia, de la cual se está escribiendo mucho. Mayor complejidad tecnologica no implica necesariamente mayor salud, aunque si mayores gastos que recaen invariablemente sobre las mismas comunidades que la demandan, y los médicos solemos responder a estas demandas obviando incluso la propia historia de Marie Curie quien murió de leucemia a consecuencia de las radiaciones recibidas en sus estudios para descubrir nuevos metodos diagnosticos, mostrando quizás por primera vez que no existen átomos de la paz, y que sólo el atomismo reduccionista y positivista puede defender hoy en otras áreas de la ciencia.

Luego de leer esta nota, y ver la cantidad de estudios con que muchos de nuestros pacientes llegan a la consulta, uno se pregunta porque los pacientes no usan dosimetros, quizás porque el marketing de la enfermedad sigue siendo negocio, y porque todavia hay quienes afirman que una persona sana es ” un paciente insuficientemente estudiado” o alegaran que la culpa es la medicina defensiva. Mercantilismo médico al fin.

 

Preocupa en el mundo la exposición a radiografías y tomografías innecesarias

A pesar de que la radiación que emiten los exámenes radiológicos eleva el riesgo de desarrollar cáncer, en los últimos años se multiplicó la cantidad de estudios solicitados. Lo grave, aseguran los especialistas, es que muchas veces son injustificados. Un flamante estudio determinó que entre 1989 y 2006 creció en los Estados Unidos casi un 600% la dosis per cápita de radiación derivada del diagnóstico por imagen. Si bien aquí no hay estadísticas, los expertos señalan que la tendencia es similar. Por eso, en septiembre, la Sociedad Argentina de Radiología emitirá una guía con recomendaciones. Continue reading Los pacientes no usan dosimetro